martes, 1 de septiembre de 2015

Cada más más viviendas y menos parcelas Por Mauricio Santamaría Nava

 Que tal, en esta ocasión les comento sobre el fenómenos sociodemográfico que se ha dado en la colindancia entre Puebla capital, las Cholulas y Cuautlancingo.

En esta parte de la mega Angelópolis se ha dado desde hace unos veinte años un crecimiento no solo comercial, sino habitacional. Ya sea por el parque industrial FINSA, la planta automotriz Volkswagen o por otras empresas. La cuestión es que mucha gente que habitó toda su vida en la capital poblana, ahora vive en los fraccionamientos o unidades habitacionales de la zona es cuestión. Las razones son obvias, por comodidad para ir al trabajo o porque sus relaciones comerciales se dan ahí o simplemente porque le tocó su casa de INFONAVIT ahí, cada vez es más frecuente encontrar de vecino a quien fue tu amigo de la infancia, compañero en algún empleo o que vivía por el rumbo de tus abuelos o tus tíos… en Puebla.

… Y es que la región de San Pedro, San Andrés y San Juan Cuautlancingo, ha sufrido una transformación notable, lo que antes era campos de cultivo, milpas por todos lados, ahora son casas y casas, cada vez más planchas de cemento y pavimento que sustituyen el verdor.

Y bueno, por una parte, se responde a la demanda de vivienda, pero por otra, se está sacrificando una zona muy, muy fértil en muchos kilómetros a la redonda. Una persona que sabe de esto es Mauricio Mora Pérez, gerente de la Fundación Produce Puebla. Me comentó en alguna ocasión que la mayoría los suelos tienen en promedio tres centímetros de profundidad de tierra cultivable, tierra buena para cultivar nuestros alimentos, lo que se hace en cada ciclo agrícola es “voltear” las capas de suelo para volver a sembrar, sin embargo en las Cholulas y en Cuautlancingo, la profundidad de tierra fértil, rica, es hasta de OCHO centímetros, lo cual permite o permitía que no se tenga que “voltear” las capas de suelo, aguanta varios ciclos por ser tan noble.

Sin embargo, lo que antes eran hectáreas completas, ahora se han reducido a unos cuantos lotes, rodeados por los cuatro costados de caseríos, eso si, hasta con albercas comunales, - es lo que está de moda -. Lo cual es otro problema en el futuro inmediato, será la misma cantidad de agua para más y más población.

A esto le debemos agregar que pese a ser una de las zonas de la entidad económicamente solvente, se podría decir, los campesinos de la región están tan limitados como los de la Sierra Norte o de otros lugares, se limitan a cultivos de temporal, dependen de las lluvias y no han implementado tantos recursos que hay como el riego por goteo, los invernaderos, construir jagueyes para almacenar el agua de lluvia y tantos otros. Es curioso ver estacionados tantos automóviles +ultimo modelo y junto a ellos pasa una yunta con un par de bueyes flacos… sin contar a quien los guía, por supuesto.

A estos productores, sino los apoya el gobierno federal o el estatal, por lo menos los ayuntamientos que recaudan tantos impuestos a tantos comercios que se han establecido… ellos deberían ayudarlos. Para otorgar una licencia de funcionamiento, cobran por metro cuadrado, cobran cursos de protección civil, no solo al dueño $2, 800 pesos y por cada empleado que tenga, la misma cantidad, y eso es cada año… no importa si abre en septiembre, en enero el comerciante en pequeño o grande tiene que volver a pagar hasta la risa. Y todo ese dinero no se ve reflejado, las calles que no son céntricas, siguen llenas e baches, incluso ni banquetas existen y volviendo a los campesinos, solo cuatro o cinco meses tienen a sus tierras produciendo, por ejemplo en esta época se ven sus terrenos bien verdes, con las milpas crecidas, pero el resto del año la tierra está ociosa, toda pelona, solo se ve un horizonte gris y terregozo. Ese fue mi comentario de esta ocasión, hasta la próxima.

