En ocasiones a las personas se les dificulta comprender que el
amor no es darlo todo por el otro y quedarse vacíos o protegerlo de todo lo que
pueda ser peligroso sin darse cuenta que no lo dejan vivir. Las personas que
toman este rol de “ querer salvar” a su pareja siempre, provocan una relación
distinta al amor.
Sobreproteger implica asumir responsabilidades que no te
corresponden, descontar las capacidades del otro, darle al otro más de lo que le
corresponde y es sin duda también un juego de control.
Algunas características
del sobreprotector son:
Ø Está
hipervigilante de lo que el otro hace tomando en cuenta detalles, tiempos,
formas…
Ø Le da a su
pareja más de lo que necesita dificultando el equilibrio, pues siempre quiere
darle al otro más y más.
Ø Trata a su
compañero como si fuera un niño. Cuando sobreprotegemos al otro le damos el
mensaje oculto de “tu no puedes hacerlo, tu no puedes estar sin mi”, es por
ello que tratamos al otro como si no tuviera las capacidades para accionar.
Ø “Va un
paso delante de lo que su pareja necesita” es decir antes de que el otro pida
algo, el/ella ya lo tiene. Dicen frases como “Tienes que comer, ya tienes
hambre” cuando el otro ni siquiera lo ha identificado.
Ø Dramatiza
con la relación. Su pareja se convierte en su razón de vida, por lo que
fácilmente se crea una relación de dependencia. El otro se convierte como su
“hijo adoptivo”.
Ø Su
intención es mostrarle al otro todo el tiempo que está allí.
Ø Sacrifica
sus necesidades por las del otro.
Ø Es
frecuente encontrar personas sobreprotectoras con autoestima baja, por lo que
tienen un apego ansioso al otro, es decir con mucho temor a que su pareja se
vaya.
En este tipo de relaciones se crea una encucijada compleja
porque su pareja queda ante dos opciones:
§ Si te vas
eres un malagradecido
§ Si te
quedas es porque me necesitas
¿Cómo afecta esta situación?
Afecta a la reciprocidad, esto es el balance entre el dar y
tomar. Por lo que uno de los dos siempre queda en deuda con el otro. La persona
que más da, se siente con más poder sobre el otro.
El sobreprotector toma el lugar del padre/madre por lo que no
se crea una relación entre pares (entre adultos, sino una entre madre/padre con
hij@)
Anula la identidad del otro y lo invade por lo que empieza a
tomar decisiones por el otro y decirle lo que debe hacer, lo cual es probable
que haga sentir al otro como asfixiado.
Se afecta el autoestima de ambos, pues ninguno de los dos se
siente completo sin el otro.
El sobreprotegido tiene problemas para valerse por sí mismo
(tomar decisiones y tener voluntad), incluso le cuesta mucho trabajo pedir
ayuda a los demás por el miedo a la molestia de su pareja.
¿Qué hacer si eres sobreprotector?
1. Reconoce
tu problema.
2. Busca
ayuda. La terapia te será una vía para encontrar desde cuándo eres así y romper
con este patrón de lo contrario seguirás buscando este tipo de relaciones
siempre.
3. Aprende a
recibir. Pide ayuda a los demás y acéptala sin culpa.
4. Concéntrate
en ti y tus necesidades. Tu eres tu prioridad. Tienes que hacerte cargo de tu
vulnerabilidad y de tu miedo al abandono o esta falsa idea de que si no haces
por los demás se irán.
5. Aprende a
ver al otro como un adulto. Una pareja no es una relación padre-hijo.
6. No cortes
las alas de tu compañero. Estas relaciones crean dependencia pero nadie es
feliz cuando le cortas las alas.
7. Recuerda
que la libertad es una característica necesaria en el amor.
Psicóloga Mayra Cuanalo Gómez
Terapia
Individual y Terapia de Pareja
Sanatorio
Humboldt
Consulta
Previa Cita: 044 2221 83 83 07
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