El domingo 24 de abril de 2011, hace poco menos de 4 años, en este espacio se publicó esta columna que ha resultado profética. Era la Semana Santa de ese año.
El gobernador Rafael Moreno Valle tenía apenas unos pocos meses de haber tomado posesión. Su estilo y modo de ser al frente del gobierno se refleja en ese escrito.
Solamente es cuestión de adivinar los nombres. A continuación repetimos íntegra, la columna de marras:
Introducción Al Nuevo Evangelio
Con motivo de los nuevos tiempos, al inicio de la Pascua, en el Valle Celestial de Puebla de los Ángeles, se publica el Evangelio político, apócrifo, de dudosa autenticidad y sin firma, relacionado con los tiempos que vive y vivirá Puebla.
Algunos textos oscuros y difíciles de comprender, hallados en las cuevas de Valsequillo, hablan de Mesías, Profetas y Patriarcas que habitaron en el Valle de Puebla y no gobernaron toda su vida. Hubo asonadas y motines entre el pueblo y sus guías. No es fácil leer el texto, borroso y roto por el tiempo.
Hablan de Patriarcas que no terminaron su reinado, fueron el Gran Reformador Aarón, llamado también el Príncipe de los Notables; otro fue el gran militar de la Real Caballería, Antonio de triste memoria; el Gran Patriarca de Atlixco Rafael, de la misma tribu del actual Mesías Rafael.
También refiere de los Mesías Gonzalo y Guillermo que pasaron fugaces por el Valle, hasta la llegada del Mesías Alfredo el Grande, que puso orden, paz y concordia en el pueblo elegido.
Algunos escribanos, hablan en farragosos escritos, papasales, textos oscuros y jabonosos, mal pergeñados en papiros, del brillante futuro en el Valle, pero no les creáis, son enviados del averno. Los nuevos textos son los siguientes:
Capítulo Único Del Nuevo Evangelio
- Y en aquellos días de tribulaciones y problemas, la pareja compuesta por el Mesías Rafael, acompañado de su poderosa mujer Martha Erika, llamó a sus discípulos y les dijo:
- He aquí que ya llegó el tiempo de gobernar y los 100 días del Señor sobre la tierra están contados. Congregaos y venid a mí. En verdad os digo que yo soy el que soy y solamente a mí me obedecerán.
- Porque los hombres conocieron aquellos días al ungido y le fueron a rendir pleitesía y honores al lugar donde habita con sus abuelos, sus padres y sus hermanas, también algunos burros y algunos bueyes.
- Los principales apóstoles, Pablo el Azul, la mujer Amy y sus Animales y el Gran Macabeo Ardelio el Feroz, son quienes lo acompañan en sus sufrimientos y en sus alegrías. Ellos serán la cabeza de su iglesia y de su trono, hoy y mañana, por los sexenios de los sexenios.
- Y llegó entonces Marcelo el Menor, el más amado y preferido de los discípulos, que se había encargado de la difusión de la buena nueva, venido de las tierras del norte, a quien no se le conoce milagro alguno, pero cercano al Señor.
- También llegó Fernando el Mayor, quien no es de esta tierra, pero su especialidad es crear problemas; todos ellos , soberbios, salieron del paraíso junto con el entonces falso Mesías Rafael y buscaron mejores aires luego de cavar muchos “hoyos” para hacer uno grande.
- En ese tiempo, el Gran Mesías Mario le disputó la herencia celestial y al igual que Esaú y Jacob, el entonces falso Mesías Rafael cambió la bendición celestial tricolor por un plato de lentejas azules. Pero he aquí que el falso Mesías se convirtió en el heredero de las principales tribus azules de Israel y señor de las familias custodias. Además se reunió y tuvo la protección de la Gran Reina de Saba, Elba Esther.
- También llegó el Patriarca del Oriente, el Gran Kabalán, mejor conocido como el discípulo especial, por sus reacciones infantiles, amo y señor de las tierras de que convergen hacia el norte azul. Llegaron también los apóstoles Luis, Jorge y Eukid, pero éste último fue enviado al destierro.
- Retrasado, también se congregó el pequeño Apóstol Eduardo, conocido como el señor de los yunques y los martillos, quien ha estado peleando la supremacía a los discípulos preferidos. También han llegado grandes señores del Oriente, totalmente desconocidos, quienes rigen con mano de hierro.
- Una vez juntos todos, al unísono alzando la voz, le dijeron: Henos aquí, señor, prontos a tu mandato, pero queremos saber lo que nos prometes y lo que prometes a los hijos de nuestras tribus.
- El Mesías Rafael, con túnica azul y el cabello brillante como el oro viejo, con el rostro de color rojo cuando se emociona y se enoja, les respondió:
- He aquí lo que les prometo: Vosotros, una vez que han estado conmigo, haréis cera y pabilo a los enemigos del reino, pero tengan cuidado porque llegarán los días en que todos buscareis ser ministros y magistrados.
- Porque vosotros sois piedras y sobre alguna de esas piedras, especialmente la de Fernando el Mayor, edificaré mi reinado azul por los siglos de los siglos. Reinaré desde las casas Puebla y Aguayo que ya no será de los impíos pecadores del tricolor, ni de las tribus de los fariseos que visten de luto y oro.
- Os daré las llaves del reino y principalmente del presupuesto, que aunque es hecho y ejercido por otros jefes de tribus ajenas a nosotros, lo que atares en la tierra poblana será atado en los cielos y lo que desatares, será desatado.
- Luego, el Mesías Rafael reunió una gran muchedumbre e hizo una gran entrada a la Jerusalén poblana. Los antiguos y nuevos políticos, los ignorantes y los sabios, los sumos sacerdotes, los generales y guardias de la Gran Reina de Saba Elba Esther, los burócratas, lo homenajeaban y le decían a gritos: “hosanna, bendito el que nos dirigirá por lo menos 3 años”.
- Y se postraron ante él. Y él, sonriendo, los ungía. Así poco a poco escogió a sus discípulos y se los llevó a predicar junto con El. Cosas terribles predicaron.
- Y entonces en estos tiempos los medios de comunicación serán aniquilados. Hay mucha perversidad en ellos. Los medios desaparecerán pues atacaron feamente a mis seguidores.
- Habrá quienes escriban contra de nosotros a quienes llamarán los perversos, pero no los sigáis. Esos serán condenados y escarnecidos en el fuego eterno.
- Y en aquellos días terribles, solo los grandes medios de comunicación afines a mi doctrina serán premiados, pues defenderán a las instituciones.
- No temáis, en verdad os digo que mis palabras no pasarán.
En fin, como escribió Raúl de Jesús (Puebla, 1976) en su poema “Él”:
Él
solo,
con tiempo,
un sexenio más,
lo mismo, el cambio,
amarillo, blanco, azul.
Lo mejor, aparenta,
está por venir, promete.
Actúa, finge, se reinventa,
los convence, predica, retoma,
sube y baja emocional, él hereda.
Busca pocos años estar y después se irá.
Puebla reposa inquieta y sin aire de futuro.
raultorress@hotmail.com
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