Cuando
llegamos al mundo somos totalmente dependientes de la madre/cuidador@ para
sobrevivir.Así como necesitamos de alimento, también requerimos
afecto. En estudios se ha visto que los bebes que no son abrazados y
acariciados enferman con mayor frecuencia.
Al ser seres sociales necesitamos del contacto con otros pero hay una
gran diferencia entre la necesidad del vínculo con los demás y la dependencia
neurótica.
Para nuestra vida adulta es muy importante el vínculo que
logramos en la infancia con nuestros padres, si de pequeños contamos con una
madre que nos dio protección y con quien podíamos acudir cuando la necesitábamos entonces tenemos un sentimiento de seguridad y confianza para
enfrentar el mundo lo cual nos ayuda a la independencia.
Cuando
una persona tiene la percepción de que tuvo unos padres ausentes, puede
desarrollar en su vida adulta relaciones de dependencia neurótica, enfrentar el
mundo con miedo y con inseguridad. También ocurre que los padres están
presentes pero le inculcan al hijo miedos, inseguridad y ese niño llega a
adulto con una idea de que el mundo es una amenaza. El resultado de esto es una angustia muy
fuerte cada vez que hay dificultades, riesgos o cuando tienen que enfrentar una
situación solos y les cuesta mucho tomar decisiones.
Quien
ha tenido un vínculo insano con sus padres/cuidador en la infancia
probablemente se relacionará con personas a quienes les de todo. Pidiéndole a
su pareja una entrega incondicional y sienten una terrible ansiedad ante
cualquier señal de indiferencia o desapego, haciendo
todo por el otro al sentir este riesgo a perder la relación, creando relaciones
de codependencia.
Otra
reacción probable en personas que tuvieron un apego inseguro en la infancia es la
dificultad para relacionarse con los demás, evitándolo
por miedo a volver a sentir abandono.
Ante
estos dos escenarios el sufrimiento y la ansiedad son una constante. Por un
lado sufriendo y haciendo todo para no perder a “la persona que nos adoptó”quien
puede ser una pareja, un amigo, jefe o cualquier persona con quien nos
relacionamos. Y quien reacciona evitando relacionarse con los
demás sufrirá de esta incapacidad por
aceptar a los demás y cubrir esta necesidad de sentirse perteneciente a un
grupo.
Este
temor de enfrentar el mundo, tomar decisiones y el patrón de relaciones
dependientes neuróticas, se puede romper trabajando en terapia con tus
pendientes de la infancia, tu exigencia por “no haber tenido
unos padres perfectos” y con la confianza de tu capacidad por encontrar la
seguridad en ti y satisfacer tus propias necesidades.
Psicóloga
Mayra Cuanalo Gómez
Terapia
Individual y Terapia de Pareja
Sanatorio
Humboldt
Consulta
Previa Cita: 044 2221 83 83 07
http://psicologamayracuanalo.blogspot.mx/
Facebook: Psicóloga Mayra Cuanalo
Gómez
Twitter:
@MayraCuanalo
0 comentarios:
Publicar un comentario