Columna Un Nuevo Comienzo
Conferencia
de las Partes ONUCOP25 y la Reforestación del Mundo
Alberto Jiménez Merino
Director Centro de
Innovaciones Agroalimentarias
y Tecnológicas (CIAT) Puebla
La Conferencia Internacional
de las Partes para el Medio Ambiente de las Naciones Unidas sobre Cambio
Climático (COP) 25, a realizarse en Santiago de Chile del 2 al 13 de diciembre del
2019, tiene visos de ser más de lo mismo
que anteriores cumbres; reuniones de poco impacto, cuando “la situación es
mucho peor de lo que usted cree”, como dice en su libro La tierra Inhabitable, David Wallace-Wells (2019).
He tenido la oportunidad de
participar en la COP 16 en Cancún, México, en el 2010 y en la COP 17 en Durban,
Sudáfrica, en el 2011. Conferencias, propuestas, proyectos y compromisos sin
cumplir.
De la COP 17 se anunció un
Fondo Verde de 100 Mil Millones de Dólares que no se han visto.
En la COP 21 en París,
Francia en el 2015, ciento noventa y cinco países firmaron un acuerdo
vinculante para reducir la emisión de gases de efecto invernadero para bajar a
1.5 grados el aumento de la temperatura. Después, Donald Trump decidió sacar a
Estados Unidos del Acuerdo. No sólo no se ha implementado, sino que ha sido
motivo de ataques.
Hace apenas unos días
conocimos el mayor desprendimiento de un iceberg de la Antártida equivalente al
doble del tamaño de la Isla de Malta, Italia. Hemos visto incrementarse
notablemente los incendios forestales que han afectado a grandes regiones del
mundo, huracanes devastadores, sequías, inundaciones, granizadas, tornados y
heladas.
El cambio climático ha
provocado el incremento de poblaciones de plagas en cultivos, animales y
humanos. El dengue que se ha presentado en México, por ejemplo, en mucho se
debe al incremento de temperaturas ambientales. Se ha pronosticado que se están
modificando los límites de incidencia de insectos al cambiar la temperatura.
Para mitigar el cambio
climático la reforestación tiene una función muy importante. Estimaciones
científicas indican que la reforestación puede reducir hasta en un 20 por
ciento del calentamiento mundial. La diferencia entre tener sombra y estar al
sol directo puede ser de hasta 8 grados centígrados según observaciones
propias.
En la productividad
ganadera, un estudio realizado en Jamaica, concluye que las vacas que tuvieron
acceso a sombra durante la gestación, dieron crías con 5 kg más al nacer y 500
litros de leche más al año que aquellas que no tuvieron sombra.
La reforestación de tierras,
la acción de recuperar la vegetación perdida, puede hacerse de varias formas:
excluyendo áreas al pastoreo de ganado; aplicando sistemas de árboles padres
que producen semilla para la resiembra natural después de un aprovechamiento
forestal; el trasplante tradicional de arbolitos y a través de la siembra
artificial de semillas con métodos manuales o aéreos.
Pero el método preferido por
los gobiernos ha sido la producción de planta de vivero y su trasplante a través
de jornadas anuales con sobrevivencia de planta que no supera el 60 por ciento.
Muchas veces con planta pequeña, especies que no corresponden a las regiones y
plantaciones fuera de temporada o en lugares inadecuados.
Tan sólo en México, las
tierras degradadas de pastizales alcanzan 120 millones de hectáreas que es
necesario resembrar para mejorar la producción de alimento para el ganado,
retener el suelo y recargar los acuíferos.
La pérdida de áreas
forestales se ha estimado en 600 mil hectáreas cada año y, la de suelo, en 540 millones de toneladas anuales.
Estudios de la Organización
de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO) y del Instituto
Tecnológico de Zurich, citados por René Castro y Fernando Ayala (El Universal 5
octubre, 2019), señalan que es posible recuperar 67 millones de hectáreas de
tierras degradadas que se localizan entre la frontera sur de Panamá y la frontera
norte de México, para incrementar en 78 por ciento la cobertura forestal
mundial y reducir en 7.8 por ciento las emisiones de gases en las próximas dos
décadas, con una inversión de 22 mil millones de dólares.
En AGRODRONE México
estimamos que un proyecto de este alcance es posible lograrlo en 12 años, sembrando 5.6 millones de hectáreas cada
año, utilizando DRONES y semilla recubierta con
materia orgánica, abonos bilógicos y micronutrientes, tanto para recuperar
bosques como pastizales o praderas.
Un DRÓN siembra 20 hectáreas
por día y trabaja en grandes extensiones, generalmente inaccesibles para el
trasplante de arbolitos. Se recomienda utilizar especies forestales nativas de
las regiones, con valor económico para la gente, ya sea maderable, industrial,
medicinal, alimenticio, forrajero o frutícola.
Si bien las maderas finas
tropicales, las maderas de pinos y especies de climas templado-fríos son más
populares, no se debe descartar especies como agaves, bambú y las especies de
interés en sistemas agrosilvopastoriles.
En Puebla, México la plantación
de cedro rojo y caoba en zonas cálido- húmedas, pino piñonero, pinos maderables,
cedros blancos, agave pulquero y sabino para promover la producción de
escamoles, agave mezcalero en zonas cálido-secas son experiencias ya
comprobadas. Las especies resistentes a sequía tienen un lugar especial.
Esperemos que los acuerdos
de la COP 25 sean favorables y pasen a la acción contra el cambio climático, a
través de la cooperación internacional para restablecer el equilibrio ecológico
de nuestra única casa: La madre tierra.







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