El escritor australiano Morris West escribió una novela en la década de los 80s del siglo pasado y en ese tiempo fue un best seller. En inglés el título fue Cassidy, pero en la versión española se llamó Dios Salve su Alma.
West fue un autor profético. Basta citar dos libros: Las Sandalias del Pescador que anticipó la llegada de un sacerdote del mundo comunista a la cátedra de San Pedro y El Embajador que previó la derrota de Estados Unidos en Vietnam del Norte.
Muchos irlandeses emigraron a Estados Unidos y formaron familias de aristocracia política en los principales estados. Prueba de ello son los Kennedy y los Fitzgerald de Boston; los Monyhan de Nueva York y los Reagan en California.
Cassidy es un político de ascendencia irlandesa nacido en Australia. Es el paradigma de la vida política y de la corrupción. A lo largo de la novela se presenta el evangelio de Charles Parnell Cassidy, ejemplo perfecto del político irlandés.
Es raro que el mandatario Rafael Moreno Valle Rosas, hoy metido en una gigantesca crisis de gobernabilidad y credibilidad a causa de la Ley Bala y la muerte de un menor, no haya leído y aprendido a lo largo de su educación en Estados Unidos, algo de los políticos de allá.
Después de unos días de descanso veraniego y de buenas lecturas, le enumero a él y a su grupo el evangelio de Cassidy en la política. Aún es tiempo de cambiar, aunque los sueños presidenciales han pasado a mejor vida.
Esta es una apretada síntesis del evangelio del político irlandés, aplicable a los mexicanos:
-Documéntelo todo. Si usted no lo escribe, habrá quien pueda hacerlo.
-Cobre las deudas en especie o exenciones impositivas. Es demasiado fácil rastrear el dinero en los bancos.
-Nunca se enoje, nunca pierda el control. Shakespeare decía que un hombre puede sonreír hasta el cansancio, pero ser un hijo de p…
-Nunca haga apuestas. Los electores aprecian al deportista y ven con recelo al jugador.
-Si necesita sexo, aléjese de quien cobra por sus servicios y no quede a deber favores. Hay que ser amantes discretos. Cuídese de fotos comprometedoras.
-Presente al candidato a Comisionado de Policía, pero que otro ministro lo designe y dirija. Así tendrá las manos limpias y al mismo tiempo a la policía a sus órdenes.
-Compruebe y tenga un miembro eficaz de su partido en todos los grupos de emigrantes.
-Consiga mujeres inteligentes para ocupar lugares destacados. Ellas deben ocuparse de temas espinosos como el aborto y la violencia familiar. Un hombre parece un idiota cuando habla del derecho de una mujer a controlar su cuerpo.
-Nunca discuta de teoría política. Es un ejercicio completamente inútil.
-Manténgase alejado de los economistas, pueden causarle pérdidas electorales.
-La ley es el instrumento definitivo del poder.
-Cuanto más sencillo sea uno, más lo aprecian los electores.
-Deslúmbralos con luces de colores distribuidas en todo el horizonte y cuando estén esperando a Moisés y sus tablas de la ley, no verán lo que hay bajo sus narices.
-Hay que buscar las raíces, la fuente y las fibras del poder.
-Siempre que se aprueba una ley, se crea una nueva clase de delincuentes.
-Confíe en los abogados de la vieja usanza, almidonados, desesperadamente lentos y completamente dignos de confianza.
-La mujer es un compendio de maravillas, pero jamás puede exigírsele que sea un caballero.
-Hay más estafadores en el mundo de la beneficencia que en la política.
Ahí está pues a la vista un evangelio para los políticos. Ahora le toca llevarlo a cabo a los políticos.
Recuerdo de José Octavio Ferrer
Los amigos y familiares de José Octavio Ferrer Guzmán fueron convocados por su esposa Luz María Acuña viuda de Ferrer para recordarlo en lo que sería su cumpleaños número 85.
Aunque rindió tributo a la Madre Tierra el pasado 23 de abril, la presencia de José Octavio se sintió.
Se habló de política, de toros y de José Octavio. La reunión fue en su espaciosa casa de Huejotzingo. En el mes julio, verano agradable. Toros y política son un arte, lenguaje idéntico, se utiliza la misma terminología.
En política y en los toros hay que aguantar, templar y mandar; hay que tener valor, arrojo, elegancia, arte y poderío para poderle a los toros y a los problemas. Se debe conocer muy bien al toro para reconocer cuando tiene lidia y cuando no. Muchos políticos y toreros no soportan la presión. Por eso no llegan a figuras.
En política y toros hay que echarse para adelante, poderle a los toros, pero la fama y el dinero tienen sus costos: las cornadas y las decepciones, como el caso del gobernador Rafael Moreno Valle Rosas.
