25 de Septiembre 2017
Celebramos un año de más nuestra independencia y hoy más que nunca, estamos conscientes de las responsabilidades que la libertad nos implica.
En medio de la algarabía de muchos, nuestros hermanos del sur, Chiapas, Oaxaca y Tabasco, siguen pasando el trago amargo que ha significado el sismo que hace unos días los sacudió.
La tragedia que se ha suscitado nos ha puesto nuevamente a prueba como Gobierno y como sociedad ya que, ante la magnitud de los daños, ha sido necesario enfatizar la solidaridad y capacidad de respuesta por la emergencia que se vive en las zonas afectadas.
Podemos observar que la sociedad se ha organizado y ha sumado manos al despliegue que ha hecho el gobierno para atender en sus diferentes fases este desastre.
Como quizá no se había hecho en años, el despliegue de personas ha sido clave para buscar restablecer las condiciones básicas de supervivencia en las zonas más dañadas.
Diez mil funcionarios públicos se han desplegado en Oaxaca y en el caso de Chiapas, hay siete mil funcionarios, entre elementos de Ejército, Marina, Policía Federal, pero el mayor número, la mitad, por lo menos, en ambos casos, son servidores públicos de las dependencias responsables, y a quien se les asignó una demarcación territorial, para dar atención a la población y hacer los levantamientos o los censos correspondientes.
A una semana del evento, se ha logrado llevar atención a toda la población damnificada: despensas, víveres, suministro de agua, instalación de comedores comunitarios, instalación de albergues; lo mismo que el apoyo tan decidido que ha habido de nuestras Fuerzas Armadas para instalar cocinas, donde diariamente se sirven raciones de comida caliente a población damnificada, que se encuentra en este universo de personas.
A la par de estas acciones y en busca de cumplir con un primer objetivo de atención a necesidades básicas, se ha dado cobertura inmediata de servicios médicos; se activó un plan para poder asegurar que las clínicas que operan en ambas entidades, que, dicho sea de paso, son las que tienen el mayor número de clínicas, tanto Chiapas, como Oaxaca, en todo el país, hubiese personal médico suficiente, además de las unidades médicas móviles que se congregaron.
Importante esta labor de atención básica pero igual de importante la segunda etapa en la cual, se han cuantificado los daños y se empieza la etapa de reconstrucción.
A partir de un primer balance ya realizado a lo largo de la semana se estima que un millón 200 mil personas quedaron inicialmente afectadas, en el caso de Chiapas; 800 mil en el caso de Oaxaca.
Estas afectaciones tienen que ver con los servicios que prácticamente dejaron de tener, sobre todo, el abasto o suministro de energía eléctrica y abasto de agua potable; buena parte de estos servicios se han recuperado ya, y nos lleva con ello a ir cerrando el universo de personas afectadas.
En términos de vivienda que es uno de los sectores más afectados y que más preocupan para evitar situaciones similares en el futuro, la SEDATU ha realizado censos casa por casa sin intermediarios y recabando información hasta ahora en 31,519 folios que relatan daños a la vivienda y que se han levantado en tiempo record; esto pone al Gobierno en una posición de poder en los siguientes días dar un reporte total de daños al sector y la estrategia de reconstrucción.
Esta última etapa ha puesto de manifiesto la sensibilidad de los mexicanos ya que un gran número de industrias de la construcción se han puesto a disposición para apoyar las tareas que se aproximan.
Ha sido muy grato para mi poder apoyar en las labores de atención a nuestros hermanos que sufrieron los efectos de uno de los sismos más fuertes que han sacudido a nuestro país; vi en los rostros de la gente la angustia, el miedo y el temor por lo que habían resentido en el temblor, pero también debo decir que ante la coordinación de sociedad y gobierno para atender a nuestros hermanos, hoy veo rostros de gran ánimo, de gran fortaleza, de entereza y, sobre todo, de estar echados para adelante; en el marco de un aniversario más de nuestra independencia estamos demostrando que ante la adversidad la sociedad y su gobierno saben caminar juntos porque entendemos que, todos somos México.
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