Columna Un Nuevo Comienzo
Experiencias y Resultados de Reactivación Productiva Regional
Alberto Jiménez Merino
En Tepexco, Puebla, Fortino Alvarado Miranda obtuvo 25 toneladas de forraje
seco por hectárea en una pradera de Pasto Mavuno bajo condiciones de temporal,
entre junio y septiembre de 2020, año del COVID, lo suficiente para alimentar 5
vacas durante todo el año. Por su parte, en Ahuehuetitla, Puebla, en condiciones
semejantes, Leonel Clemente Sánchez obtuvo 15 toneladas por hectárea, entre
julio y noviembre del mismo año.
La falta de alimentos es el principal problema de la ganadería en esta región de
las Mixtecas derivado de siglos de pastoreo en áreas naturales, generalmente
cerrilles, que ha originado un fuerte deterioro de la vegetación, erosión del suelo y
pérdida de la capacidad de retención de agua, han desaparecido los manantiales y
la fauna silvestre.
Lo anterior ha acentuado los niveles de pobreza y migración ante la falta de
opciones productivas como la agricultura de subsistencia, ganadería extensiva,
elaboración de artesanías y explotación de algunos minerales no metálicos.
La siembra de praderas, que este año alcanzó las 270 has en el sur del estado de
Puebla, se considera una buena opción para la reactivación productiva pecuaria
por la gran adaptación de las especies forrajeras a la sequía y su mayor valor
alimenticio comparado con lo ofrecido al ganado, generalmente basado en
residuos agrícolas.
Las praderas como las de Pasto Mavuno tienen ciclos más cortos de maduración
en relación con los cultivos tradicionales, son cosechas más seguras, se adaptan
a suelos pobres y marginales, son perennes y sus niveles nutricionales permiten
mayores ganancias de peso, más crías y producción de leche en mayor cantidad
durante periodos más largos. Su siembra protege al suelo contra la erosión, ayuda
a recargar los acuíferos, ofrece refugio y alimentación para la fauna.
La alimentación del ganado y su mejor manejo es solo una parte del proceso
productivo que aún no se ha resuelto. Otro aspecto importante es la calidad
genética de los animales que actualmente es baja. Consecuentemente, la
productividad es reducida y los avances son lentos debido a la ausencia de
políticas públicas nacionales y estatales para apoyar a la ganadería.
Se requieren apoyos para promover la organización productiva y servicios
técnicos. Hacen falta apoyos para praderas, resiembra de pastizales, abasto de
agua, fortalecer la sanidad y mejorar la genética de los hatos y rebaños. Se
necesita infraestructura de manejo en las unidades ganaderas e infraestructura de
procesamiento de productos lácteos, pieles y cárnicos.
Es deseable un esquema en donde la adquisición de insumos y los servicios
técnicos sean colectivos, el cuidado de los animales sea individual y la
comercialización de productos se haga en conjunto para integrar los volúmenes
que demanda el mercado. Para todo esto, el financiamiento es indispensable.
Lo más destacado de los apoyos oficiales a la ganadería siempre ha sido la
entrega de sementales o hembras para reproducción con avances e impactos
modestos en la productividad. A los gobiernos no les alcanza el presupuesto para
atender al sector pecuario porque otros sectores son más demandantes, como los
cultivos básicos para la alimentación de la población.
Por lo anterior, en este año 2020 que terminó, diversas organizaciones ganaderas
de Puebla iniciaron un importante proceso de tecnificación productiva:
alimentación a través de la adopción de praderas, manejo del ganado y procesos
reproductivos como inseminación artificial y el trasplante de embriones.
Así, con resultados que hablan, en la Mixteca Poblana juntos hemos sembrado
270 hectáreas de praderas; logramos la inseminación de 120 vacas con toros de
la raza Gyr lechera, Umbuzeiro y Metralleta provenientes de la Finca El Rosario,
en Chiapas. También está en proceso la inseminación de ovejas y cabras, con 180
dosis de semen de ovinos Katahdin y Pelibuey aportado por Genética Rancho Los
Monjes y 50 dosis de Caprinos Boer de Genética Santa Julia, ambas empresas del
Estado de Puebla.
La adopción del trasplante de embriones es una práctica en marcha con el apoyo
de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Secretaria de
Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural (SAGADEGRO) del Estado de
Guerrero. Valoramos la aportación del Doctor Salvador Romo García por la
donación de los primeros 10 embriones en la historia de la Mixteca Poblana. Con
mejores alimentos para el ganado y hembras de mayor potencial productivo se
fortalece la productividad.
Bienvenidos los precios de garantía y las compras estatales de productos
agropecuarios, pero lo que en realidad necesitamos es una política pública que
apoye en forma integral las cadenas productivas pecuarias para revertir la
importación de leche y carne, mejorar el consumo interno, revertir el deterioro
ecológico y aumentar la productividad que mejore los ingresos de los productores
mexicanos.
Aunque con un pequeño esfuerzo, estamos haciendo nuestra parte y en este 2021
seguiremos apoyando el #DesarrollodePuebla y México
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