La tecnología nos ha facilitado
tantas cosas que creeríamos que el mundo y la vida es como ella, cuando en
realidad no es así. Actividades como comprar por internet sin hacer fila,
comunicarme por celular respondiendo de forma inmediata cuando antes tenias que
esperar hasta persona llegara a un teléfono fijo, tener acceso a libros sin
necesidad de ir a la biblioteca y esperar a que esté disponible el libro… son
las que nos acostumbran a obtener todo de forma inmediata y dejar de practicar
la paciencia.
Es un problema actual y frecuente en
las parejas enojarse porque les mandan un WhatsApp y no contestan de manera
inmediata o los “dejan en visto”. Todo esto hace que nos volvamos impacientes y
esperemos que las personas y el mundo respondan como la tecnología. Cuando las
cosas no resultan tan rápidas o como nosotros esperamos, nos enojamos,
deprimimos o nos genera ansiedad por la falta de tolerancia a la frustración y
sobre exigencia.
Cuantas veces estás manejando y te
desespera que el del coche de adelante vaya “lento” o te desesperas cuando ves
que la persona frente a ti pide en la tienda cosa por cosa de lo que va a
comprar “…con una caaaaalma!” o ¿qué tal cuando hay alguien delante de ti en la
fila pagando el estacionamiento y se le caen todas las moneditas con las que
iba a pagar?
La semana pasada en mi columna ¡SOY MUY IMPACIENTE! ¿QUE PUEDO HACER? https://goo.gl/mraKSv hablamos sobre hábitos que te ayudan a
trabajar con tu equilibrio y ser menos propenso a caer en la impaciencia, pero
esta vez te pasaré unos pasos de qué hacer cuando estás desesperándote.
1.
Has
consciencia de lo que te impacienta, ¿tienes la razón?:
Este es un paso muy importante de
hacer. Cuando trabajo con personas con problema para controlar ira, escucho
frecuentemente que no se dan cuenta de el proceso anterior a golpear cuando
pierden el control sin embargo una vez que se dan cuenta de lo que detona su
conducta y la reacción personal ante la exposición a la misma, se puede iniciar
el proceso de cambio.
Así que identifica qué situaciones
son las que detonan tu impaciencia para que sepas con qué momentos trabajarás.
2.
Reconoce
que le estás dando más valor solo a tu forma de percibir las cosas que a lo que
realmente está pasando
Exigirle a la gente de tu alrededor
que piense y actúe como tu lo haces es un error y además no depende de ti. Por
otro lado nunca lograrás que el mundo gire a tu velocidad, así que más vale
controlarte. Tal vez esa “calma” con la que la señora paga el estacionamiento
es más bien una expectativa tuya de rapidez que no necesariamente los demás
tienen. Analiza si eres solo tu el que tienes prisa y los demás están en una
velocidad normal.
3.
Has
ejercicios de respiración
Como comenté en la columna de la
semana pasada si ya practicaste ejercicios de respiración de manera preventiva,
una vez que estas expuesto a una situación de impaciencia te será mas fácil
relajarte por medio de respiración profunda.
4.
Deja
de juzgar
La molestia ante un hecho es
principalmente fruto de los pensamientos ante la situación, por ejemplo si me
estoy molestando porque la persona delante de mi tarda mucho en sacar su
cartera la molestia empieza cuando mi mente dice: “¿Que no tiene nada que
hacer?” “¿No se da cuenta que hay gente esperando?” “¡Cómo hay gente lenta!”.
Esos son los pensamientos que nos generan ira, por lo que te recomiendo detener
esos pensamientos pues solo alimentan tu molestia. Pues ni el mundo gira a tu
velocidad, ni puedes cambiar a las personas, ni sabes qué situación está
viviendo la persona que está frente a ti.
5.
Recuerda
las frases que rompen con la impaciencia
Hay frases que debemos traer a la
mente como recordatorio de paciencia por ejemplo: “El mundo no gira a mi
velocidad”, “La paciencia no es la capacidad de esperar sino la actitud con la
que lo haces”, o alguna otra frase que te guste te puede ayudar a activar tus
pensamientos en torno a tu propósito de ser paciente. Pregúntate si te es útil
estar corriendo todo el tiempo y deja de tratar de controlarlo todo.
6.
Concéntrate
en el momento y en tu entorno
Esperar es un buen momento para hacer
una revisión de cómo se siente tu cuerpo: puedes preguntarte , qué hay
alrededor de donde te encuentras. ¿Cómo se siente tu cuerpo sentado en esa
silla? ¿Qué tan cómodos se sienten tus pies en esos zapatos?
Otra técnica que recomiendo es
contar, puedes contar cuántas personas hay a tu alrededor, cuántos coches
puedes ver desde donde estás, etc… Y cuando menos te des cuenta ya habrá
terminado la espera.
7.
Evalúa en una escala del 0 al
10 ¿Qué tanto te pudiste controlar?
Esta
evaluación es útil para poder llevar un control de tu avance. Así podrás saber
si has mejorado o no.
Para trabajar con la impaciencia la terapia Cognitivo
Conductual es muy útil. En dónde acompañado de un psicólogo especializado tomas
consciencia de todo el proceso desde el detonante o situación que te enfrenta a
la impaciencia, las sensaciones, los pensamientos, hasta las conductas que te
hacen actuar por medio de la impaciencia.
Espero que
estos consejos te sean útiles para la próxima vez que estés perdiendo la
paciencia.
¡Te invito a
ponerlos en práctica!
Psicóloga Mayra Cuanalo Gómez
Terapia Individual y Terapia de Pareja
Sanatorio Humboldt
Consulta Previa Cita: 044 2221 83 83 07
http://psicologamayracuanalo.blogspot.mx/
Facebook: Psicóloga Mayra Cuanalo
Gómez
Twitter: @MayraCuanalo
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