lunes, 15 de agosto de 2016

Hola soy Esteban… y soy melómano por Esteban Cruz Lizarraga











[@lizarraga1221]

Estando navegando por la web encontré una imagen que decía:

“Cuando te esté llevando la chingada, pon algo de música… Te seguirá llevando, pero con ritmo”

Me sentí tan identificado con esa frase que de pronto lo entendí, haga lo que haga siempre tengo que escuchar algo de música, por lo que puedo decirlo sin temor a equivocarme: SOY UN MELÓMANO.

Vivo dentro de ese “estilo de vida” en el cual todo gira en torno a la música -de verdad, no estoy bromeando-. La música me ha acompañado en los mejores y peores momentos, ha dicho muchas cosas por mi cuando no tengo palabras o no sé cómo decir algunas cosas, también ha sido mi cómplice en amores y desamores, incluso en mi completa y absoluta “huevez”.

Así que decidí escribir de ella, de todo lo que me pasa con esa compañera incondicional que siempre sabrá que decirme con las palabras adecuadas y en el momento preciso,  como dijera Andrea Bocelli: “Vivo por ella… ella se llama música”.

Pero bueno, ¿cómo sé que soy un melómano? Por estas sencillas razones - y a ver cuántos se sienten identificados o conocen a alguien con esa descripción-:


