La triste realidad en la que
vive un país privilegiado por su situación geográfica que lo convierte en el
ombligo del mundo de la marina mercante, pues rodeado de cuatro mares, uno de
ellos de su propiedad exclusiva, mas de 11 MIL kilómetros de litoral y una
enorme zona económica exclusiva que ya ha puesto en venta al mejor postor el
gobierno de Peña Nieto y ante la carencia de una verdadera Secretaria de Marina
que contemple, que incluya actividades productivas al bienestar nacional como
el comercio marítimo mercante, la flota pesquera, la turística y la
conservación y cuidado de nuestros arrecifes, zonas de manglar costero y la
preservación ecológica de nuestros litorales y el bienestar de la población que
en ellos habita.
Mexico
se encuentra entre las primeras economías que mas relaciones comerciales sostienen con el resto del mundo situación
que origina la necesidad de contar con espacios logísticos con ubicación y características estratégicas para llevar a
cabo el traslado de las mercancías
objeto de los intercambios de manera adecuada.
Los
puertos marítimos son espacios físicos que permiten el enlace y movilización
eficiente de bienes cuando estos son traslados por mar, cuyo destino y origen
principal en el país se constituye de naciones del propio continente americano,
del europeo y el asiático.
En
México existen 107 sitios habilitados como puertos (92) y terminales (15), De
los cuales sólo 47 cuentan con recinto portuario, de los 107 sitios decretados,
58 son controlados por algún tipo de API (Administración Portuaria Integral) y
49 son controlados por el Sector Central, de los 58 controlados por las APIS,
16 son administrados por APIS federales; 5 por APIS estatales, 2 por FONATUR y
1 por una empresa privada, los puertos cuya función es ser el punto de
enlace entre el transporte terrestre y marítimo, por lo que cuentan con el
espacio físico y la infraestructura que permite el intercambio logístico con
otros medios, la realización de maniobras de carga y descarga de buques, así
como el acceso y salida al mar de los mismos. Del mismo modo, integran espacios
que permiten la actuación de las autoridades y la realización de los trámites
aduanales correspondientes a la entrada y salida de mercancías del territorio
nacional.
Los puertos tienen diferentes
vocaciones y alcance, de modo que es posible encontrar los que tienen fines
comerciales, turísticos, pesqueros, petroleros e incluso militares, y cuyo
ámbito de acción es el plano internacional, llamados de altura, y aquéllos que
trasladan mercancías entre puertos nacionales, nombrados de cabotaje.
Los puertos de altura comerciales
de mayor importancia dado el tráfico de mercancías que presentan son el de
Veracruz y Altamira, en el litoral del Golfo de México, y el de Lázaro Cárdenas
y Manzanillo, en el Pacífico, que en conjunto participan con 57% de la carga
total, 95% en contenedores y 65% de la agrícola a granel, ésta última
movilizada de manera importante, junto con la mineral y general suelta, los
puertos de Coatzacoalcos, Progreso, Ensenada, Guaymas y Topolobampo.
La importancia de los puertos en
el comercio exterior es relevante porque conforman nodos en la logística de
transporte que permitirá su entrega y recepción apropiada y oportuna en las
regiones de consumo; éstos permiten aprovechar el amplio litoral del país y las
condiciones naturales locales y, con diferente alcance y especialización, son
reconocidos a nivel global por la calidad y eficiencia de sus operaciones,
situación determinante en el mantenimiento y consolidación de las relaciones comerciales
nacionales.
Pero la triste realidad es
totalmente diferente, la Armada de México, compuesta de una serie de
barcos viejos y desvencijados, generalmente estacionados en sus muelles navales
por falta de combustible, solamente y si acaso efectúa un servicio de guardacostas
y resulta incapaz con tanto barco viejo para establecer el dominio que el país
requiere para el cuidado de su zona económica exclusiva y por ello, ocupados no
en su labor de proteger la soberanía marina del país, sino efectuando labores
de policía para lo que no están capacitados, ahora sus altos mandos vislumbran
la posibilidad de enriquecerse, aprovechando que se carece de una Marina
Mercante mediante el manejo de las instalaciones portuarias y sus
actividades conexas..
Pero a raíz del asesinato del
Varón de Cuatro Cienegas, se suceden, una tras otra las malas políticas
nacionales, que poco a poco, pero inexorablemente se han encargado de mandar al
diablo a nuestra marina mercante nacional y dando cuenta de ello, ahora
se pretende militarizar los puertos haciéndose cargo de las administraciones
portuarias (APIS) nacionales, las capitanías de puerto, las oficinas de la
SAGARPA, la expedición de libretas de mar y de permisos de navegación turística
y prestación de servicios turísticos y profesionales de buceo, capacitación
portuaria, pesquerías, cargas y descargas portuarias y cuanta operatividad
adicional se relacione con esta actividad. Esto solo acarrearía un dispendio
por la duplicidad de funciones, una mentalidad “cuadrada”, el aumento de
una burocracia mal preparada y proclive a la corrupción lo que acarrearía una
disminución – como ya está ocurriendo – en el trasiego portuario. México, desde
hace casi un siglo ha clamado por una Marina Mercante poderosa y competitiva con
capacidad operativa para el manejo de nuestros puertos y cuya bandera nacional
ondee orgullosa en los mares y océanos del mundo.
Es clara pues, la diferencia existente entre
la Marina Militar (Armada de México) y la Marina Mercante Nacional, pero además
en una verdadera Secretaría de Marina deben existir otras divisiones cuyas
funciones presentan otras características diferentes como lo son las
relativas a la Flota Pesquera, la Flota Turística y las acciones de
Preservación y Conservación del Medio Ambiente Marino.
*El país donde el comercio es
más libre será siempre, las proporciones más ricas y prósperas…..
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