Willy @punta
Los nuevos efectos de una añeja
polarización social
La
polarización social es añeja, pero sus efectos se resienten ahora más que nunca,
y son diferentes circunstancias las que
vinieron a avivar la llama de esta desigualdad, entre otros el tan trillado
COVID 19.
Les digo que
no es nuevo el asunto dado que, desde siempre, la sociedad mexicana ha estado
viviendo con dos panoramas, el de los pobres y el de los ricos, aunque algunos
que no tan pobres, revisten su imagen de clase media. Eso, como dije, desde
siempre.
Pero los
comentarios, algo recientes, de esta situación se dieron a nivel internacional
hace trece años, cuando a finales del mes de diciembre de 2007, el Banco Mundial dio a conocer su
preocupación por la polarización en México, incluso Ofreció respaldo por 210
mil dólares para frenar los efectos de la división entre pobres y ricos, norte
y sur en el país
En aquel
entonces se mencionó el proyecto de una contraloría social. El asunto de
contraloría social es otro tema que tal vez abordaré en
otra ocasión.
Regresando
al asunto de la polarización desde el punto de vista del El Banco Mundial (BM),
en ese entonces, consideró “la polarización social en México es preocupante,
porque frena el desarrollo económico y democrático. Hay más de dos “Mexicas”:
el de los pobres y el de los ricos; el del norte y el del sur, y es necesario
atender esta situación de manera urgente, afirmó Roby Senderowitsch, especialista
en desarrollo institucional de la organización.
Advirtió que
sin equidad social se compromete la economía mexicana, porque no existen
garantías de que todos los segmentos de la población avancen con equidad. Esto
ocurre cuando no hay competencia en los mercados, cuando prevalecen monopolios
públicos o privados que no permiten la mejora de los servicios, especialmente
en el caso de la educación (Hasta aquí los comentarios del especialista).
Pasaron los
años, cambiamos de color en el gobierno federal y ahora, amén de las circunstancias que
aquejan a la economía de los mexicanos por la pandemia, lo que hay es no solo la
incertidumbre del país, en algunos aspectos financiero, según lo ven a nivel
internacional, sino el rechazo del Gobierno federal a algunas de propuestas de la Iniciativa privada.
El “encabronamiento”,
aunque no lo digan, está presente y lo veo reflejado en las expresiones del
sector empresarial, ese es uno de los nuevos efectos de la polarización social.
Lo último en
cuanto con ese sentimiento, que menciono anteriormente, es la declaración, como
advertencia de los empresarios, cuando dicen “Es la tercera llamada que hacen
al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador para trabajar en
conjunto”, esto luego de que presentaran
68 propuestas para enfrentar los efectos de salud y económicos por el
coronavirus.
Como sabemos
fueron los organismos adheridos al
Consejo Coordinador Empresarial (CCE), quienes trabajaron arduamente y por
varios días, sobre esas propuestas que por fin presentan al sector público.
Me gustaría
equivocarme pero considero que esas propuestas quedarán en el tintero, a menos
que realmente la Iniciativa privada haga lo que debe hacer, pero por su cuenta,
veremos la fuerza de quienes a diario luchan por la economía de muchos
mexicanos, frente a un sector público que se preocupa más por mantener su
capital político.
Digo lo
anterior con base en los siguientes apuntamientos:
1.- Lenguajes diferentes
Mientras en
la Iniciativa privada se habla de detonar el crecimiento incluyente y el
desarrollo social, el Presidente de México señala que la palabra crecimiento ya
no debe utilizarse, ya no se debe decir crecimiento sino desarrollo, porque
debemos ir a lo espiritual y no a lo material.
2.- La añejo huella
Aunque en el
documento que presentó el CCE, no se habla de rescate a empresarios, el estigma
del Fobaproa, en ellos, está presente en la mente Andrés Manuel López Obrador, y claramente ha
manifestado “que lo que quieren los empresarios es hacer negocios, y eso eso
quedó en el pasado”, aun cuando los empresarios ya ven de otra manera la
situación económica en la sociedad mexicana.
3.- Cuando Carlos Salazar Lomelín presidente del
CCE declara “siempre estaremos de acuerdo en que debemos tener un sistema que
funcione, que nos promueva el desarrollo, nos dé crecimiento, que nos dé mejores
posibilidades de salir de esta crisis”.
Seguro estoy
que el Gobierno federal sostendrá que el sistema está funcionando, el plan ya está
hecho, y que incluye a todos los sectores sociales, obviamente ahí está el
productivo, y que con ese plan México saldrá adelante.
Bueno, pues
ahí está la polarización en México que hoy por hoy sigue y sigue, pero como
muchas veces lo he dicho, ahora reitero, pobres de los pobres, como siempre, quedan
al margen de un desarrollo pero en medio de la “refriega” de los poderosos,
siendo utilizados como un documento a la vista al portador, más o menos como el
papel moneda, que muchos lo ganan a la buena y otros a la mala.
¿Ante el
panorama qué pasará en México?
No lo sé, lo
que si debo decir, es que los jóvenes deberían tomar cartas en el asunto, solo
ellos son la esperanza de México, con nuevos proyectos e ideas sociales y
productivas en este hermoso país.
Veremos y
apuntaremos
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