  1. ¿Silencio? ¿Qué es eso?: Esto es muuuuuy cierto, jamás de los jamases puedo hacer algo sin poner algo de música: ir al baño, comer, limpiar, bañarme, cocinar, no importa cuál sea la actividad. Incluso el sólo estar acostado sin hacer nada, es motivo de estar escuchando música, porque la música es mi compañera ideal. No hay mejor compañera en cualquier lado que la música. Siempre que tengo visitas saben que estoy en casa porque desde la calle se escucha la bocina a todo volumen. Siempre me verán en la calle con  audífonos y moviendo los labios e inclusive caminando con ritmo o moviendo alguna parte del cuerpo al ritmo de alguna melodía.
  2. Espera, deja las escojo: Como ya les dije, no puedo estar sin música, pero es divertido -y a veces frustrante- ver el tiempo que invierto en escoger el playlist adecuado para cada ocasión. Porque obviamente es pasar por una biblioteca de millón y medio de canciones que tengo que pasar una por una para ver si se adecua al momento, pasando por unos interminables “quizá” que terminan en la lista. Y ustedes me dirán ¿Por qué no hace listas de reproducciones y ya no pierde tiempo?, pues NO, he intentado hacer miles de listas o acomodar la música por carpetas, ¡¡¡PERO NO PUEDO!!! Porque una misma canción puede estar en “mujeres solistas en español” o “para llorar” e incluso “ochenteras de corazón”, o sea, ¿dónde carajos la meto? Por eso decidí dejar esa misión por la paz y gastarme ¾ de hora en escoger cada vez la música que se me antojo escuchar en ese día porque “hoy amanecí con esa canción en la cabeza… mira, ésta ya tiene un buen que no la escucho… ni ésta… ni ésta… ni ésta… ni ésta… y esta tampoco…”
  3. El escenario es todo mío: No importa cuánto se tarda una persona normal en realizar una actividad sencilla, para mí esa actividad durará el doble o el triple. Porque no solo estoy barriendo, trapeando, lavando, cocinando o bañándome. ¡No!, también estoy realizando un concierto masivo ante miles de espectadores o en un escenario sencillo tipo “primera fila” o “concierto acústico” y por lo tanto, lo que tenga a la mano se convertirá automáticamente en el micrófono ideal. Si escucho la canción perfecta dejaré de hacer lo que estaba haciendo para hacer un playback digno de cualquier escenario o me convierto en el nuevo bailarín de la gira. Inclusive la escoba o el trapeador se transforman en la mejor pareja de baile. Mi espejo se ha convertido en mi mayor espectador y fan, cómplice de muchísimas actuaciones sin cansarse e incluso pidiendo las clásicas “otra, otra, otra, otra” y ni modo de no complacer a mi fan número 1, por lo que si estoy de buenas llego a cantarle hasta 4 canciones seguidas. ¡¡¡Que buen artista soy!!!
  4. Dímelo cantando: Como han leído -si es que han llegado hasta este punto- la música es parte esencial de mi vida – sí, eso ya quedó más que claro- sin embargo no sólo es mi compañera, sino que también reflejan mi estado de ánimo; si estoy triste, escucharé todas esas canciones para cortarse las venas; si estoy enamorado, todas esas canciones melosas; si algo bueno pasa, las de ánimo o para bailar, que según yo, reflejan cómo me siento, porque el autor de las letras, y el cantante, sabían que en un futuro lo iba a necesitar, porque vivió lo mismo que yo estoy viviendo en este momento. Y lo mejor es que cada canción refleja mi estado de ánimo más que la anterior.  Pero no sólo se limita a eso, sino que verán en mis redes sociales frases de canciones que digan cómo me va en el día o incluso motivadoras, también toda la vida me escucharán dar consejos en base a las letras de canciones: “como dice Juanga…”, “como dice Adele…”, “como dicen los cardenales de Nuevo León…” y así sucesivamente y muchas veces de cantantes y de canciones que mis amigos ni puta idea de quien chingados es, ni en la vida las han escuchado.
  5. Wey, esta canción es lo máximo: Es un hecho científico – ok bueno no taaan científicamente pero entienden el punto ¿no?-  que todo melómano, que se respete así mismo de serlo, no tendrá una canción, un artista o un género favorito. En mi playlist encontrarán canciones de todo tipo, porque aparte siempre –SIEMPRE- lo pongo en aleatorio, porque así puedo escuchar todas las canciones sin llevar un orden determinado; así pues, terminaré escuchando una de Britney, después una de la Arrolladora, pasando por Caifanes o Sex Pistols, y terminando con la Sonora Santanera y Lupita D’alessio. Es una caja de sorpresas que no se ni qué terminaré escuchando después. Pero ahí no para el asunto, cada que empiece una nueva melodía me escucharán decir frases como “esta es mi canción”, “no ma… amo esta rola”, “wow, tenía un buen que no la escuchaba y me encanta”. No importa de que canción se trate ni de que género, mi música es tan universal.
  6. Tienes que escuchar esta rola: Si me tienen cerca y les toca escuchar música conmigo -y aparte yo soy el dj- prepárense para saber los datos más curiosos de la canción o del artista en cuestión que a nadie le interesan. Creo que sé más de música que de historia universal -hahaha aquí si me la mame yo solo- cuando se compuso, para que película se ocupó, quien la iba cantar primero, cual es el tema en que se inspiró, qué estaba haciendo el autor de la melodía o incluso por que se llama así un grupo o artista, no importa si es cierto o no, si lo escuche de alguien ya es una verdad absoluta para mí “¿sabías que los tlaconetes de chalco fueron telonistas del tlacuache chiapaneco?” “¿Cómo? ¿No has escuchado a los tlaconetes de chalco? No mames, tienen una canción hiper buenísima, escúchala” Por lo que a todos mis amigos les pongo canciones que en la vida alguien conoce. Y no solo queda ahí, tengo una misma canción en 30 versiones diferentes: la original, versión concierto, versión acústica, versión en dúo, cover en español o inglés, versión remix, con la sonora o la filarmónica, versión Wendy sulca, etc, etc, etc. 


Bueno hasta aquí los dejo descansar de estas “confesiones de un melómano”.Nos leemos la próxima semana.

No duden en mandarme todos sus comentarios y como dice el Tri: “mientras tanto cuídense y que me los bendiga Dios. No hagan nada malo que no hiciera yo”.



