Dicen LAS MALAS LENGUAS,
Columna política
Mauricio Santamaría Nava
El pedir que se disculpen por un agravio
tiene un porque, no es una ocurrencia del Presidente o de su esposa, está entre
el mismo fin de sanar agravios, el acabar con negocios corruptos del antiguo
régimen con empresas extranjeras, como algunas españolas.
Incluso, además del clero y de la actual
España, deberían pedir disculpas las empresas mineras canadienses por afectar
nuestros ecosistemas, la nación gringa por un millón de cosas, la más reciente
el muro que van a alzar. Y también nosotros los mexicanos debemos pedir
disculpas a nuestros hermanos indígenas, siempre discriminados. No necesitan
estar nominados al Oscar para ser reconocidos, se la rifan tofos los días,
tanto o más que los denominados mestizos.
Aquí está la carta que tanta polémica a
causado, estás de acuerdo con su contenido? 😉🤗
Ciudad de México, a 1 de marzo de 2019
Su Majestad, Felipe VI
Rey de España
Palacio de la Zarzuela, Madrid
Excelentísimo Señor:
Como me dirigí a Su Santidad Papa
Francisco, aunque con otro fundamento, expongo a usted, Majestad, el siguiente
manifiesto:
A principios del año en curso se cumplió
medio milenio desde la llegada de Hernán Cortés al territorio de la actual
República Mexicana y en 2021 se conmemoran los 500 años de la caída de
Tenochtitlan. Asimismo, dentro de tres años México celebrará los primeros 200
años de su vida independiente. Nos encontramos, pues, en un periodo en el que
resulta ineludible la reflexión ante hechos que marcaron de manera decisiva la
historia de nuestras naciones y que aún generan encendidas polémicas en ambos
lados del Océano.
Sin afán de ahondar en ellas, Su Majestad,
me ciño a los hechos: la incursión encabezada por Cortés a nuestro actual
territorio fue sin duda un acontecimiento fundacional de la actual nación
mexicana, sí, pero tremendamente violento, doloroso y transgresor; comenzó como
un acto de voluntad personal contra las indicaciones y marcos legales del Reino
de Castilla y la conquista se realizó mediante innumerables crímenes y
atropellos; así lo prueban os cargos fincados por la justicia española al
propio Cortés en los Juicios de Residencia a los que fue sujeto (1518-1547), de
los que es emblemático el encarcelamiento y asesinato de Cuauhtémoc, último
mandatario azteca, en 1525.
Con este propósito, el Gobierno de México
propone a Su Majestad que se trabaje a la brevedad, y en forma bilateral, en
una hoja de ruta para lograr el objetivo de realizar en 2021 una ceremonia
conjunta al más alto nivel; que el Reino de España exprese de manera pública y
oficial el reconocimiento de los agravios causados y que ambos países acuerden
y redacten un relato compartido, público y socializado de su historia común, a
fin de iniciar en nuestras relaciones una nueva etapa plenamente apegada a los
principios que orientan en la actualidad a nuestros respectivos Estados y
brindar a las próximas generaciones de ambas orillas del Atlántico los cauces
para una convivencia más estrecha, más fluida y más fraternal.
Reciba, Su Majestad, las expresiones de mi
más distinguida consideración.
Andrés Manuel López Obrador
Presidente Constitucional
de los Estados Unidos Mexicanos
Por otra parte, vale la pena hacer algunas
precisiones, por lo cual les presento el siguiente texto de Tecuhzoma Teutlahua
España NO EXISTIA como país en 1519 cuando
Hernán Cortes llegó a México.
Una falsa idea de nuestro pasado nacional,
casi universalmente aceptada como “valida” por los irreflexivos académicos y el
desinformado vulgo en general, es la que predica que “España conquistó México”
(¡!), sin embargo, existe un GRAVE problema en torno a esa “muletilla” ya
cientos de veces repetida en los medios de difusión con los que cuenta la
“propaganda eurocentrista” de la historia (libros, documentales, artículos);
pues apegados a la Sabia Razón y a la Verdad científica, en 1519 el país que
hoy lleva el nombre de “ESPAÑA” en realidad NO EXISTÍA ni territorial, ni
política, ni legal, ni socialmente, ni siquiera el nombre de España estaba
escrito en ningún documento oficial, pues lo que sí estaba en la PENÍNSULA
IBÉRICA en ese entonces, eran un puñado de reinos atrasados en muchos aspectos
sociales e ideológicos, y aunque gozaban de identidad nacional propia a NINGUNO
SE LE LLAMABA ESPAÑA.
