Columna Un Nuevo
Comienzo
Actitudes,
Acciones y Sugerencias contra COVID19
Alberto Jiménez Merino
Secretario
Ejecutivo del Consejo Técnico
Nacional
Consultivo de la CNC
El 5 de Octubre del 2005, el
Huracán Stan tocó tierra en las costas de Veracruz; un fenómeno que llegó hasta
la Sierra Norte de Puebla. A las 4.30 de la tarde y durante casi 30 minutos,
vivimos su furia en el albergue habilitado en la presidencia municipal de
Xicotepec de Juárez.
Después de la tormenta,
salimos coordinadamente con la autoridad municipal a revisar afectaciones. Hubo
mucha lluvia y viento. Descubrimos el gran daño que nos hacemos al tirar la
basura en las barrancas y la obstrucción de alcantarillas que invariablemente
genera inundaciones.
Al día siguiente realizamos
una visita al municipio de Zihuateutla y encontramos al presidente haciendo
faena con un grupo de casi 200 personas. Al amanecer se había dado cuenta que
la gente estaba triste y preocupada y decidió convocarla a chapear las orillas
de los caminos que llevan hacia los campos. Al final hubo un convivio y los
ánimos se restablecieron. Fue una gran enseñanza.
Con Stan hubo techos
levantados por el viento, bardas tiradas, casas inundadas, invernaderos caídos.
En Cuetzalan del Progreso, el viento arrancó árboles de pimienta. Y en la zona
de Hueytamalco, más de mil 200 hectáreas de plátano quedaron literalmente
tendidas en el piso. Aquí hubo la decisión de chapear las plantas para su
renovación en lugar de la sustitución que la gente quería. A los siete meses
reinició la cosecha de plátanos.
Lo anterior viene a la
memoria y tiene alguna semejanza con la fuerte pandemia que estamos viviendo.
La cuarentena se extendió oficialmente hasta el 30 de mayo. Y las acciones de
control son cada vez más estrictas.
Podemos seguir nuestra
crítica permanente contra las autoridades o dejar que hagan lo que su
responsabilidad, intención y capacidad les permita; o decidir ver sólo positivo
y hacer por nuestra cuenta todo aquello que apoye y ayude a resolver este gran
problema.
De acuerdo a la fábula del
burro, el viejo y el niño, no se puede nunca dejar contentos a todos. Y quedar
bien, no deber ser nunca el objetivo. Lo recomendable es hacer lo que se
necesite hacer pero siempre pensando en el interés superior de la colectividad,
de la sociedad, de las comunidades.
Podemos seguir echando
culpas a todos. A los que no hicieron bien su trabajo, a los corruptos que no
se ha podido castigar y así consumir los sexenios. Y esperar que, el que venga
después siga con el mismo cuento hasta la eternidad.
Pero también podemos decidir
cómo asumir nuestras obligaciones como ciudadanos y gobernantes para contribuir
a hacer un mejor país sin esperar que alguien lo haga por nosotros. Mientras
tanto hay que obedecer las disposiciones y respetar lo establecido
oficialmente.
Podemos seguir deseando que
nuestro presidente se asuma como líder que hoy no es y aplique todos sus
poderes para unir a los mexicanos y atienda por lo menos los problemas más
prioritarios. Pero si eso no se puede por lo menos que los escuche y deje de
confrontar a los ciudadanos.
Podemos seguir distraídos
con el pleito infructuoso y callejero que traen el Gobernador de Puebla con la
presidenta Municipal de la capital o ignorarlo por cosas más productivas, pero
si exigir que cumplan los compromisos que hicieron a los poblanos.
Podemos desperdiciar esta
cuarentena viendo pasar las horas o aprovecharla para revisar proyectos, asuntos pendientes,
reorientar y corregir el rumbo de planes o replantear nuevas metas o nuevos
proyectos basados en las oportunidades que todo problema trae consigo.
Prepararnos para tener mayor
valor agregado a través de actualizar nuestros conocimientos mediante
capacitación y cursos en línea, practicar lo aprendido previamente e integrar
nuevos proyectos para ejecutarlos pasando la pandemia.
Podemos propagar el miedo
los rumores y los chismes del momento o tomar una actitud positiva que ayude a
mantener la sana convivencia y la gobernabilidad.
Podemos prepararnos para la
reactivación productiva y económica de cada una de las 199 mil comunidades de
México, o esperar a ver para donde soplan los vientos, evadiendo nuestra
responsabilidad.
La actitud es la mayor de
las libertades humanas. Es una decisión propia. Tomemos la mejor y busquemos
que a todos les vaya muy bien.
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