
Hoy México está de píe y todos los mexicanos hemos empezado el proceso de reconstrucción de lo que se llevaron los sismos. Hoy todos tenemos los ojos puestos en las viviendas y los edificios que han quedado devastados como una prioridad en el entendido de volver a la normalidad sin embargo, hay otras cosas que se perdieron con estos eventos naturales y que, también tienen prioridad para los afectados en tanto, esto se refiere a su medio de vida; con esto hago referencia a la economía. Muchos medios de trabajo se vieron afectados e incluso, hay mercados que se acabaron por completo, por lo que, es necesario buscar incentivos para activar las economías locales tanto como los empleos que se han perdido en las ciudades. El Gobierno Federal ha empezado, a la par de todas las acciones para reestablecer el patrimonio de quienes perdieron su patrimonio, con acciones que buscan activar las economías afectadas. Se ha dispuesto de un paquete de beneficios fiscales para las zonas afectadas entre los que destacan: Eximir de la obligación de efectuar pagos provisionales del Impuesto Sobre la Renta (ISR) correspondiente a los meses de agosto a diciembre de 2017; Diferir de la obligación a los contribuyentes del Régimen de Incorporación Fiscal (RIF) de presentar las declaraciones del cuarto a sexto bimestre de 2017; Deducir de forma inmediata las inversiones efectuadas en bienes nuevos de activo fijo que realicen durante el periodo comprendido entre el 7 de septiembre de 2017 y el 31 de marzo de 2018 en las zonas afectadas; Las solicitudes de devolución del Impuesto al Valor Agregado presentadas antes del 15 de septiembre de 2017, se tramitarán en un plazo máximo de 10 días hábiles y; A los patrones y demás sujetos obligados en términos de la Ley del Seguro Social, se autoriza el pago a plazos, ya sea en forma diferida o hasta en 12 parcialidades, sin que se generen recargos y actualizaciones de las cuotas causadas durante los meses de septiembre a diciembre de 2017, para que éstas sean cubiertas a partir del mes de enero de 2018. Con estas medidas, en el Gobierno de la República buscamos preservar las fuentes de empleo y acelerar la recuperación de la infraestructura básica y de vivienda en zonas afectadas. Por otra parte, esta semana se ha firmado el decreto por el que se generan las primeras tres Zonas Económicas Especiales (ZEE) cuyo objetivo es que la región sur-sureste no siga marcada por la pobreza, la marginación y la desigualdad. A partir de los incentivos, particularmente fiscales, de la capacitación y mano de obra, o del capital humano que aquí habrá de prepararse y formarse a partir de la infraestructura que habrá de detonarse para hacer de estas ZEE lugares con un gran potencial de desarrollo; se espera una inversión de 5 mil 300 millones de dólares de la industria privada y la creación de 12 mil empleos en los próximos dos y tres años. Las ZEE serán un parteaguas en el desarrollo de esta entrañable región; marcarán un antes y un después en las oportunidades de superación de las familias y de sus comunidades. En Chiapas y Oaxaca la Secretaría de Economía finalizó el censo de comercios dañados e iniciará, la próxima semana, el Programa de Apoyo a las actividades productivas impactadas por los sismos. En estos dos estados, la Banca de Desarrollo destinará una bolsa de recursos de mil 400 millones de pesos para otorgar financiamiento preferencial en respaldo de siete mil 200 empresas además; se destinarán más de 70 millones de pesos y subsidios del Instituto Nacional del Emprendedor para la restitución de inventarios, capital de trabajo, equipamiento y reconstrucción, en beneficio de los siete mil negocios directamente afectados, hasta ahora censados en Chiapas y Oaxaca. No tengo dudas de que nadie imaginaba la magnitud de los retos que nuestro país tendría que enfrentar en un año. En este periodo, hemos experimentado incertidumbre derivada de las elecciones en los Estados Unidos; volatilidad por ajustes largamente pospuestos en el costo de los energéticos, y más recientemente, el impacto de fuertes desastres naturales. Sin embargo, frente a estos embates, los mexicanos hemos enfrentado la incertidumbre con entereza, la volatilidad con prudencia y los desastres con solidaridad.