Tales reinos INDEPENDIENTES ENTRE SI que
ocupaban la península ibérica en el Siglo XVI y que antecedieron a la MUY
POSTERIOR creación de “España” como
país, eran los pequeños y recientes reinos de: “Castilla”, “León”, “Aragón”,
“Navarra” y “Granada” por citar los más importantes, sumados una larga de lista
de “reinos menores” (aún más pequeños e intrascendentes) como lo fueron
“Toledo”, “Valencia”, “Galicia”, “Mallorca”, “Sevilla”, “Cerdeña”, “Córdoba”,
“Córcega”, “Murcia”, “Jaén”, “Algarves”, “Algeciras”, “Gibraltar” y de “las
islas de Canaria”.
Así pues, a inicios del Siglo XVI cuando
Hernán Cortes pisó por primera vez las costas de “Chalchicueyecan” (nombre
ancestral del actual estado de Veracruz), lo que existía al otro lado del mar
Atlántico NO ERA ESPAÑA ni mucho menos una “nación española”, lo único que
existía era un grupúsculo de reinos ibéricos separados y en un proceso aun
inacabado de desarrollo e integración; por tanto, con esto debería bastar para
dejar en claro que la falseadora “muletilla eurocentrista” mil veces repetida
de que “España conquisto a México” es una INCOHERENCIA TOTAL.
Pero esto no queda aquí, pues aunque
sabemos que por “convencionalismo” y practicidad literaria se cita en muchos
libros que Hernán Cortes “era un español” (y se disculpa), extendemos esta
nueva publicación como contramedida ante el embate de la maquinaria
promocionista del infumable título de “Madre Patria” que se le intenta por
muchos medios “formales” dar ridículamente a España. ¿A qué vamos?, la gente
mexicana de hoy debe saber que lo correcto y verdaderamente serio
(históricamente hablando), es que el “conquistador” Hernán Cortes era un
“CASTELLANO” mas “NO UN ESPAÑOL”, pues el “Capitán católico” que vino a imponer
a sangre y fuego el mestizaje y su religión, era proveniente de “Extremadura”
que era una provincia perteneciente al entonces “país” (reino) llamado “Castilla”.
Por tanto, España no puede ser “Madre Patria” de nadie en la América, pues
cuando se dio el “contacto entre ambos mundos”, España ni siquiera había nacido
como país (patria).
Los que realmente “conquistaron”
(invadieron) al Anahuac y a su centro geopolítico “México-Tenochtitlan” fueron
los Reinos de “Aragón” y “Castilla” dirigidos y SIEMPRE obedientes de la Corona
VATICANA en Roma; razón por la cual, a los Reyes Fernando II (de Aragón) e
Isabel I (de Castilla) quienes se sabe, financiaron los viajes de Cristóbal
Colon y sus ejércitos, UNICAMENTE ostentaron el título real y OFICIAL como de
“REYES CATOLICOS” y nunca (nunca) el de “REYES ESPAÑOLES”, por el mismo motivo
antes citado, de que ESPAÑA NO EXISTIA EN AQUELLOS AÑOS del comienzo de la
colonización europea en América. Ni Fernando II ni Isabel I fueron reyes de
España, fueron reyes de sus respectivos (países) reinos, Castilla y Aragón.
Punto.
Llegados a esta altura del presente ensayo,
surge un cuestionamiento natural… entonces, ¿quién fue el primer rey en la
historia en ostentar el título de “algo llamado España”? y al unísono, todos
los historiadores, académicos,
investigadores o eruditos en la materia no podrán negar que dicho personaje se
trató del “Emperador Carlos V”, el joven monarca o “el CESAR” del “Sacro
Imperio Romano Germánico”, quien dicho sea de paso “NO ERA ESPAÑOL” y no solo
eso, ni siquiera era originario de la península Ibérica (hoy España), sino que
nació en los territorios de la corona austriaca de los Habsburgo, en la ciudad
de Gante (hoy Bélgica).
