lunes, 31 de marzo de 2014

¿A quién le importan los derechos sexuales y reproductivos? Por Brahim Zamora Salazar





Para nadie es noticia que la promoción, defensa, vigilancia y educación de los derechos sexuales y reproductivos es mi trabajo. Un trabajo elegido, desde el momento en que decidí profesionalizarlo y dedicarme a ello de tiempo completo, por lo tanto, un trabajo en el que creo y que hago, fundamentalmente porque me llena y satisface.
La historia de porqué llegué a hacer esto no es importante ahora, pero lo que importa es cómo, sistemáticamente, este tema es relegado, por zurdos y diestros, al punto de la agenda de “asuntos sin importancia”, cuando se trata de un asunto de primerísimo orden (como dicen los que saben), o sea, de la vida y la dignidad de las personas. Esas que son como tú, que me lees.
“Sí, es importante… pero el petróleo es más importante ahora”, me respondieron jóvenes de una red de apoyo a la candidatura de López Obrador allá por 2006. “Además esos temas generan mucho debate”.
“Esos temas no están en la agenda, por un acuerdo político de los partidos de la coalición”, nos confesó en una reunión un diputado (dizque liberal) de la pasada legislatura.
“Sí, claro, los derechos humanos son muy importantes. Pero en la agenda colectiva no podemos hablar de aborto ni de matrimonio igualitario. Ya saben, somos una universidad católica”, nos advirtió alguien de una uni católica muy comprometida con los derechos humanos… menos esos.
“Uy, sí es muy interesante lo que ustedes hacen, pero nuestra agenda es sobre democracia y transparencia y esos temas nomás dividen”.
Y así.
“Esos temas”.
Como si no fueran derechos humanos.
Como si habláramos de excentricidades y cosas que aquí no son de primer orden.

Ejemplo.
Un país con un gobierno conservador, mustio e hipócrita.
En el año 2000 se proyecta que para 2010 habrá unos 108-110 millones de habitantes.
Fueron 112 millones. Casi un estado nuevo no proyectado.
¿Recuerda alguna campaña de planificación familiar, uso de condones en adolescentes o métodos anticonceptivos durante los dos sexenios pasados? No, pero sí recuerdo a los padres de familia (SIC) de Guanajuato quemando libros de texto por hablar de sexualidad como se debe: honestamente.
Sólo los últimos meses del sexenio de Calderón, a través de Conapo, se destrabó una campaña dirigida a adolescentes. Curiosamente después de conocer los datos del censo.
El promedio de adolescentes que tienen relaciones sexuales y han estado embarazadas es del 51.9 por ciento en nuestro país.

Las razones del embarazo en adolescentes son múltiples y complejas, no podemos atribuirle sólo a la falta de campañas. Pero sí a la falta de una política pública con indicadores y presupuesto confiables.
Éste ni siquiera es el ejemplo más escandaloso en estos menesteres.
Homofobia (23 crímenes contra la población LGBTTTI desde 2010), feminicidios (9 sólo en lo que va del año), ambas prácticas las expresiones más brutales de la violencia de género.
Violencia en el noviazgo. Delitos sexuales.
Criminalización de mujeres.
Acoso y trata de menores.
Violencia obstétrica.
Derechos laborales violentados por razones de género.
Discriminación y estigma contra las poblaciones con VIH.
Leyes inadecuadas.
Presupuestos nulos.
“Ese ya no es tema”, respondió el gobernador cuando se le preguntó por el más significativo feminicidio de su gobierno hasta ahora.  Claro, unas semanas después se pone en marcha el Sistema Estatal para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, así como el Sistema para la Igualdad entre y Mujeres Hombres. No como una acción prioritaria del gobierno, sino como una reacción tardía ante el desastre de las muertes de mujeres en el estado.
Falta la publicación de la Ley contra la Discriminación.
Las acciones preventivas del gobierno contra las prácticas homófobas.
La atención integral y conjunta a la prevención del embarazo adolescente.
Que el gobernador se anime a presidir una sesión del Coesida, como marca el decreto de creación.
Las reformas a los Coremunes para que se deje de tratar a las personas trabajadoras sexuales como criminales.
Que el Congreso retome todas las iniciativas atoradas en la pasada legislatura, como la “Agnes Torres” o las de violencia obstétrica.
Falta muchísimo, porque durante muchísimo tiempo no se hizo nada.

