22 DE SEPTIEMBRE 2017
*La prestigiosa revista analiza varios casos y habla de la
memoria de la Tierra
Seguramente usted conoce el Instituto Smithsoniano, en
inglés Smithsonian Institution, un centro de educación e investigación de renombre,
que posee además 19 museos, nueve centros de investigación y un zoológico. Lo
administra y financia el Gobierno de los Estados Unidos, además de las
donaciones que recibe.
Sus instalaciones están en Washington, EU, y el Smithsoniano
publica dos revistas: Smithsonian Magazine y Air & Space.
Pues bien, en par de artículos, uno firmado por Colin
Schultz en 2013, referenciado por el diario The New York Times, a propósito del
terremoto del 19 de septiembre pasado en México, relaciona la presencia de los
huracanes con los terremotos.
El título es sugerente: Los huracanes pueden causar
terremotos. El texto dice en su parte medular: “En agosto de 2011, el terremoto
de Virginia sacudió la costa este. Días después, el huracán Irene podría haber
causado más terremotos.
“El 23 de agosto de 2011
un terremoto de magnitud 5.8 grados
golpeó a Virginia. El temblor agrietó el monumento a Washington, derribó parte
de la Catedral y sacudió a un tercio de la población estadounidense. Esa
semana, el huracán Irene se trasladó a la región, causó graves daños, derribó
árboles y según una nueva investigación presentada en la reunión de la Sociedad
Sismológica de América, dice la revista Nature, provocando pequeños terremotos por
una falla que se rompió.
“La tasa de réplicas suele disminuir con el tiempo, dice el
líder del estudio Zhigang Peng, un sismólogo del Instituto de Tecnología de
Georgia en Atlanta. Pero en lugar de disminuir en un patrón normal, la tasa de
réplicas después del 23 de agosto de 2011, el terremoto de Mineral, Virginia,
aumentó bruscamente a medida que Irene pasaba.
“Los huracanes son conocidos por producir fuertes ondas
sísmicas por sí solos. De hecho, dice el blog de Smithsonian Surprising
Science, el huracán generó sacudidas sísmicas tan lejos hasta Seattle. Pero las
ondas sísmicas desencadenadas por huracanes fueron réplicas reales.
"Peng dijo que los científicos no notaron inicialmente
el patrón inusual, porque las réplicas eran pequeñas (muchas debajo de la
magnitud 2) y el propio huracán produjo mucho ruido sísmico. Sin embargo, un
análisis cuidadoso de los datos reveló que la actividad de la réplica en
realidad se elevó alrededor del momento del paso del huracán.
“Los científicos, dice Nature, argumentan que una
disminución de la presión causada por el viaje de la tormenta por la costa este
podría haber reducido las fuerzas suficientes para permitir que la falla se
deslice.
“Las réplicas desencadenadas por Irene podrían haber
ocurrido porque el sistema de fallas que se había roto en Virginia tiene
memoria, es decir, el hecho de que se deslizó tan recientemente hace que sea
más fácil para que lo haga de nuevo. La idea de un sistema natural con memoria
es cada vez más importante para los científicos que tratan de entender los
desastres naturales. La idea es importante para el campo de la ciencia de la
complejidad. En una entrevista con Surjalal Sharma, el astrónomo de la
Universidad de Maryland explica esta idea de la memoria:
"La memoria es, esencialmente, una correlación en el
tiempo o el espacio. Mi memoria de acontecimientos pasados afecta lo que hago
ahora; que es de largo alcance o la correlación a largo plazo. El agrupamiento
o agrupamiento de eventos es, como lo entendemos, debido a la memoria de los
eventos en un sistema. Es decir, una secuencia de desastres naturales puede no
ser sólo una coincidencia. Si miramos
los datos de inundaciones, terremotos o tormentas solares, vemos como son sus
distribuciones. Esto indica que estos no son eventos aleatorios. Más bien,
estos sistemas tienen memoria a largo plazo”.
Otro artículo del Magazine Smithsonian se tituló: “El
huracán Sandy generó sacudidas sísmicas
lejanas hasta Seattle”. Este huracán entró en 2012 a la Costa este de
Estados Unidos y provocó sismos hasta Seattle. Aquí se menciona que la fuerza
del huracán Katrina que azotó Nueva Orleans en 2005 causó efectos sísmicos que llegaron
hasta California. En conclusión asegura que los super huracanes causan ondas
sísmicas en tierra de largo alcance.
Los artículos de marras están escritos en inglés y llenos de
tecnicismos. Pero el punto de vista es interesante dada la magnitud de los
últimos huracanes Harvey, Irma y actualmente María y la relación con los
terremotos registrados en México.
Serán los científicos los que resuelvan estas relaciones
entre huracanes y temblores. A este paso, como decía la abuelita de un viejo
político poblano, “que Dios nos agarre confesados”.
Si tiene usted alguna duda, los enlaces o links con el Magazine
Smithsonian son:
En fin, como escribió Jaime Sabines (México, 1926-1999) en su
poema Me Encanta Dios:
Me encanta
Dios.
Es un viejo
magnífico que no se toma en serio.
A él le
gusta jugar y juega,
y a veces se
le pasa la mano
y nos rompe
una pierna
o nos
aplasta definitivamente.
Pero esto
sucede porque es un poco cegatón
y bastante
torpe con las manos.
Dicen que a
veces se enfurece
y hace
terremotos, y manda tormentas,
caudales de
fuego,
vientos
desatados,
aguas
alevosas,
castigos y
desastres.
Pero esto es
mentira.
Es la tierra
que cambia
-y se agita
y crece-
cuando Dios
se aleja.
A mí me
gusta,
a mí me encanta Dios.
Que Dios
bendiga a Dios.
raultorress@hotmail.com
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