Columna Un Nuevo Comienzo
Morena,
responsable de la pobreza en México.
Alberto Jiménez Merino
Director
Centro de Innovaciones Agroalimentarias
y
Tecnológicas (CIAT) Puebla
Entre los grandes problemas
nacionales podemos incluir la pobreza y desigualdad en la que viven casi dos
tercios de la población mexicana.
Además, existen también grandes
problemas de deterioro ambiental, aguas residuales, escasez de agua, residuos
sólidos, ríos sucios y erosión del suelo que genera fuertes pérdidas de
productividad agroalimentaria.
Pero también son
significativos los problemas de salud como el sobrepeso y la obesidad, el
cáncer, la diabetes y sus enfermedades asociadas que demandan importantes sumas
en el presupuesto nacional.
Y, aunado a todo lo
anterior, el mayor de todos los problemas es la inseguridad pública, en mucho,
consecuencia de los preocupantes niveles de pobreza y desigualdad, así como de
la ausencia de una educación que no prepara a la gente para la vida y el
trabajo, una educación en la que los principales problemas y necesidades de las
familias no se están incluyendo en los contenidos curriculares.
Todos estos problemas ya los
eran desde hace décadas. No aparecieron en el 2018. En los últimos sexenios se
han incrementado, lamentablemente, y no han distinguido colores partidistas; al
revisar lo que han hecho todos los gobiernos no se encuentra a uno que en
verdad haya trascendido.
Los grandes problemas
nacionales no fueron creados en el sexenio de Morena, no son culpa de la
administración que encabeza este partido. Los problemas ya estaban cuando
llegaron, incluso algunos, como la inseguridad, se acrecentaron en los tres
últimos sexenios.
Morena no es culpable de la
pobreza ni de la inseguridad pública que tanto lastima la convivencia, la
economía y, sobre todo, la tranquilidad de las familias.
Lo que amplios sectores
cuestionan es el incumplimiento de promesas hechas a la ligera, sin ningún
sustento ni conocimiento, utilizadas sólo para ganar la voluntad popular y, muchos
de estos grupos han manifestado arrepentimiento prematuro.
No ha bajado la gasolina y no
se ve para cuando pueda ocurrir, la inseguridad pública no se ha revertido. Se
ha perdido mucho tiempo en echarle la culpa a administraciones pasadas y
también se ha polarizado a la sociedad clasificándola entre “fifís” y “chairos”.
Por la forma en que ha
conducido la administración, se observa un desmantelamiento de instituciones en
nombre de la austeridad. Despedir personal que ha costado años formar y reducir
los sueldos sólo conducen a parálisis de las instancias encargadas de atender
los problemas de los ciudadanos.
La aplicación clientelar del
presupuesto privilegiando programas de carácter asistencial que, está probado,
no desarrollan a la gente en detrimento del fomento productivo que permita
generar riqueza, es una prueba del desconocimiento del problema o de la falta
de interés de resolver lo que tanto se ha criticado.
La reducción del presupuesto
destinado al campo que en 2019 bajó de 82 mil millones de pesos a sólo 66 mil
millones, y en 2020 a 46 mil millones, muestra un desconocimiento extremo de
las necesidades del sector agroalimentario en materia de servicios técnicos,
sanidad, de inocuidad, mecanización y tecnificación, acopio y comercialización.
No obstante a la nueva banca propuesta, el problema persiste.
Por este y varios casos de abandono
presupuestal y ausencia de fondo en los grandes problemas es que me atrevo a
señalar que Morena no es culpable de éstos, pero es responsable y no se ve la
voluntad para asumir su responsabilidad histórica.
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