Al morir su padre en 1516, (el afamado
Felipe I de Habsburgo, apodado “el Hermoso”) el joven Carlos heredo aparte del
“Sacro Imperio Romano Germánico” también a los “reinos ibéricos” de su
progenitor, quien se había hecho de ellos, al casarse con Juana de Castilla
(llamada también “la Loca”) la hija heredera del matrimonio de los “Reyes
Católicos” (Fernando II e Isabel I). Tiempo después de la muerte de su padre, y
ante la imposibilidad de su madre (Juana) de reinar al estar incapacitada por
padecimientos mentales, Carlos juro únicamente como rey de Castilla y de Aragón
en 1518 y no fue sino hasta el 16 de mayo de 1528 que juro en Valencia como REY
DE ESPAÑA ostentado así el título de “Carlos I de España”, día en que se puede
decir nació realmente España y tuvo al PRIMER REY DE SU HISTORIA, al quedar
unificadas oficialmente en una sola las coronas de Castilla, León, Aragón y
Navarra (la totalidad de la actual España).
Sí, en 1528 nació el país España, cuando
tuvo jurado a su primer rey de toda la península (Carlos I): ¡siete años
después de la derrota de México Tenochtitlan! (1521).
Fue de esa inesperada y fortuita manera,
que “Carlos V del imperio germánico” a la postre acumuló por un golpe de suerte
un título real más y se convirtió en 1528 en “Carlos I del imperio español”, y
a pesar de no ser “un castellano o aragonés” (ni siquiera hablaba castellano)
gracias al poder y riquezas obtenidas de las invadidas tierras mexicanas,
antillanas y peruanas, logró consolidar su poderosa corona europea y unificó
bajo el nombre de España finalmente, a los minúsculos reinos de la península
donde nació Hernán Cortes, (Castilla,
Aragón, León, Navarra, etc.) y que de no ser por el “Cesar germano” y la
“Conquista de América”, esos reinos ibéricos hubiesen seguido otros tantos
siglos más separados y paulatinamente debilitados o extinguidos a merced de sus
acechadores musulmanes y británicos, y con ello quizás y muy probablemente
España nunca hubiese existido en el mapa.
De tal modo, ante la luz de estos datos
históricos irrefutables, es lícito afirmar que la Conquista de México la
perpetró en realidad Castilla, Aragón y el Vaticano, y NO el país ESPAÑA,
puesto que este último nació casi una DÉCADA DESPUÉS de la rendición del héroe
Cuauhtémoc (el último TLATOANI MEXICANO de la época prehispánica). España solamente recogió y administró la ocupación
militar que materializó en los dominios de México-Tenochtitlan, el castellano
católico Hernán Cortes al servicio de su rey romano-germano (Carlos V), irrespetando
completamente a la nación mexicana establecida desde el año 1325, la cual fue
irrumpida abruptamente en pleno esplendor, al ser sometida por las armas, para
luego cambiarle a sus habitantes el original gentilicio de “mexicanos” (en
nahuatl, "mexikah"), por el trasgresor título de “novohispanos”,
cuando se instauró el gobierno de ocupación llamado “Virreinato de la Nueva
España” en 1535 (o mejor dicho de la “Segunda España”).
Sirva este ensayo para hacer saber que
después de 500 años, los mexicanos de hoy debemos entender el engaño
eurocentrista al que hemos sido arrastrados por los “historiadores miopes” y
los gobiernos desleales, es momento de superar la muletilla propagandística de
la “Madre Patria España” y desecharla en el basurero de la historia:
¡España no es la Madre Patria de México!,
es al revés… fue el “Padre-Madre México” (porque así se llamaba ya: “Mexiko”)
el que fue sacrificado para darle vida y VER NACER a sus dos hijas: al país
“España” y a su melliza americana “la Nueva España”.
Aquí dejamos esta nueva entrega, no sin
antes rogarles que atesoren esta verdad en sus mentes y en sus corazones: hoy
siglo XXI, hemos dejado atrás la ocupación extranjera de la Colonia y vivimos
en el “Segundo México” y así como los “primeros mexicanos y sus tlatoanis” se
decían orgullosos de provenir de la remota Aztlán, nosotros con el mismo
orgullo podemos decir, sin titubeos ni vacíos y con la Verdad en la mano, que
provenimos del viejo Tenochtitlan, de aquel ensoñador y violentado “Primer
México” que nos dio vida a nosotros “los segundos mexicanos”… y a las “dos
Españas” por igual.
***
“A la gloria de esa antigua sociedad de
grandes poetas, matemáticos, filósofos y guerreros que añoraban una vida entre
Flores y Cantos y una muerte al filo de la obsidiana”
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