Alberto Jiménez Merino
Ex
Rector de la Universidad Autónoma Chapingo
La falta de recursos que en
esta campaña no fluyeron, escasez de propaganda, desapego de dirigentes en las
campañas de los candidatos, notable falta de interés por la problemática de la
militancia, reducida participación de todos los sectores, algunos apoyando a
otras opciones, son parte del análisis que hacen actores políticos en el
territorio del estado de Puebla sobre el reciente proceso electoral.
También refieren la falta de
participación de sectores, militantes y simpatizantes en la toma de decisiones
sobre la definición de candidatos, algo
así como que faltó darle legitimidad interna.
La nula integración de los
delegados políticos en el proceso de selección de candidatos, centralizada en
la Secretaría de Organización y la Comisión de Procesos Internos, y su posterior
exclusión en los equipos de campaña por tener éstos un solo coordinador que
centralizaba las decisiones, es algo que se señala en este diagnóstico.
Si bien es cierto que el “factor
López Obrador” generalizó la mayoría de los resultados, no se puede dejar de
destacar que la falta de interés mostrada por parte de algunos candidatos a
diputados, a gobernador y de la propia dirigencia, desanimó la participación de
la militancia, destacan.
El regateo de candidaturas
por herencia familiar o su asignación en función de compadrazgos, sin el más
mínimo mérito o justificación, desanima y manda una señal equivocada a los
jóvenes y a la militancia, al cerrar la puerta y quitar la voz a quienes son el
voto fiel del partido, cifra nada despreciable de 600 mil votos en Puebla; en 81 presidencias
municipales.
Yo coincido con estas
valoraciones. Para quienes pudieran decir que no me vieron en el proceso
electoral pasado, en el cual tomé la decisión con anterioridad de no participar
a ningún puesto de elección, informo que mi participación, siempre dentro del
marco legal, fue apoyar al Coordinador Estatal de Estrategia para el Campo de
José Antonio Meade, instancia que integró una estructura de 68 mil activistas
de Puebla en apoyo a nuestros candidatos y un compendio de 16 líneas de políticas
públicas agroalimentaria, ambiental e hídrica como propuesta de nuestra
militancia, misma que recibió en propia mano nuestro Candidato Presidencial.
Todo lo anterior fue apoyado
por la Red Estatal Puebla Amigos del Agua que permitió también apoyar a muchos
de los candidatos a diputados locales, federales, gobernador, senadores y
presidentes municipales. Soy un militante del tricolor desde 1978, tan
orgulloso, leal y honesto como el que más.
Coincido con quienes dicen
que ya estamos sobre diagnosticados. Creo que es mejor sembrar una nueva
cosecha que llorar por la que se perdió, y procurar tener mejores siembras y
mejores cosechas.
Requerimos reencontrar al
partido de las causas sociales, además de la unidad y el orgullo de
pertenencia, hoy extraviados.
Ese partido de la justicia
social que, al mismo tiempo, recuerde y tenga presente que la principal finalidad del poder es la prosperidad del
pueblo; ese partido que recupere en cada militante la vocación por servir al
prójimo; ese partido en donde no deba ser la aspiración de un líder ser
servido, pues su obligación es servir y atender las necesidades de la gente.
Necesitamos que la comisión
creada por el Comité Ejecutivo Nacional para escuchar a la militancia, no se
reduzca a una página de internet. Requerimos de la representación territorial,
al menos a nivel de municipio, del ejercicio colectivo y del dialogo abierto
que, en conjunto, permitan reanimar a la militancia de convicciones y la inclusión como factor fundamental para
rescatar el sentido de pertenencia.
Es necesaria, también, la
renovación de las dirigencias desde los seccionales, comités municipales,
sectoriales y organizaciones, en cada estado así como en el Comité Ejecutivo
Nacional, esto con el voto directo de los militantes o de los consejos
correspondientes para rescatar identidad y mayor credibilidad en la base, en donde el trabajo,
el mérito o la carrera política de los dirigentes queden debidamente
acreditados.
Se requiere de un partido
vivo que ponga en práctica sus documentos básicos y, en sus plataformas electorales
renovadas, tenga una agenda acorde a las necesidades de nuestro tiempo: la
pobreza y desigualdad, la inseguridad pública, la salud, el cambio climático y
la formación de las futuras generaciones para escenarios de mayor adversidad; que
tenga la capacidad de recurrir a los mejores
para encontrar propuestas de solución a las necesidades y problemas y,
las levante como banderas. Necesitamos ser una oposición responsable,
colaborativa, pero sin servilismo.
Necesitamos un partido que
se preocupe realmente por la formación política de sus militantes, que tome en
serio la cuota de género y de jóvenes y forme líderes para tener candidatos más competitivos. Un partido en donde no se
perciba que hay dueños o que este organismo político sea sus edificios o sus
dirigentes. El PRI somos los militantes y necesitamos un partido al servicio de
México y de Puebla.
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