4 de Septiembre 2017
Alberto
Jiménez Merino
Director
de la Comisión Nacional del Agua en Puebla
Durante la administración
del Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, México alcanzó la cifra de 90
millones de hectáreas, terrestres y marítimas, de áreas naturales protegidas, es
decir, tres veces más de lo que había en el 2012. Y, esto sucedió con la
finalidad de preservar la biodiversidad de las especies y de fortalecer, entre
la población, el desarrollo de una cultura del cuidado del ambiente en
beneficio de las futuras generaciones.
En México, como en cualquier
otro país del mundo, el desarrollo económico, las ganancias de las empresas o
los beneficios de los ciudadanos nunca deberían de provenir de aprovechamientos
de recursos naturales que comprometan el futuro de nuestros hijos y nietos.
Tan solo, formar un
centímetro de suelo fértil requiere un proceso natural de 300 años; sin
embargo, cientos de toneladas de tierra están hoy en día en los vasos de
almacenamiento de presas, en los ríos y mares. México pierde más de 540
millones de toneladas de tierra por erosión cada año.
Aunado a estos datos, cabe
señalara que un bosque tarda en hacerse productivo entre 25 y 30 años y el
recuperar el brillo del agua en una corriente perdida, necesita entre 6 y 8 años después de
reforestar. Recuperar arroyos y
manantiales requiere de 8 a 14 años después de existir vegetación.
Algunos estudios realizados
por la organización de las Naciones Unidades
(ONU), señalan que en los últimos 50 años se ha perdido un 40 por ciento de las
especies animales, y esto es claro si se toma en cuenta que la fauna no se
puede recuperar si no hay refugio, agua y alimento en las zonas de origen de
las especies.
Un reporte de www.lubemer.com da cuenta de la
presencia de perros azules que consumieron agua contaminada del Rio Kasadi en
Mumbay, Maharashtra, en la India, la cual es arrojada por empresas que usan
colorantes para elaborar detergentes.
Sin embargo, no es necesario
ir tan lejos pues por aquí cerca, la pesca ribereña en los ríos de Puebla, y en
varios estados del país, se ha perdido en un 90 por ciento y esto ha sido como
consecuencia de la ignorancia en el manejo de las especies acuícolas así como del
uso de artes de pesca inadecuadas las cuales, han motivado la escasez de peces
para la alimentación y la economía de las familias.
De igual forma, en las últimas
semanas hemos sido testigos del incremento de corrientes que hacía mucho tiempo
no se veían. Por ejemplo, en el Rio Atoyac en el área de Tehuitzingo, en Puebla, a consecuencia de una lluvia de 70 mm en la
zona de Coatzingo, el río incrementó su caudal casi 4 metros de su nivel.
Asimismo, a lo largo de todo
el estado podemos encontrar muchos reblandecimientos de tierra los cuales
llegan a causar deslaves y con ello, problemas para los habitantes de esas
regiones.
En mucho, esto es causado
por las grandes cantidades de lluvia que
se han precipitado en los últimos, pero también se explica por la falta de
vegetación que hace más inestables las superficies terrestres o por la pérdida
de capacidad para almacenar agua que, al
no retenerse, se convierte más rápido en corriente.
En reuniones recientes con
autoridades municipales así como con los Comités de Aguas Subterráneas y Saneamiento
(COTAS), organismos auxiliares de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), se
ha informado de la permanente pérdida de agua en el subsuelo y la preocupación
creciente por los niveles de aguas residuales y residuos sólidos que están
llegando, sin tratar, a los cuerpos de agua por falta de inversiones.
Asimismo, en reunión del Comité
directivo de los Consejos de Cuenca de los Ríos Tuxpan-Jamapa, Papaloapan y
Coatzacoalcos, se expresaron algunas preocupaciones por restablecer el
equilibrio del medio ambiente y fortalecer el cuidado de los recursos naturales
agua, suelo, vegetación y fauna.
Como parte de una posible
solución, se recomendó incrementar acciones que desarrollen una mayor
conciencia entre la población y desarrollen una cultura que permita conocer,
aprovechar racionalmente y fomentar los recursos existentes para mejorar la
calidad de vida de la gente. Para lograrlo, se convino impulsar la
participación de instituciones educativas en el seno de estos organismos.
Sin duda contar con áreas
naturales protegidas servirá para fortalecer la cultura del agua, la cultura del
cuidado del suelo, la vegetación y la
fauna a fin de detener la acelerada carrera de sobreexplotación que mantenemos,
sin pensar en el futuro de las nuevas generaciones.
Como lo dijeron los indios
Cree: “cuando se haya cortado el último árbol, cuando se haya pescado el último
pez, cuando se haya secado el último río, entonces…… entenderás que el dinero,
( el asfalto, el cemento y las estructuras) no se puede comer!”.
Por lo anterior, mi
reconocimiento al Presidente Peña Nieto, quien ha logrado grandes avance en
áreas naturales protegidas de nuestro país.
¡Lo bueno cuenta y queremos
que siga contando!
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