0 comentarios:

Publicar un comentario

lunes, 15 de agosto de 2016

Hola soy Esteban… y soy melómano por Esteban Cruz Lizarraga











[@lizarraga1221]

Estando navegando por la web encontré una imagen que decía:

“Cuando te esté llevando la chingada, pon algo de música… Te seguirá llevando, pero con ritmo”

Me sentí tan identificado con esa frase que de pronto lo entendí, haga lo que haga siempre tengo que escuchar algo de música, por lo que puedo decirlo sin temor a equivocarme: SOY UN MELÓMANO.

Vivo dentro de ese “estilo de vida” en el cual todo gira en torno a la música -de verdad, no estoy bromeando-. La música me ha acompañado en los mejores y peores momentos, ha dicho muchas cosas por mi cuando no tengo palabras o no sé cómo decir algunas cosas, también ha sido mi cómplice en amores y desamores, incluso en mi completa y absoluta “huevez”.

Así que decidí escribir de ella, de todo lo que me pasa con esa compañera incondicional que siempre sabrá que decirme con las palabras adecuadas y en el momento preciso,  como dijera Andrea Bocelli: “Vivo por ella… ella se llama música”.

Pero bueno, ¿cómo sé que soy un melómano? Por estas sencillas razones - y a ver cuántos se sienten identificados o conocen a alguien con esa descripción-:


  1. ¿Silencio? ¿Qué es eso?: Esto es muuuuuy cierto, jamás de los jamases puedo hacer algo sin poner algo de música: ir al baño, comer, limpiar, bañarme, cocinar, no importa cuál sea la actividad. Incluso el sólo estar acostado sin hacer nada, es motivo de estar escuchando música, porque la música es mi compañera ideal. No hay mejor compañera en cualquier lado que la música. Siempre que tengo visitas saben que estoy en casa porque desde la calle se escucha la bocina a todo volumen. Siempre me verán en la calle con  audífonos y moviendo los labios e inclusive caminando con ritmo o moviendo alguna parte del cuerpo al ritmo de alguna melodía.
  2. Espera, deja las escojo: Como ya les dije, no puedo estar sin música, pero es divertido -y a veces frustrante- ver el tiempo que invierto en escoger el playlist adecuado para cada ocasión. Porque obviamente es pasar por una biblioteca de millón y medio de canciones que tengo que pasar una por una para ver si se adecua al momento, pasando por unos interminables “quizá” que terminan en la lista. Y ustedes me dirán ¿Por qué no hace listas de reproducciones y ya no pierde tiempo?, pues NO, he intentado hacer miles de listas o acomodar la música por carpetas, ¡¡¡PERO NO PUEDO!!! Porque una misma canción puede estar en “mujeres solistas en español” o “para llorar” e incluso “ochenteras de corazón”, o sea, ¿dónde carajos la meto? Por eso decidí dejar esa misión por la paz y gastarme ¾ de hora en escoger cada vez la música que se me antojo escuchar en ese día porque “hoy amanecí con esa canción en la cabeza… mira, ésta ya tiene un buen que no la escucho… ni ésta… ni ésta… ni ésta… ni ésta… y esta tampoco…”
  3. El escenario es todo mío: No importa cuánto se tarda una persona normal en realizar una actividad sencilla, para mí esa actividad durará el doble o el triple. Porque no solo estoy barriendo, trapeando, lavando, cocinando o bañándome. ¡No!, también estoy realizando un concierto masivo ante miles de espectadores o en un escenario sencillo tipo “primera fila” o “concierto acústico” y por lo tanto, lo que tenga a la mano se convertirá automáticamente en el micrófono ideal. Si escucho la canción perfecta dejaré de hacer lo que estaba haciendo para hacer un playback digno de cualquier escenario o me convierto en el nuevo bailarín de la gira. Inclusive la escoba o el trapeador se transforman en la mejor pareja de baile. Mi espejo se ha convertido en mi mayor espectador y fan, cómplice de muchísimas actuaciones sin cansarse e incluso pidiendo las clásicas “otra, otra, otra, otra” y ni modo de no complacer a mi fan número 1, por lo que si estoy de buenas llego a cantarle hasta 4 canciones seguidas. ¡¡¡Que buen artista soy!!!
  4. Dímelo cantando: Como han leído -si es que han llegado hasta este punto- la música es parte esencial de mi vida – sí, eso ya quedó más que claro- sin embargo no sólo es mi compañera, sino que también reflejan mi estado de ánimo; si estoy triste, escucharé todas esas canciones para cortarse las venas; si estoy enamorado, todas esas canciones melosas; si algo bueno pasa, las de ánimo o para bailar, que según yo, reflejan cómo me siento, porque el autor de las letras, y el cantante, sabían que en un futuro lo iba a necesitar, porque vivió lo mismo que yo estoy viviendo en este momento. Y lo mejor es que cada canción refleja mi estado de ánimo más que la anterior.  Pero no sólo se limita a eso, sino que verán en mis redes sociales frases de canciones que digan cómo me va en el día o incluso motivadoras, también toda la vida me escucharán dar consejos en base a las letras de canciones: “como dice Juanga…”, “como dice Adele…”, “como dicen los cardenales de Nuevo León…” y así sucesivamente y muchas veces de cantantes y de canciones que mis amigos ni puta idea de quien chingados es, ni en la vida las han escuchado.
  5. Wey, esta canción es lo máximo: Es un hecho científico – ok bueno no taaan científicamente pero entienden el punto ¿no?-  que todo melómano, que se respete así mismo de serlo, no tendrá una canción, un artista o un género favorito. En mi playlist encontrarán canciones de todo tipo, porque aparte siempre –SIEMPRE- lo pongo en aleatorio, porque así puedo escuchar todas las canciones sin llevar un orden determinado; así pues, terminaré escuchando una de Britney, después una de la Arrolladora, pasando por Caifanes o Sex Pistols, y terminando con la Sonora Santanera y Lupita D’alessio. Es una caja de sorpresas que no se ni qué terminaré escuchando después. Pero ahí no para el asunto, cada que empiece una nueva melodía me escucharán decir frases como “esta es mi canción”, “no ma… amo esta rola”, “wow, tenía un buen que no la escuchaba y me encanta”. No importa de que canción se trate ni de que género, mi música es tan universal.
  6. Tienes que escuchar esta rola: Si me tienen cerca y les toca escuchar música conmigo -y aparte yo soy el dj- prepárense para saber los datos más curiosos de la canción o del artista en cuestión que a nadie le interesan. Creo que sé más de música que de historia universal -hahaha aquí si me la mame yo solo- cuando se compuso, para que película se ocupó, quien la iba cantar primero, cual es el tema en que se inspiró, qué estaba haciendo el autor de la melodía o incluso por que se llama así un grupo o artista, no importa si es cierto o no, si lo escuche de alguien ya es una verdad absoluta para mí “¿sabías que los tlaconetes de chalco fueron telonistas del tlacuache chiapaneco?” “¿Cómo? ¿No has escuchado a los tlaconetes de chalco? No mames, tienen una canción hiper buenísima, escúchala” Por lo que a todos mis amigos les pongo canciones que en la vida alguien conoce. Y no solo queda ahí, tengo una misma canción en 30 versiones diferentes: la original, versión concierto, versión acústica, versión en dúo, cover en español o inglés, versión remix, con la sonora o la filarmónica, versión Wendy sulca, etc, etc, etc. 


Bueno hasta aquí los dejo descansar de estas “confesiones de un melómano”.Nos leemos la próxima semana.

No duden en mandarme todos sus comentarios y como dice el Tri: “mientras tanto cuídense y que me los bendiga Dios. No hagan nada malo que no hiciera yo”.



No hay comentarios:

Publicar un comentario