Las y los activistas que defendemos los derechos sexuales y reproductivos somos defensores de derechos humanos. Y nos ocupamos de algo que siempre es tema: la vida digna de las personas, el derecho a la salud, a la seguridad, a la justicia y a vivir libres de discriminación.
¿Sigues pensando que nuestros temas no son importantes?
No lo son, hasta que necesitas que alguien defienda tus derechos.
Si quieres saber más sobre mi trabajo y los de mis compañeros, visita: www.derechossexuales.org

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lunes, 31 de marzo de 2014

¿A quién le importan los derechos sexuales y reproductivos? Por Brahim Zamora Salazar





Para nadie es noticia que la promoción, defensa, vigilancia y educación de los derechos sexuales y reproductivos es mi trabajo. Un trabajo elegido, desde el momento en que decidí profesionalizarlo y dedicarme a ello de tiempo completo, por lo tanto, un trabajo en el que creo y que hago, fundamentalmente porque me llena y satisface.
La historia de porqué llegué a hacer esto no es importante ahora, pero lo que importa es cómo, sistemáticamente, este tema es relegado, por zurdos y diestros, al punto de la agenda de “asuntos sin importancia”, cuando se trata de un asunto de primerísimo orden (como dicen los que saben), o sea, de la vida y la dignidad de las personas. Esas que son como tú, que me lees.
“Sí, es importante… pero el petróleo es más importante ahora”, me respondieron jóvenes de una red de apoyo a la candidatura de López Obrador allá por 2006. “Además esos temas generan mucho debate”.
“Esos temas no están en la agenda, por un acuerdo político de los partidos de la coalición”, nos confesó en una reunión un diputado (dizque liberal) de la pasada legislatura.
“Sí, claro, los derechos humanos son muy importantes. Pero en la agenda colectiva no podemos hablar de aborto ni de matrimonio igualitario. Ya saben, somos una universidad católica”, nos advirtió alguien de una uni católica muy comprometida con los derechos humanos… menos esos.
“Uy, sí es muy interesante lo que ustedes hacen, pero nuestra agenda es sobre democracia y transparencia y esos temas nomás dividen”.
Y así.
“Esos temas”.
Como si no fueran derechos humanos.
Como si habláramos de excentricidades y cosas que aquí no son de primer orden.

Ejemplo.
Un país con un gobierno conservador, mustio e hipócrita.
En el año 2000 se proyecta que para 2010 habrá unos 108-110 millones de habitantes.
Fueron 112 millones. Casi un estado nuevo no proyectado.
¿Recuerda alguna campaña de planificación familiar, uso de condones en adolescentes o métodos anticonceptivos durante los dos sexenios pasados? No, pero sí recuerdo a los padres de familia (SIC) de Guanajuato quemando libros de texto por hablar de sexualidad como se debe: honestamente.
Sólo los últimos meses del sexenio de Calderón, a través de Conapo, se destrabó una campaña dirigida a adolescentes. Curiosamente después de conocer los datos del censo.
El promedio de adolescentes que tienen relaciones sexuales y han estado embarazadas es del 51.9 por ciento en nuestro país.

Las razones del embarazo en adolescentes son múltiples y complejas, no podemos atribuirle sólo a la falta de campañas. Pero sí a la falta de una política pública con indicadores y presupuesto confiables.
Éste ni siquiera es el ejemplo más escandaloso en estos menesteres.
Homofobia (23 crímenes contra la población LGBTTTI desde 2010), feminicidios (9 sólo en lo que va del año), ambas prácticas las expresiones más brutales de la violencia de género.
Violencia en el noviazgo. Delitos sexuales.
Criminalización de mujeres.
Acoso y trata de menores.
Violencia obstétrica.
Derechos laborales violentados por razones de género.
Discriminación y estigma contra las poblaciones con VIH.
Leyes inadecuadas.
Presupuestos nulos.
“Ese ya no es tema”, respondió el gobernador cuando se le preguntó por el más significativo feminicidio de su gobierno hasta ahora.  Claro, unas semanas después se pone en marcha el Sistema Estatal para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, así como el Sistema para la Igualdad entre y Mujeres Hombres. No como una acción prioritaria del gobierno, sino como una reacción tardía ante el desastre de las muertes de mujeres en el estado.
Falta la publicación de la Ley contra la Discriminación.
Las acciones preventivas del gobierno contra las prácticas homófobas.
La atención integral y conjunta a la prevención del embarazo adolescente.
Que el gobernador se anime a presidir una sesión del Coesida, como marca el decreto de creación.
Las reformas a los Coremunes para que se deje de tratar a las personas trabajadoras sexuales como criminales.
Que el Congreso retome todas las iniciativas atoradas en la pasada legislatura, como la “Agnes Torres” o las de violencia obstétrica.
Falta muchísimo, porque durante muchísimo tiempo no se hizo nada.

Las y los activistas que defendemos los derechos sexuales y reproductivos somos defensores de derechos humanos. Y nos ocupamos de algo que siempre es tema: la vida digna de las personas, el derecho a la salud, a la seguridad, a la justicia y a vivir libres de discriminación.
¿Sigues pensando que nuestros temas no son importantes?
No lo son, hasta que necesitas que alguien defienda tus derechos.
Si quieres saber más sobre mi trabajo y los de mis compañeros, visita: www.derechossexuales.org

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