miércoles, 14 de octubre de 2020

Preocupante cierre de pequeños comercios y changarros

 











Preocupante cierre de pequeños comercios y changarros

 

Por: Fernando Manzanilla Prieto

Es impresionante la cantidad de pequeños negocios que han tenido que cerrar por la situación derivada de la pandemia. En mis recorridos por las colonias de la capital poblana veo por todas partes, locales cerrados con letreros de se renta o se traspasa. Alcanzo a ver que muchas tienditas, fondas y pequeñas estéticas, más o menos la han podido librar. Pero es claro que muchos otros negocitos como papelerías y pequeños talleres han perdido la batalla contra esta pandemia.

 

La falta de ventas, la carga de las rentas, los plazos fatales que suelen fijar los proveedores y la inseguridad, han orillado a miles de comerciantes y pequeños propietarios a cerrar el negocio familiar. No olvidemos que muchos de los que tienen un pequeño negocio o un changarro, son personas mayores que no cuentan con pensión. Para muchos de ellos el negocio era su único sustento para sobrevivir y salir adelante.

 

Al inicio de la pandemia algunos gobiernos estatales dieron apoyos de 15 o 20 mil pesos para que estos pequeños negocios aguantaran un par de meses. Luego muchos tuvieron que recurrir al crédito o a algún tipo de financiamiento para resistir. Pero la situación de emergencia se ha prolongado a tal punto que cada vez son más los changarros que no han podido sobrevivir.

 

La realidad es que a los pequeños negocitos y changarros se les ha dejado a su suerte. Estamos hablando de que, tan solo en el sector formal, hay alrededor de un millón 200 mil establecimientos de este tipo en todo el país y se estima que, por la pandemia, a la fecha han cerrado alrededor de medio millón. Tan solo en Puebla, según cifras oficiales, 35% de los negocios micro y pequeños podrían cerrar de manera definitiva.

 

No estamos hablando aquí de empresarios como el estereotipo que suele venirnos a la mente, sino de cientos de miles de emprendedores que viven al día, al igual que los millones de trabajadores que tienen contratados. El problema es que estos micro comercios le dan empleo a una tercera parte de la población ocupada en actividades no agrícolas del país. No olvidemos que la mayoría de los pequeños negocios y changarros suele contratar a uno o dos empleados.

 

Pensando en esta problemática, hace unos días presenté un punto de acuerdo en la Cámara de Diputados, para exhortar a los gobiernos estatales y municipales a diseñar un plan de apoyo para micro negocios. La idea es aprovechar que ya se acerca el pago de licencias de funcionamiento y crear diversos esquemas que permitan aminorar la carga que este pago representa para el pequeño comercio.

 

La propuesta consiste en que los gobiernos estatales y municipales, primero, flexibilicen los requisitos para renovar esta licencia, por ejemplo, eximiéndolos del pago en una sola exhibición de algunos servicios como el de limpia, bomberos y protección civil. Segundo, que se difiera el pago de algunos impuestos estatales, como por ejemplo el pago del predial y el agua. Y, tercero, que se impulse la creación de nuevos esquemas de apoyo crediticio para el pago de electricidad y a proveedores.

 

No cabe duda de que las principales víctimas de esta pandemia han sido los pequeños comerciantes y los dueños de sus propios establecimientos; pero también lo han sido los empleados que ahí laboraban. Tenemos que encontrar la manera de apoyar a estos pequeños negocios y changarros para que vuelvan a abrir y para que los que siguen activos logren sobrevivir. Urge hacer algo pronto o, de lo contrario, seguiremos viendo negocios cerrados y el crecimiento en los niveles de desempleo, pobreza e inseguridad.

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miércoles, 14 de octubre de 2020

Preocupante cierre de pequeños comercios y changarros

 











Preocupante cierre de pequeños comercios y changarros

 

Por: Fernando Manzanilla Prieto

Es impresionante la cantidad de pequeños negocios que han tenido que cerrar por la situación derivada de la pandemia. En mis recorridos por las colonias de la capital poblana veo por todas partes, locales cerrados con letreros de se renta o se traspasa. Alcanzo a ver que muchas tienditas, fondas y pequeñas estéticas, más o menos la han podido librar. Pero es claro que muchos otros negocitos como papelerías y pequeños talleres han perdido la batalla contra esta pandemia.

 

La falta de ventas, la carga de las rentas, los plazos fatales que suelen fijar los proveedores y la inseguridad, han orillado a miles de comerciantes y pequeños propietarios a cerrar el negocio familiar. No olvidemos que muchos de los que tienen un pequeño negocio o un changarro, son personas mayores que no cuentan con pensión. Para muchos de ellos el negocio era su único sustento para sobrevivir y salir adelante.

 

Al inicio de la pandemia algunos gobiernos estatales dieron apoyos de 15 o 20 mil pesos para que estos pequeños negocios aguantaran un par de meses. Luego muchos tuvieron que recurrir al crédito o a algún tipo de financiamiento para resistir. Pero la situación de emergencia se ha prolongado a tal punto que cada vez son más los changarros que no han podido sobrevivir.

 

La realidad es que a los pequeños negocitos y changarros se les ha dejado a su suerte. Estamos hablando de que, tan solo en el sector formal, hay alrededor de un millón 200 mil establecimientos de este tipo en todo el país y se estima que, por la pandemia, a la fecha han cerrado alrededor de medio millón. Tan solo en Puebla, según cifras oficiales, 35% de los negocios micro y pequeños podrían cerrar de manera definitiva.

 

No estamos hablando aquí de empresarios como el estereotipo que suele venirnos a la mente, sino de cientos de miles de emprendedores que viven al día, al igual que los millones de trabajadores que tienen contratados. El problema es que estos micro comercios le dan empleo a una tercera parte de la población ocupada en actividades no agrícolas del país. No olvidemos que la mayoría de los pequeños negocios y changarros suele contratar a uno o dos empleados.

 

Pensando en esta problemática, hace unos días presenté un punto de acuerdo en la Cámara de Diputados, para exhortar a los gobiernos estatales y municipales a diseñar un plan de apoyo para micro negocios. La idea es aprovechar que ya se acerca el pago de licencias de funcionamiento y crear diversos esquemas que permitan aminorar la carga que este pago representa para el pequeño comercio.

 

La propuesta consiste en que los gobiernos estatales y municipales, primero, flexibilicen los requisitos para renovar esta licencia, por ejemplo, eximiéndolos del pago en una sola exhibición de algunos servicios como el de limpia, bomberos y protección civil. Segundo, que se difiera el pago de algunos impuestos estatales, como por ejemplo el pago del predial y el agua. Y, tercero, que se impulse la creación de nuevos esquemas de apoyo crediticio para el pago de electricidad y a proveedores.

 

No cabe duda de que las principales víctimas de esta pandemia han sido los pequeños comerciantes y los dueños de sus propios establecimientos; pero también lo han sido los empleados que ahí laboraban. Tenemos que encontrar la manera de apoyar a estos pequeños negocios y changarros para que vuelvan a abrir y para que los que siguen activos logren sobrevivir. Urge hacer algo pronto o, de lo contrario, seguiremos viendo negocios cerrados y el crecimiento en los niveles de desempleo, pobreza e inseguridad.

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