lunes, 15 de septiembre de 2014

Superando la Informalidad: “Crezcamos juntos” Por Alejandro Armenta Mier




A pesar del importante crecimiento observado en la economía mexicana, éste no ha sido suficiente para absorber la creciente demanda de empleos bien remunerados y socialmente protegidos. En consecuencia, este excedente se ve envuelto en la necesidad de crear su propia fuente de empleo y sustento mediante una vasta red de pequeños negocios, ocasionando -como resultado- un incremento considerable del sector informal.

El sector informal, se puede describir como un conjunto de unidades económicas dedicadas a la producción de bienes o a la prestación de servicios con la finalidad primordial de crear empleos y generar ingresos. Dichas unidades funcionan, típicamente, en pequeñas escalas con una organización rudimentaria en la que hay muy poca o ninguna distinción entre el trabajo y el capital como factores de producción.

Por lo que, para la mayoría de las Micro y Pequeñas Empresas, la informalidad es equivalente al estancamiento económico y tecnológico ya que tendrán dificultades para adquirir o renovar las herramientas de trabajo por lo que no tendrán acceso a un financiamiento que les permita crecer y consolidar sus negocios.

En cuanto al empleo informal, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) incorpora a esta categoría a las personas que realizan trabajo doméstico, participan en la agricultura campesina o como jornaleros así como a quienes se ocupan en negocios familiares o prestan sus servicios a empresas, instituciones y gobiernos sin estar dados de alta en la seguridad social.

Sin lugar a dudas, para los trabajadores estar fuera de la formalidad reduce su estabilidad laboral, ya que las relaciones de empleo -en caso de que existan- se basan más bien en el empleo ocasional, el parentesco o las relaciones personales y sociales y no en garantías formales.

Cifras del INEGI reportan que 6 de cada 10 mexicanos que trabajan se desempeñan en una actividad informal, sin acceso a la seguridad social y con un ingreso que, en promedio, es una tercera parte menor al que perciben quienes tienen un empleo formal.

El dato de informalidad en México nos dice que el mercado laboral en el país está caracterizado por un grupo importante de unidades económicas y de trabajadores que son vulnerables. La dimensión de la informalidad en México ha servido para mantener tasas de desempleo abierto inferiores a las que predominan en los países que pertenecen a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Aproximadamente 29 millones 271 mil 23 mexicanos se encuentran impedidos de contar con beneficios y seguridad social, así como capacitarse, para ser más productivos y ganar más; incluso ponen en riesgo su futuro, al no permitirles ahorrar para el retiro, adquirir una vivienda y tener acceso a una pensión.

Evidentemente la informalidad reduce las posibilidades de un país de progresar suficientemente y limita en consecuencia sus posibilidades de crecimiento, pero sobre todo, la informalidad aumenta la desigualdad,  reduce la eficiencia y -en consecuencia- el crecimiento económico.

Por estas razones, el Presidente Enrique Peña Nieto anunció el pasado 8 de septiembre el Programa “Crezcamos Juntos” como una estrategia integral que tiene como propósito incentivar la transición a la economía formal para que ninguna persona y ningún sector económico se quede atrás, limitados por la informalidad.

Aquellos que se están desempeñando una actividad económica y que no han logrado formalizarse podrían ser parte de los beneficiarios de este Programa, los requisitos pueden consultarse en la página www.crezcamos juntos.gog.mx.

México tiene que crecer más y la mejor forma de lograrlo es a través de cambios significativos,  como la transformación de los negocios de diversos sectores a la formalidad, permitiendo acceder a empleos formales más productivos y mejor remunerados, con especial énfasis en la participación de la mujer en la economía formal.

Con ese esquema se propiciará  además que los trabajadores puedan contar con seguridad social, para ellos y su familia; en consecuencia, generando un crecimiento económico significativo.

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lunes, 15 de septiembre de 2014

Superando la Informalidad: “Crezcamos juntos” Por Alejandro Armenta Mier




A pesar del importante crecimiento observado en la economía mexicana, éste no ha sido suficiente para absorber la creciente demanda de empleos bien remunerados y socialmente protegidos. En consecuencia, este excedente se ve envuelto en la necesidad de crear su propia fuente de empleo y sustento mediante una vasta red de pequeños negocios, ocasionando -como resultado- un incremento considerable del sector informal.

El sector informal, se puede describir como un conjunto de unidades económicas dedicadas a la producción de bienes o a la prestación de servicios con la finalidad primordial de crear empleos y generar ingresos. Dichas unidades funcionan, típicamente, en pequeñas escalas con una organización rudimentaria en la que hay muy poca o ninguna distinción entre el trabajo y el capital como factores de producción.

Por lo que, para la mayoría de las Micro y Pequeñas Empresas, la informalidad es equivalente al estancamiento económico y tecnológico ya que tendrán dificultades para adquirir o renovar las herramientas de trabajo por lo que no tendrán acceso a un financiamiento que les permita crecer y consolidar sus negocios.

En cuanto al empleo informal, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) incorpora a esta categoría a las personas que realizan trabajo doméstico, participan en la agricultura campesina o como jornaleros así como a quienes se ocupan en negocios familiares o prestan sus servicios a empresas, instituciones y gobiernos sin estar dados de alta en la seguridad social.

Sin lugar a dudas, para los trabajadores estar fuera de la formalidad reduce su estabilidad laboral, ya que las relaciones de empleo -en caso de que existan- se basan más bien en el empleo ocasional, el parentesco o las relaciones personales y sociales y no en garantías formales.

Cifras del INEGI reportan que 6 de cada 10 mexicanos que trabajan se desempeñan en una actividad informal, sin acceso a la seguridad social y con un ingreso que, en promedio, es una tercera parte menor al que perciben quienes tienen un empleo formal.

El dato de informalidad en México nos dice que el mercado laboral en el país está caracterizado por un grupo importante de unidades económicas y de trabajadores que son vulnerables. La dimensión de la informalidad en México ha servido para mantener tasas de desempleo abierto inferiores a las que predominan en los países que pertenecen a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Aproximadamente 29 millones 271 mil 23 mexicanos se encuentran impedidos de contar con beneficios y seguridad social, así como capacitarse, para ser más productivos y ganar más; incluso ponen en riesgo su futuro, al no permitirles ahorrar para el retiro, adquirir una vivienda y tener acceso a una pensión.

Evidentemente la informalidad reduce las posibilidades de un país de progresar suficientemente y limita en consecuencia sus posibilidades de crecimiento, pero sobre todo, la informalidad aumenta la desigualdad,  reduce la eficiencia y -en consecuencia- el crecimiento económico.

Por estas razones, el Presidente Enrique Peña Nieto anunció el pasado 8 de septiembre el Programa “Crezcamos Juntos” como una estrategia integral que tiene como propósito incentivar la transición a la economía formal para que ninguna persona y ningún sector económico se quede atrás, limitados por la informalidad.

Aquellos que se están desempeñando una actividad económica y que no han logrado formalizarse podrían ser parte de los beneficiarios de este Programa, los requisitos pueden consultarse en la página www.crezcamos juntos.gog.mx.

México tiene que crecer más y la mejor forma de lograrlo es a través de cambios significativos,  como la transformación de los negocios de diversos sectores a la formalidad, permitiendo acceder a empleos formales más productivos y mejor remunerados, con especial énfasis en la participación de la mujer en la economía formal.

Con ese esquema se propiciará  además que los trabajadores puedan contar con seguridad social, para ellos y su familia; en consecuencia, generando un crecimiento económico significativo.

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