lunes, 4 de agosto de 2014

Con Pasos Firmes El Programa Frontera Sur Por Alejandro Armenta Mier

La frontera sur de México, es un espacio marcado por la diversidad en muchos aspec­to, en sus ecosistemas, cultura, etnicidad, procesos históricos, estrategias productivas, y también en su dinámica con los vecinos países de Guatemala y Belice.
Cuando se habla de la frontera sur se incluyen los estados de Quin­tana Roo, Campeche, Tabasco y Chiapas, que limitan geográficamente con Belice y Gua­temala. Se trata de una extensión de 1,149 kilómetros, de los cuales 956 son frontera con Guatemala y 193 con Belice.
En las últimas décadas, se produjeron una serie de cambios políticos, sociales y hasta climáticos que modificó el panorama de la migración centroamericana, afectando la frontera sur de nuestro país.
Si bien los procesos de globalización generan la movilización de la fuerza laboral, por lo que países como Guatemala exporta trabajadores agrícolas o como empleadas domésticas para finalmente retornar a su país de origen, también lo es, que la situación socioeconómica genera que muchos pretendan cruzar todo el territorio nacional y llegar a los Estados Unidos.
Aun cuando el flujo de migrantes hacia Estados Unidos ha caído al nivel más bajo en los últimos 30 años, cada año millones de centroamericanos utilizan México para llegar a Estados Unidos, aunque muchos no lo logran a causa de la inseguridad,  al ser víctimas de secuestro, robo, extorsión por parte de la policía y del crimen organizado, violación, prostitución y xenofobia.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Amnistía Internacional, y el albergue Hermanos en el Camino concuerdan con que el secuestro es el principal peligro que enfrentan los migrantes, desde hace al menos tres años.
De acuerdo con organismos de derechos humanos, los estados de Chiapas, Oaxaca, Tabasco, Veracruz, Tamaulipas, Sonora y Baja California los que integran la ruta de mayor riesgo para los migrantes centroamericanos que intentan llegar a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades.
Cada año, unos 150 mil indocumentados —la mayoría provenientes del centro del continente— ingresan al país vía terrestre, según la subsecretaría de Población, Migración y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación. Solamente en el estado mexicano de Chiapas se internan entre 40,000 y 60,000 inmigrantes anualmente, principalmente en la zona Costa y Soconusco (Secretaría para el Desarrollo de la Frontera Sur y Enlace para la Cooperación Internacional).
El Instituto Nacional de Migración (INM) considera que el mayor riesgo para los centroamericanos indocumentados es la extorsión por parte de los traficantes de personas –conocidos como polleros-, autoridades y bandas del crimen organizado.
En el Informe Especial sobre secuestro de migrantes en México 2011, la CNDH detalló que en el sur del país ocurren más de la mitad de los secuestros; en el norte, un 12%; en el centro, 1.2%.
Por lo que el fenómeno migratorio debe ser atendido desde una perspectiva regional, corresponsable, y sobre todo humana, en que puedan garantizarse los derechos humanos y la seguridad.
Con el propósito de que la frontera Sur de México sea un espacio de estabilidad, gobernabilidad y seguro, tanto para los mexicanos como para los migrantes, será importante la coordinación entre las dependencias federales, los gobiernos estatales y municipales de los estados fronterizos.
Por ello la importancia  del Programa Frontera Sur que puso en marcha el Gobierno Federal, y que tiene como propósitos proteger y salvaguardar los derechos humanos de los migrantes que ingresan y transitan por México, así como ordenar los cruces internacionales para incrementar el desarrollo y la seguridad de la región.
El Programa cuenta con cinco líneas de acción que pretenden: el paso formal y ordenado; el ordenamiento fronterizo y mayor seguridad para los migrantes fortaleciendo las líneas móviles de control y contar con Centros de Atención Integral al Tránsito Fronterizo; Protección y acción social a favor de los migrantes al mejorar las condiciones en que operan los albergues y estaciones migratorias; Corresponsabilidad regional; y Coordinación interinstitucional.
Por lo que para alentar el acceso formal a nuestro país, se facilitará la obtención de la Tarjeta de Visitante Regional para guatemaltecos y beliceño, con la que el portador podrá ingresar hasta por 72 horas a los Estados de Campeche, Chiapas, Quintana Roo y Tabasco.
Para ello, el Gobierno desarrolla una plataforma tecnológica que permita compartir, la información biométrica y registral de los procesos migratorios.
Además de mejorar la infraestructura y el equipamiento necesario para el ordenamiento migratorio y se reforzarán las labores de inteligencia en las zonas de tránsito de los migrantes, que coadyuven a la desarticulación de los grupos delictivos que han atacado y lastimado de manera sistemática a la población migrante y a los habitantes de la región.
Con acciones, México acredita la corresponsabilidad para trabajar  y hacer de la frontera una zona más segura, inclusiva y competitiva, así como  brindar atención y ayuda humanitaria al migrante, que permita garantizar la seguridad y el respeto a los derechos humanos.
En ese sentido, el Programa Frontera Sur es un paso firme para impulsar el desarrollo de nuestra zona fronteriza próspera, moderna, segura, con flujos migratorios ordenados y con pleno respeto a los derechos humanos, y contribuir, solidariamente, al bienestar económico y social de las naciones de Centroamérica.

