Columna Un Nuevo Comienzo
Sembrando
vida, un modelo productivo exitoso en Puebla
Alberto Jiménez Merino
Director Centro de
Innovaciones Agroalimentarias y
Tecnológicas (CIAT) Puebla
La plantación de cedro rojo
y caoba se realizó en Puebla en el año 2001, como respuesta a la escasez de
estas maderas finas y como respuesta a la necesidad de diversificar y
capitalizar la producción agrícola en la Sierra Nororiente.
Más de 650 hectáreas de estas
especies se plantaron en los municipios
de Hueytamalco, Ayotoxco, Acateno, Tenampulco y Jonotla. Es actualmente un
proyecto exitoso que desde el 2016 empezó a dar frutos al cosecharse los
primeros árboles.
Varias lecciones se han
aprendido de este proyecto. La primera, es que sólo funciona lo que la gente
pide, lo que la gente solicita. Este proyecto fue encabezado y gestionado por
Teresa Arriaga Mora, Presidenta Municipal y Diputada Local de la región. Otra
lección es que el periodo de maduración del proyecto forestal cedro-caoba requiere
por lo menos 15 años para empezar a generar ingresos. Los campesinos y pequeños
productores necesitan de recursos para aguantar este tiempo, sin abandonar los
cultivos que practican para su seguridad alimentaria, la asociación de cultivos
y árboles es muy necesaria.
El desarrollo de las plantas
que nacieron por semilla entre los árboles plantados fue un 30 por ciento superior
en grosor a los 16 años, más que los utilizados de vivero con una edad de 2
años. Ese año, 2000, también se promovieron en Puebla los primeros bosques de
árboles de navidad en las zonas templadas. Para 2005 ya hubo la primera Feria
del Árbol del Navidad.
El proyecto cedro-caoba,
consolidó la cultura de reforestación con especies de alto valor en la Sierra
Nororiente.
En ese mismo año inició el
proyecto de plantación de Bosques de Bambú al conocerse las bondades de la
planta del Milenio, después del desbordamiento del Río Apulco con motivo de las
lluvias de 1999 en la Sierra Norte de Puebla. Poblanos innovadores como Amado
Martínez de Hueytamalco, establecieron el primer Bosque de Bambú en Puebla y con
el apoyo de organizaciones como TOSEPAN y Esperanza del Mañana, se impulsó la
adopción regional y el desarrollo de una industria que va creciendo en nuestro
estado.
Las crisis recurrentes del
café han obligado a buscar otras opciones productivas. En el mismo año 2000 se
empezó con la plantación de lichi y pimienta, como árboles de gran importancia
para la economía; en ambos casos, estos proyectos nacieron de la gente, y al
ser éste su origen, el éxito tiene mayor posibilidad.
Hoy emergen con grandes
expectativas proyectos de hule, guanábana y cacao en esta región de la Sierra
Nororiente.
En la Sierra Negra la
reforestación impulsada por la Secretaría del Medio Ambiente Estatal, entre el
2005 y el 2011, sigue creciendo y muestra un panorama de transformación con los
bosques de pino que ya tienen entre 8 y 14 años.
Y, en la Mixteca, desde el
año 2000 se empezó a promover la plantación de Maguey Mezcalero como respuesta
a la necesidad de abastecer la materia prima para la producción de mezcal y
reducir el impacto negativo del excesivo aprovechamiento del maguey silvestre,
que amenazaba con un mayor deterioro ambiental.
En la misma región y en el
mismo periodo se empezó a impulsar la pitahaya que hoy cuenta con importantes
plantaciones y presencia en mercados locales, que junto a la pitaya de mayo,
son una gran opción para regiones cálido-secas de nuestro estado.
Asimismo, en el 2005 se
inició un ambicioso proyecto de fomento al cultivo del aguacate en Atlixco-Tianguismanalco-Huaquechula
y otras 4 regiones de Puebla (Chichiquila, Teziutlán, Zacapala y Zacatlán),mismas
que hoy están dando frutos para beneficio de muchos poblanos.
Árboles y plantas como el cedro
rojo, la caoba, el bambú, pinos de navidad, maguey mezcalero, maguey pulquero,
lichi, pimienta, pinos forestales, cacao, guanábana, pitahaya, pitaya y
aguacate son parte de una gran historia de desarrollo en Puebla y la prueba de
que sembrar vida puede ser, bien aplicado, la gran posibilidad de transformar
las condiciones económicas de la gente.
Lamentablemente los gobiernos
que precedieron al 2011 dejaron de apoyar estas iniciativas y, recientemente
los pretenden plantear desde el gobierno federal como si nunca se hubieran
hecho. Las transformaciones las hace la gente, para ello escuchar y revisar lo
realizado es fundamental.
Hay que seguir sembrando,
siempre sembrado en favor de Puebla y México.
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