Columna Nuevos Horizontes
Abandono
Escolar, Migración y Pobreza
Alberto
Jiménez Merino
Según el más reciente modelo
de tránsito del sistema educativo escolarizado, elaborado por la Secretaría de
Educación Pública (SEP), en México de cada 100 niños inscritos inicialmente,
terminan la primaria 95, la secundaria 78, el bachillerato 53 y la licenciatura
26 (María Cabadas, El Universal 2022)
Diversos expertos señalan
que la falta de recursos económicos y el desinterés de autoridades educativas
en este fenómeno social, son las principales causas del abandono escolar que no
es nuevo pero que se ha acentuado durante y después de la pandemia COVID19.
Los 26 jóvenes de cada 100
niños inscritos a primaria que sí logran terminar la licenciatura, todavía
tienen que lidiar con trámites lentos y costosos para la titulación y la
búsqueda de oportunidades laborales para las que, la falta de experiencia es el
mayor argumento en contra.
Para quienes terminan una
carrera universitaria se han señalado deficiencias en la falta de práctica, exclusión
del sistema educativo nacional respecto a la problemática y necesidades de las
familias más pobres, contenidos educativos desvinculados de realidades
socioeconómicas, ambientales y demandas regionales.
Problemas como la pobreza,
la contaminación ambiental, la pérdida de recursos naturales, la obesidad y el
sobrepeso, la delincuencia o el deterioro de la política, tienden a agravarse o
normalizarse por la ausencia de
educación financiera, alimentaria, nutricional, ambiental, cívica y ética en
los contenidos educativos.
Solo recuperando la
planeación nacional, abandonada en los últimos sexenios, y formando recursos
humanos, líderes para la atención de los problemas actuales, es como podremos
salir del estancamiento cada vez más perceptible; y, si no podemos enseñarles
nada a nuestros niños y jóvenes, por lo menos hay que decirles lo que falta por
hacer, lo que pueden lograr y lo que pueden llegar a ser y hacer por México.
La prevención y atención del
abandono escolar debiera tener un lugar prioritario en la política educativa
nacional porque representa la cancelación del futuro de millones de mexicanos y
la certeza de un mayor subdesarrollo con subempleo, inseguridad pública,
migración, deterioro ambiental, mayor pobreza y desigualdad social.
No hay un mejor regalo que
podamos dar a la república, que la capacitación de nuestros jóvenes, dijo Marco
Tulio Cicerón hace algunos siglos.
Los niños y jóvenes son los
ciudadanos de mañana, los líderes, dirigentes y gobernantes del futuro. No los
engañen más con decirles que son el presente, porque ya ni los de kínder lo
creen.
El sistema educativo
nacional, con las limitaciones señaladas, algo hace por quienes continúan la vida de la escuela y terminan la
licenciatura. Pero muy poco hace para 74 de cada 100 cien niños que se
inscriben a primaria y se van quedando en la
escuela de la vida al abandonar estudios.
No obstante que se reconocen
más de 200 trabajos manuales y existe una Ley Federal de Artes y Oficios, no
existe una política nacional que atienda a la población que está abandonando la
escuela. Hay algunos esfuerzos tímidos en varios estados del país a través de
los institutos de capacitación para el trabajo, sin recursos y sin la cobertura
que el problema amerita. Los talleres de muchas escuelas han ido desapareciendo
por falta de recursos.
No veo que se atienda este
problema en las políticas públicas nacionales ni estatales, tampoco lo veo en
las plataformas políticas de los partidos o por parte de los legisladores
actuales.
Y si no hay forma de apoyar
mejor la educación escolarizada porque aún no somos capaces de ponernos de acuerdo
en cual Reforma Educativa es la buena, entonces mientras fortalezcamos la
educación no escolarizada antes que nuestros niños emigren al extranjero o se
incorporen a la delincuencia, como destinos inmediatos.
Es probable que algunos se
deslumbren con el sueño americano al ver que en el último mes las remesas
enviadas por nuestros paisanos radicados en Estados Unidos, superaron los 5 mil
millones de dólares (MDD) y están ya por encima de los ingresos petroleros del
país.
Pero la pobreza, el deterioro
ambiental, la inseguridad, la confrontación social, la división entre mexicanos
y la desesperanza, siguen creciendo.
Los niños y jóvenes de hoy,
nuestros hijos, son nuestra continuación en la tierra. Según Stephen Covey solo
tenemos una oportunidad de prepararlos para un futuro que nadie puede predecir.
¿Qué estamos haciendo con
esa única oportunidad?, es la pregunta que deberíamos hacernos todos.
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