Tras el éxito del Mundial de Estados Unidos 1994, esa nación se propuso crecer en el futbol e incluso convertirse en una potencia de esta disciplina; se habló de ganar un Mundial, luego de 20 años y como primer paso se creó la Mayor League Soccer en 1996.
Si bien, el objetivo de obtener la Copa del Mundo, en el pasado certamen de Brasil 2014, quedó en un sueño guajiro, la realidad es que Estados Unidos se está consolidando como un equipo de respeto a nivel Mundial, con base en una liga competitiva y que destaca por lo menos, como la más fuerte, económicamente en el continente.
Ayer, la MLS inició su campaña 20, con mismo número de equipos, y reforzada por figuras de la talla de Kaká, David Villa, Frank Lampard, Steven Gerrard y Sebastian Giovinco.
Apoyados por fuertes inversionistas, esta liga que es comandada por Don Garber, quien sabe que aún falta mucho por trabajar; sin embargo, sus metas, a corto, mediano y largo plazo están bien trazadas, y no como otras que piensan que cambiando de logo y componiendo un himno bonito, lograrán un cambio significativo, estos si trabajan.
A corto plazo, los resultados son claros. Tras ser un deporte más en la Unión Americana, el futbol se ha convertido en uno de los favoritos, superando al béisbol, al hockey y al futbol americano colegial, y tan sólo por debajo del futbol americano profesional (NFL), y el basquetbol.
Los americanos siendo los reyes de la mercadotecnia, han visto con buenos ojos estas estadísticas (aprende algo dinero) y han comenzado a desarrollar los talentos deportivos, haciéndoles ver a los jóvenes, como sucede en otras ligas, que el futbol dejó de ser una actividad lúdica, y ahora es una opción real para desarrollarse, no sólo deportivamente hablando, sino que hay apoyos económicos, para realizar una carrera integral, es decir educativa y deportiva, que les permita tener otra perspectiva de la vida, como por ejemplo, podríamos señalar a Clint Dempsey, actual capitán del combinado de las barras y las estrellas, y quien se desarrolló su carrera en la Universidad de Furman, en Carolina del Sur.
Finalmente, a largo plazo, la última piedra de su plan maestro es contar con una liga sólida, con 24 equipos, y que los mismos cuenten con jugadores de renombre nacionales e internacionales, que a diferencia de ahora, se buscará, que no estén en sus últimos años de carrera, sino en plenitud y así convertirse en la liga más poderosa del continente americano.
Se escucha difícil, sinceramente no, ya que a diferencia de otras ligas del continente (léase México) no se anteponen los intereses personales o gubernamentales de cierto grupo de personas, sino que los gringos están forjando un camino en conjunto, para convertirse en el referente futbolístico del continente americano.
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