Lo ha perdido su falta de aguante y temple. Confunde el autoritarismo con el valor. Un niño muerto en San Bernardino Chalchihuapan lo ha marcado para siempre. Su fantasma lo perseguirá toda su vida, igual que su abuelo.
En cambio, cuando el político tiene bonhomía, es realmente amigo de sus amigos y desarrolla las mejores cualidades de los toreros --José Octavio fue aficionado práctico a los toros--, su presencia es permanente para bien. El duende, aquel de que habló Federico García Lorca lo acompaña en ocasiones.
Fue un sentido y grato homenaje de la familia de José Octavio, quien fue militar, dirigente de la Liga de Sindicatos Campesinos de la CNC del PRI, funcionario estatal y federal. También fue diputado local y federal por Puebla.
Su viuda Luz María, sus hijos Igor y José Octavio fungieron como espléndidos anfitriones en la tarde del domingo 27 de julio. Acompañaron también el resto de la familia.
Estuvo presente su hermano Jesús Ferrer Guzmán, “El Teniente”, aficionado de polendas en la Plaza México.
Hubo momentos emotivos y nostálgicos. El mariachi Orgullo Mexicano amenizó la tarde. Poco antes, Igor Ferrer repartió la letra del corrido Caballo Prieto Azabache, del autor Pepe Albarrán y pieza musical favorita de su padre, quien cuando murió pidió la tocaran.
Los presentes a coro, cantaron la melodía:
Caballo prieto azabache,
como olvidarte te debo la vida,
cuando iban a fusilarme,
las fuerzas leales de Pancho Villa.
Aquella noche nublada
una avanzada me sorprendió
y tras de ser desarmado
fui sentenciado al paredón…
José Octavio además se dedicó a la poesía y sobre todo a la pintura taurina. No podía faltar la poesía. El famoso “Teniente” Ferrer declamó la poesía “Juerga en el Cielo” del granadino Manuel Benítez Carrasco
Cuando don Ramón Montoya
se fue, porque lo llamaron
para una fiesta en la gloria,
temblaron, tristes y solas,
sin que nadie las tocara
las guitarras españolas.
…
Antes de que don Ramón
llegara para la fiesta,
y no habiendo allí, guitarras
porque tampoco había juergas,
Dios le dijo a San José
(a San José, que es un santo
que sabe bien de maderas):
-José: hazme una guitarra
una guitarra flamenca
con el mejor palo santo
y más celestial que tengas.
…
Con el permiso de Dios,
y como premio a esas manos,
escrito queda en la historia:
desde hoy tendrán los gitanos
entrada libre en la gloria.
Entre los asistentes estuvieron Mario Marín Torres y su esposa Margarita García de Marín; el ex alcalde de Tepeaca Isauro Rendón Vargas y su esposa María Eugenia Oliva; el ex líder la Liga de Sindicatos Campesinos de la CNC, Juan Mauro Balderas Muñoz; Héctor Aquino, el doctor Sergio Guzmán; Mariza y Yoloxóchitl Ferrer con sus esposos Héctor Rosas y Carlos J. Díaz; Gonzalo Ferrer, entre otros familiares.
Los periodistas Leticia Montagner, Mauro González Rivera y su esposa María Rosa González de González; Gabriel Sánchez Andraca, Gilberto Cruz Flores, Jesús Contreras Flores, Luis Alberto González, Javier Rodríguez Sánchez y Raúl Torres Salmerón.
Al caer la tarde, el “Teniente” anunció a la concurrencia el debut como novillero de su nieto, Héctor Gabriel, el sábado 9 de agosto en la plaza de toros “La Taurina” de Huamantla, Tlaxcala, en un cartel con José Mari Macías y José Zavala, con un encierro de Atlanga.
En el cartel que repartió el “Teniente” que participa el hecho, viene la poesía de su inspiración El Traje de Luces:
Luciendo la casaquilla
con alamares y hombreras
con montera el maletilla
¡Va a jugársela deveras!
Y ya de luces vestido,
ante sacro altar casual
de hinojos y conmovido…
suerte a Dios pide el chaval.
Antes de la llegada del mariachi, la familia rindió un homenaje a José Octavio al reproducir una de sus poesías grabadas en disco compacto, titulada Adiós, que conmovió a los presentes.
En fin, como escribió José Octavio Ferrer Guzmán (Puebla, 1929-2014) en su poesía Adiós:
Yo sé que ya se acerca
la meta de mi vida,
de pronto en el ocaso
mi sol se va a poner.
Me queda poco tiempo
y que mi despedida
camina ya a mi lado
en el atardecer…
raultorress@hotmail.com
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