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lunes, 4 de agosto de 2014

Con Pasos Firmes El Programa Frontera Sur Por Alejandro Armenta Mier

La frontera sur de México, es un espacio marcado por la diversidad en muchos aspec­to, en sus ecosistemas, cultura, etnicidad, procesos históricos, estrategias productivas, y también en su dinámica con los vecinos países de Guatemala y Belice.
Cuando se habla de la frontera sur se incluyen los estados de Quin­tana Roo, Campeche, Tabasco y Chiapas, que limitan geográficamente con Belice y Gua­temala. Se trata de una extensión de 1,149 kilómetros, de los cuales 956 son frontera con Guatemala y 193 con Belice.
En las últimas décadas, se produjeron una serie de cambios políticos, sociales y hasta climáticos que modificó el panorama de la migración centroamericana, afectando la frontera sur de nuestro país.
Si bien los procesos de globalización generan la movilización de la fuerza laboral, por lo que países como Guatemala exporta trabajadores agrícolas o como empleadas domésticas para finalmente retornar a su país de origen, también lo es, que la situación socioeconómica genera que muchos pretendan cruzar todo el territorio nacional y llegar a los Estados Unidos.
Aun cuando el flujo de migrantes hacia Estados Unidos ha caído al nivel más bajo en los últimos 30 años, cada año millones de centroamericanos utilizan México para llegar a Estados Unidos, aunque muchos no lo logran a causa de la inseguridad,  al ser víctimas de secuestro, robo, extorsión por parte de la policía y del crimen organizado, violación, prostitución y xenofobia.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Amnistía Internacional, y el albergue Hermanos en el Camino concuerdan con que el secuestro es el principal peligro que enfrentan los migrantes, desde hace al menos tres años.
De acuerdo con organismos de derechos humanos, los estados de Chiapas, Oaxaca, Tabasco, Veracruz, Tamaulipas, Sonora y Baja California los que integran la ruta de mayor riesgo para los migrantes centroamericanos que intentan llegar a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades.
Cada año, unos 150 mil indocumentados —la mayoría provenientes del centro del continente— ingresan al país vía terrestre, según la subsecretaría de Población, Migración y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación. Solamente en el estado mexicano de Chiapas se internan entre 40,000 y 60,000 inmigrantes anualmente, principalmente en la zona Costa y Soconusco (Secretaría para el Desarrollo de la Frontera Sur y Enlace para la Cooperación Internacional).
El Instituto Nacional de Migración (INM) considera que el mayor riesgo para los centroamericanos indocumentados es la extorsión por parte de los traficantes de personas –conocidos como polleros-, autoridades y bandas del crimen organizado.
En el Informe Especial sobre secuestro de migrantes en México 2011, la CNDH detalló que en el sur del país ocurren más de la mitad de los secuestros; en el norte, un 12%; en el centro, 1.2%.
Por lo que el fenómeno migratorio debe ser atendido desde una perspectiva regional, corresponsable, y sobre todo humana, en que puedan garantizarse los derechos humanos y la seguridad.
Con el propósito de que la frontera Sur de México sea un espacio de estabilidad, gobernabilidad y seguro, tanto para los mexicanos como para los migrantes, será importante la coordinación entre las dependencias federales, los gobiernos estatales y municipales de los estados fronterizos.
Por ello la importancia  del Programa Frontera Sur que puso en marcha el Gobierno Federal, y que tiene como propósitos proteger y salvaguardar los derechos humanos de los migrantes que ingresan y transitan por México, así como ordenar los cruces internacionales para incrementar el desarrollo y la seguridad de la región.
El Programa cuenta con cinco líneas de acción que pretenden: el paso formal y ordenado; el ordenamiento fronterizo y mayor seguridad para los migrantes fortaleciendo las líneas móviles de control y contar con Centros de Atención Integral al Tránsito Fronterizo; Protección y acción social a favor de los migrantes al mejorar las condiciones en que operan los albergues y estaciones migratorias; Corresponsabilidad regional; y Coordinación interinstitucional.
Por lo que para alentar el acceso formal a nuestro país, se facilitará la obtención de la Tarjeta de Visitante Regional para guatemaltecos y beliceño, con la que el portador podrá ingresar hasta por 72 horas a los Estados de Campeche, Chiapas, Quintana Roo y Tabasco.
Para ello, el Gobierno desarrolla una plataforma tecnológica que permita compartir, la información biométrica y registral de los procesos migratorios.
Además de mejorar la infraestructura y el equipamiento necesario para el ordenamiento migratorio y se reforzarán las labores de inteligencia en las zonas de tránsito de los migrantes, que coadyuven a la desarticulación de los grupos delictivos que han atacado y lastimado de manera sistemática a la población migrante y a los habitantes de la región.
Con acciones, México acredita la corresponsabilidad para trabajar  y hacer de la frontera una zona más segura, inclusiva y competitiva, así como  brindar atención y ayuda humanitaria al migrante, que permita garantizar la seguridad y el respeto a los derechos humanos.
En ese sentido, el Programa Frontera Sur es un paso firme para impulsar el desarrollo de nuestra zona fronteriza próspera, moderna, segura, con flujos migratorios ordenados y con pleno respeto a los derechos humanos, y contribuir, solidariamente, al bienestar económico y social de las naciones de Centroamérica.

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