Candidatos,
gobernantes y políticas, el México que no merecemos
Alberto
Jiménez Merino
Ex Rector de la Universidad Autónoma Chapingo
Candidatos amables,
dadivosos, irreconocibles por su bondad, que todo lo saben y prometen, sin
principios ni valores; que les da lo
mismo militar hoy en un partido y mañana, solo por conveniencia personal, en
otro, pero además despotricar contra el
partido que les brindó las oportunidades anteriores. Promesas irrealizables, algunas
risibles por carecer de fundamento, ser contrarias a su actuar o inviables. Eso es algo que no merecemos.
Candidatos desconocidos que
creen que las masas los aclaman y que al reconocer su realidad, después de
haber utilizado los recursos públicos, deciden declinar y sumarse a otros
candidatos sin ningún rubor y sin considerar las inconveniencias operativas que
ello ocasiona. Eso es algo que no merecemos.
Partidos que sin ninguna
similitud ideológica se alían solo para para vencer a otros partidos sin ningún
aporte social ni preocupación por las necesidades ciudadanas, que tuercen la
ley para aparentar cumplir con la equidad de género, con acusaciones
documentadas de compra de votos y que no ejercen ninguna coalición en el
gobierno porque no es algo real. Eso es algo que no merecemos.
Gobernantes soberbios que no
saben escuchar y, por lo tanto, no conocen la realidad de las necesidades
ciudadanas que prometieron atender y transformar; que desechan sin evaluar todo
aquello que realizaron los antecesores, porque no es su idea y, consideran que
han llegado a inventar el hilo negro y el agua caliente, porque ahora sí
llegaron los que saben.
Que no promueven políticas
públicas y solo se conducen con programas ocurrentes, con un gran menosprecio
por la pobreza de millones de personas, por el medio ambiente tan deteriorado y
el desarrollo del sector agro-alimentario al que solo destinan paliativos
irrelevantes. Eso es algo que no merecemos.
Propuestas de políticas públicas
de corte asistencia lista, insuficientes y desarticuladas que no resuelven la
problemática, generalmente, desconocida por los candidatos y gobernantes ya
descritos. Apoyos que ante tanta necesidad la gente acepta pero que no es lo
que resuelve sus problemas porque la emoción de recibir es superior a la razón
que valora lo recibido. Eso es algo que no merecemos.
Gobernantes cercanos a la gente,
servidores públicos que puedan atender, orientar y canalizar las necesidades
ciudadanas con plena disposición para encontrar conjuntamente las soluciones.
Esto sí es parte de lo que merecemos.
Gobernantes que reconozcan
que la pobreza, el deterioro ambiental, la exclusión social, la inseguridad pública, la forma de impartir
la justicia, el bajo crecimiento económico pero, fundamentalmente la baja productividad
y la desigualdad social son los problemas más graves de nuestro tiempo. Esto sí
es parte de lo que merecemos.
El México que merecemos,
libro de José Antonio Meade Kuribreña,
candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la Presidencia
de la República, describe, entre otras propuestas, las siguientes:
Mejorar los procesos de impartición de justicia, involucrar al sector social en éstos y profesionalizar el ministerio público.
Rediseñar el servicio
profesional de carrera para mejorar la función pública.
Lograr que más jóvenes
avancen a la educación superior, mejorar la infraestructura educativa y hacer
más eficaz la vinculación entre la educación y el aparato productivo, acercando
los alumnos de las instituciones educativas.
Ampliar las becas en
educación media superior y superior. Impulsar y ampliar modelos de educción
mixta. Dotar a los jóvenes de herramientas para el mundo laboral.
Fomentar el intercambio
académico y científico entre México y otros países y crear el Plan Nacional de Formación, Atracción y retención
del talento científico.
Fortalecer la banca de
desarrollo para expandir el crédito y
detonar la infraestructura productiva. Fortalecer
la productividad nacional.
Brindar mejores esquemas de
capacitación y apoyo tecnológico al sector agroalimentario
Multiplicar los apoyos económicos
de estímulo a emprendedores y apoyar la educación y la investigación a niveles
de 1.5% del Producto Interno Bruto.
Incentivar el uso de fuentes
renovables de energía con un programa de crédito verde y recuperar los bosques.
Instrumentar una política
hídrica nacional que reduzca la sobreexplotación del agua, recargue los
acuíferos y disminuya su contaminación
por aguas residuales.
Al terminar las campañas
electorales este 27 de junio, deseo a todos los candidatos, de todos los
partidos, el mayor éxito. ¡Qué ganen los mejores! Mi lealtad y mi voto son para
Meade y los candidatos del PRI.
0 comentarios:
Publicar un comentario