El 7 y 19 de septiembre del 2017 van a quedar en la memoria de los mexicanos por los fenómenos sísmicos que sacudieron gran parte de nuestro país; el miedo aún reina en muchas de las personas que vivieron estos eventos. Y no es para menos, se estima que entre ambos sismos se tienen cerca de 12 millones de afectados; poco más de 250 mil personas sufrieron daños en sus viviendas; 16 mil planteles educativos se reportaron también con distintos grados de daño; 53 centros de salud con daños mayores y; lo más triste de todo, oficialmente se reconoce que 471 personas perdieron la vida, algo que nos apena a todos. El despertar de este mal momento no ha sido fácil pero, hemos vuelto a demostrar que ante las tragedias, los mexicanos somos uno de los pueblos más solidarios del mundo y la atención de la sociedad a los damnificados en los primeros días de ocurrencia del sismo es algo loable y digno de mencionar. A la par del esfuerzo social, el Gobierno Mexicano hizo su trabajo para que se tomara la estafeta y se iniciara lo antes posible el proceso de reconstrucción en todos los estados afectados. Cada entidad ha tenido sus particularidades en el proceso y nuestro Estado es uno de los que, según el monitoreo que se hace del proceso, mejor desempeño ha tenido por lo que es de reconocer el liderazgo que ha tenido el Gobernador Tony Gali acompañado de la Federación para atender puntualmente a todos los que sufrieron algún tipo de daño en su patrimonio. No hay sector que se pueda minimizar en este tipo de casos pero sin duda, por lo que representa en términos de bienestar, la vivienda es uno de los que más atención tienen para que puedan regresar a la normalidad las personas. En un esfuerzo para atender lo más pronto posible a quienes sufrieron daños, la coordinación entre los tres órdenes de Gobierno, se puso en marcha el Censo que daría la pauta para apoyar a quienes han sido afectados por el sismo en nuestro Estado. Levantar cerca de 30 mil viviendas reportadas con algún tipo de daño por los municipios en cerca de un mes fue una labor titánica que de no ser, repito, por la excelente coordinación entre órdenes de Gobierno, no hubiera sido posible llevar a cabo. Este primer levantamiento casi inmediato al paso del sismo, permitió que se tuviera un universo de afectados lo que permitió iniciar actividades como las demoliciones, donde estas fueron necesarias y autorizadas por los dueños de las viviendas. Este tipo de acciones y el trabajo rápido hicieron que a finales de octubre se tuviera una versión del Censo que permitiera un número definido de damnificados lo que a la postre, permitió acelerar la entrega de tarjetas para la tercera semana de noviembre. El trabajo de dispersión se realizó en su mayoría en 15 días por lo que a mediados de diciembre la mayoría de los damnificados censados tenía en su poder el medio para recibir el apoyo en el que fue categorizado su daño. Al día de hoy podemos decir que este proceso, en el que hemos ido aprendiendo en el camino por la atipicidad del mismo, ha permitido que se hayan entregado la mayoría de las tarjetas a sus beneficiarios; que de 5,638 viviendas que fueron diagnosticadas con daño total se hayan visitado cerca de 4 mil y de donde se desprende que, poco más de dos mil beneficiarios han iniciado procesos de construcción y se tienen cerca de 50 viviendas terminadas. Importante mencionar que existe un grupo de verificadores, 114, que están dando seguimiento al proceso de reconstrucción y que se tiene el apoyo de cerca de 4,000 mujeres vigilantes que se han nombrado para apoyar también este seguimiento. El Censo final de Puebla nos dice que 106 municipios sufrieron daños por el sismo y en estos, 28,345 viviendas fueron censadas y se clasificaron con daño; 22,707 con daño parcial y 5,638 con daño total. Hablando en tiempo y en distribución en el espacio, la tarea de atender la contingencia ha sido muy complicada porque es la primera vez que nuestro Estado pasa por una situación como esta; consideramos que los ajustes que se tienen que hacer con respecto a las inconformidades que se han presentado, por cualquier situación, son mínimas y se están atendiendo; podemos decir que gracias a la gran voluntad política del Presidente Enrique Peña Nieto así como, a la voluntad de los tres órdenes de Gobierno, a cuatro meses de la ocurrencia del sismo hoy Puebla está de pie y trabajando bien para lograr en el menor tiempo posible regresar a la normalidad a todos los que fueron damnificados; vamos a un buen paso y junio es nuestra meta para concluir este proceso de reconstrucción.
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