¿Y la economía?

Hoy México está de píe y todos los mexicanos hemos empezado el proceso de reconstrucción de lo que se llevaron los sismos. Hoy todos tenemos los ojos puestos en las viviendas y los edificios que han quedado devastados como una prioridad en el entendido de volver a la normalidad sin embargo, hay otras cosas que se perdieron con estos eventos naturales y que, también tienen prioridad para los afectados en tanto, esto se refiere a su medio de vida; con esto hago referencia a la economía. Muchos medios de trabajo se vieron afectados e incluso, hay mercados que se acabaron por completo, por lo que, es necesario buscar incentivos para activar las economías locales tanto como los empleos que se han perdido en las ciudades. El Gobierno Federal ha empezado, a la par de todas las acciones para reestablecer el patrimonio de quienes perdieron su patrimonio, con acciones que buscan activar las economías afectadas. Se ha dispuesto de un paquete de beneficios fiscales para las zonas afectadas entre los que destacan: Eximir de la obligación de efectuar pagos provisionales del Impuesto Sobre la Renta (ISR) correspondiente a los meses de agosto a diciembre de 2017; Diferir de la obligación a los contribuyentes del Régimen de Incorporación Fiscal (RIF) de presentar las declaraciones del cuarto a sexto bimestre de 2017; Deducir de forma inmediata las inversiones efectuadas en bienes nuevos de activo fijo que realicen durante el periodo comprendido entre el 7 de septiembre de 2017 y el 31 de marzo de 2018 en las zonas afectadas; Las solicitudes de devolución del Impuesto al Valor Agregado presentadas antes del 15 de septiembre de 2017, se tramitarán en un plazo máximo de 10 días hábiles y; A los patrones y demás sujetos obligados en términos de la Ley del Seguro Social, se autoriza el pago a plazos, ya sea en forma diferida o hasta en 12 parcialidades, sin que se generen recargos y actualizaciones de las cuotas causadas durante los meses de septiembre a diciembre de 2017, para que éstas sean cubiertas a partir del mes de enero de 2018. Con estas medidas, en el Gobierno de la República buscamos preservar las fuentes de empleo y acelerar la recuperación de la infraestructura básica y de vivienda en zonas afectadas. Por otra parte, esta semana se ha firmado el decreto por el que se generan las primeras tres Zonas Económicas Especiales (ZEE) cuyo objetivo es que la región sur-sureste no siga marcada por la pobreza, la marginación y la desigualdad. A partir de los incentivos, particularmente fiscales, de la capacitación y mano de obra, o del capital humano que aquí habrá de prepararse y formarse a partir de la infraestructura que habrá de detonarse para hacer de estas ZEE lugares con un gran potencial de desarrollo; se espera una inversión de 5 mil 300 millones de dólares de la industria privada y la creación de 12 mil empleos en los próximos dos y tres años. Las ZEE serán un parteaguas en el desarrollo de esta entrañable región; marcarán un antes y un después en las oportunidades de superación de las familias y de sus comunidades. En Chiapas y Oaxaca la Secretaría de Economía finalizó el censo de comercios dañados e iniciará, la próxima semana, el Programa de Apoyo a las actividades productivas impactadas por los sismos. En estos dos estados, la Banca de Desarrollo destinará una bolsa de recursos de mil 400 millones de pesos para otorgar financiamiento preferencial en respaldo de siete mil 200 empresas además; se destinarán más de 70 millones de pesos y subsidios del Instituto Nacional del Emprendedor para la restitución de inventarios, capital de trabajo, equipamiento y reconstrucción, en beneficio de los siete mil negocios directamente afectados, hasta ahora censados en Chiapas y Oaxaca. No tengo dudas de que nadie imaginaba la magnitud de los retos que nuestro país tendría que enfrentar en un año. En este periodo, hemos experimentado incertidumbre derivada de las elecciones en los Estados Unidos; volatilidad por ajustes largamente pospuestos en el costo de los energéticos, y más recientemente, el impacto de fuertes desastres naturales. Sin embargo, frente a estos embates, los mexicanos hemos enfrentado la incertidumbre con entereza, la volatilidad con prudencia y los desastres con solidaridad.
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