Liderazgo Presidencial: clave del avance de la Cuarta Transformación
Por: Fernando Manzanilla Prieto
Este primero de diciembre se cumplen dos años
de gobierno del Presidente López Obrador y creo que bien vale la pena dedicar
unos minutos a reflexionar acerca de lo que ha sido este primer tercio de la
administración. Tanto en lo que se refiere a las debilidades y amenazas que ha
enfrentado el proyecto de transformación impulsado por el Presidente, como en
lo relativo a las fortalezas y oportunidades que presenta de cara al futuro
inmediato.
Es claro que la pandemia ha sido —y sigue
siendo— la principal amenaza para el proyecto de transformación en curso. El
manejo de la crisis sanitaria ha tenido un alto costo en vidas y ha debilitado
la imagen de México a nivel internacional, al tiempo que ha minado la
credibilidad de nuestras instituciones de salud, así como gran parte de la
confianza y certidumbre respecto a nuestra economía.
Sin embargo, a diferencia de otros países
donde la pandemia ha impactado negativamente la aprobación y popularidad
gubernamental, en México la imagen del Presidente de la República, a pesar de
las adversidades y contra todo pronóstico, no solo ha salido bien librada sino
que, incluso, se ha fortalecido. Prácticamente todas las encuestas serias
coinciden en que entre abril y noviembre, en promedio, la aprobación
presidencial pasó de estar por debajo del 50% a poco más del 60%.
No obstante, también es un hecho que ésta,
que es una de las principales fortalezas de la figura presidencial, presenta
límites que es necesario considerar. Las mismas encuestas muestran que la
mayoría de quienes aprueban al Presidente también creen que las cosas pueden
salirse de control y que, por tanto, es necesario hacer ajustes a las políticas
de gobierno, particularmente a la estrategia anti Covid, así como en materia de
seguridad y empleo.
El que el liderazgo del Presidente se haya
fortalecido en los últimos meses constituye un hecho singular que debe ser
visto, más que nada, como una gran oportunidad para avanzar hacia la Cuarta
Transformación. Estoy convencido de que este inicio del segundo tercio de
gobierno es el mejor momento para impulsar cuatro grandes cruzadas nacionales
encabezadas por el Presidente, que nos permitan superar la emergencia y relanzar
el proyecto de transformación nacional, interrumpido por la pandemia:
Pienso primero, en una gran cruzada nacional
de vacunación anti Covid y por la salud de las y los mexicanos, que nos brinde
esperanza y certidumbre sanitaria en el futuro inmediato; segundo, en una gran
cruzada por la reactivación del crecimiento económico que sume a pequeños y
medianos empresarios, emprendedores e inversionistas, y que nos permita
recuperar la confianza en la economía nacional; tercero, pienso en un gran acuerdo
por el bienestar y la inclusión social que nos permita abatir la pobreza y la
desigualdad acentuadas por la pandemia; y cuarto, pienso en una gran cruzada
por la paz y la seguridad que nos permita abatir los niveles de violencia
criminal en el país en el corto plazo.
La fortaleza de la figura presidencial
constituye uno de los principales activos políticos para afianzar el cambio de
régimen que requiere México. Solo aprovechando hoy este capital político y
social, podremos continuar la transformación de México y consolidar un régimen
de libertades en el que haya orden, en el que todos podamos prosperar y en el
que cada mexicana y cada mexicano pueda alcanzar la felicidad.
0 comentarios:
Publicar un comentario