Lira Rugarcía: la Iglesia y su compromiso con migrantes
*México, país peligroso para ser sacerdote, expresa el
obispo nacido en Puebla
Por Raúl Torres Salmerón
El Obispo de origen poblano y actual titular de la Diócesis
de Matamoros-Reynosa y responsable de la Dimensión Episcopal de la Pastoral de
Movilidad Humana en México, Eugenio Lira Rugarcía, en entrevista, habla del
compromiso constante de la Iglesia con los migrantes, en particular las
víctimas del drama de la “migración en reversa”, provocada por las nuevas
políticas migratorias en Estados Unidos.
En este contexto, reconoce con gratitud la entrega de
quienes actúan como verdaderos “apóstoles de los migrantes”. El ex Obispo
Auxiliar de la Arquidiócesis de Puebla, revela también los detalles de su
reciente visita a Roma para participar en el Jubileo del Clero, un evento que
vivió como una “gracia muy especial”.
Los conceptos expresados fueron los siguientes:
-Ha sido un tiempo de gracia en el que he comprobado una vez
más que el Espíritu Santo armoniza en el amor de Cristo la diversidad de
pueblos, de culturas y de personas y nos va llevando adelante. Esto me ha
reanimado en la verdadera esperanza, que es Dios, con quien todo acaba bien.
-Conocí al Papa León XIV durante la visita ad limina apostolorum,
a los umbrales de los apóstoles, de los obispos de México en 2023. El entonces
Cardenal Prevost, Prefecto del Dicasterio para los Obispos, me causó una
excelente impresión por su gran bondad.
-Al verlo convertido en Sucesor de San Pedro y Vicario de
Cristo, reflexiono sobre la era en que Dios va llevando las cosas según los
proyectos de su corazón, buscando siempre nuestro verdadero bien: que lleguemos
a Él, en quien seremos felices por siempre. Y eso me ha fortalecido en la
esperanza.
-Aunque la muerte del Papa Francisco nos llenó de dolor, con
la elección del Papa León XIV, el Señor nos ha demostrado que siempre nos envía
la ayuda que necesitamos en el momento oportuno para llevarnos adelante, hasta
la meta: ser uno en Él.
-En el encuentro que el Pontífice mantuvo con los obispos el
pasado mes de junio en Roma, en junio pasado, me conmovió profundamente su
exhortación a que los obispos seamos conscientes de la llamada que el Señor nos
ha hecho a ser principio visible de unidad, algo que el mundo necesita con
urgencia.
-El Papa nos recordó que los obispos debemos ser hombres de
fe; de esa fe que es fiarse de Dios, adherirse a Él, vivir como enseña y hacer
lo que pide, sabiendo que Él nos lleva adelante.
-Esa es la esperanza que la gente necesita frente a las
penas, los problemas y las incertidumbres de hoy. La única manera de compartir
esta luz que nos permite avanzar en medio de las dificultades es proyectar a
todos, con oración, palabras y obras, el esplendor del amor que ha sido
derramado en nosotros: el Espíritu Santo.
DRAMA DE LA MIGRACIÓN FORZADA
-Como encargado de la Dimensión Episcopal de la Pastoral de
Movilidad Humana de la Iglesia Católica en México, lamentó el drama de la
migración forzada, es terrible, miles de personas obligadas a dejar su hogar,
su tierra y sus pertenencias para lanzarse a una aventura peligrosa y a un
futuro incierto. Muchos, al llegar a su destino, se enfrentan a la soledad, el
rechazo, el racismo, las amenazas y el miedo.
-Sufren el dolor de los sueños truncados al ser retornados,
reviviendo el duelo de dejar a su familia, amigos y una vida de trabajo e
integración en la comunidad que los había acogido. Es terrible.
-Algunos migrantes pueden cometer delitos, pero son muchos
más los que actúan con rectitud y que con su vida y su trabajo, contribuyen al
bien y al progreso material y espiritual del país que los acoge.
-La Iglesia en México, obispos, sacerdotes, religiosas,
religiosos y laicos, con gran generosidad, profesionalismo y amor sirven a los
hermanos migrantes en casi 60 casas de acogida, centros de atención y comedores
distribuidos por el sur, centro y norte del país.
-Estos servidores son los valientes apóstoles de los
migrantes que actualmente están enfrentando una nueva realidad, la migración en
reversa.
-México es uno de los países más peligrosos para ser
sacerdote. Hay que animarlos para que no tengan miedo. La vida, como decía San
Pablo VI, es estupenda, dramática y temporal. Se pasa rápido. Y sólo se vive
una vez en esta tierra.
-No desaprovechen este gran regalo, no lo desperdicien
viviendo encerrados y siendo del ‘montón’, imitando conductas que la mayoría
sigue sin saber por qué. Descubran lo mucho que valen y ábranse a la llamada de
Dios. Él los acompañará siempre y les echará la mano para que vivan plenamente
su vocación. ¡Es maravilloso ser sacerdote! ¡Es una llamada de amor para amar!
¡Vale la pena!
La entrevista con el Obispo poblano, la realizó Almudena
Martínez-Bordiú de la Agencia Católica de Informaciones (ACI Prensa), el pasado
3 de julio de 2025.
En fin, como dice la canción No me Llames Extranjero, del cantautor
argentino Rafael Amor:
No me llames extranjero
porque haya nacido lejos
o porque tenga otro nombre la tierra
de donde vengo.
raultorress@hotmail.com
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