0 comentarios:

Publicar un comentario

martes, 1 de septiembre de 2015

Cada más más viviendas y menos parcelas Por Mauricio Santamaría Nava

 Que tal, en esta ocasión les comento sobre el fenómenos sociodemográfico que se ha dado en la colindancia entre Puebla capital, las Cholulas y Cuautlancingo.

En esta parte de la mega Angelópolis se ha dado desde hace unos veinte años un crecimiento no solo comercial, sino habitacional. Ya sea por el parque industrial FINSA, la planta automotriz Volkswagen o por otras empresas. La cuestión es que mucha gente que habitó toda su vida en la capital poblana, ahora vive en los fraccionamientos o unidades habitacionales de la zona es cuestión. Las razones son obvias, por comodidad para ir al trabajo o porque sus relaciones comerciales se dan ahí o simplemente porque le tocó su casa de INFONAVIT ahí, cada vez es más frecuente encontrar de vecino a quien fue tu amigo de la infancia, compañero en algún empleo o que vivía por el rumbo de tus abuelos o tus tíos… en Puebla.

… Y es que la región de San Pedro, San Andrés y San Juan Cuautlancingo, ha sufrido una transformación notable, lo que antes era campos de cultivo, milpas por todos lados, ahora son casas y casas, cada vez más planchas de cemento y pavimento que sustituyen el verdor.

Y bueno, por una parte, se responde a la demanda de vivienda, pero por otra, se está sacrificando una zona muy, muy fértil en muchos kilómetros a la redonda. Una persona que sabe de esto es Mauricio Mora Pérez, gerente de la Fundación Produce Puebla. Me comentó en alguna ocasión que la mayoría los suelos tienen en promedio tres centímetros de profundidad de tierra cultivable, tierra buena para cultivar nuestros alimentos, lo que se hace en cada ciclo agrícola es “voltear” las capas de suelo para volver a sembrar, sin embargo en las Cholulas y en Cuautlancingo, la profundidad de tierra fértil, rica, es hasta de OCHO centímetros, lo cual permite o permitía que no se tenga que “voltear” las capas de suelo, aguanta varios ciclos por ser tan noble.

Sin embargo, lo que antes eran hectáreas completas, ahora se han reducido a unos cuantos lotes, rodeados por los cuatro costados de caseríos, eso si, hasta con albercas comunales, - es lo que está de moda -. Lo cual es otro problema en el futuro inmediato, será la misma cantidad de agua para más y más población.

A esto le debemos agregar que pese a ser una de las zonas de la entidad económicamente solvente, se podría decir, los campesinos de la región están tan limitados como los de la Sierra Norte o de otros lugares, se limitan a cultivos de temporal, dependen de las lluvias y no han implementado tantos recursos que hay como el riego por goteo, los invernaderos, construir jagueyes para almacenar el agua de lluvia y tantos otros. Es curioso ver estacionados tantos automóviles +ultimo modelo y junto a ellos pasa una yunta con un par de bueyes flacos… sin contar a quien los guía, por supuesto.

A estos productores, sino los apoya el gobierno federal o el estatal, por lo menos los ayuntamientos que recaudan tantos impuestos a tantos comercios que se han establecido… ellos deberían ayudarlos. Para otorgar una licencia de funcionamiento, cobran por metro cuadrado, cobran cursos de protección civil, no solo al dueño $2, 800 pesos y por cada empleado que tenga, la misma cantidad, y eso es cada año… no importa si abre en septiembre, en enero el comerciante en pequeño o grande tiene que volver a pagar hasta la risa. Y todo ese dinero no se ve reflejado, las calles que no son céntricas, siguen llenas e baches, incluso ni banquetas existen y volviendo a los campesinos, solo cuatro o cinco meses tienen a sus tierras produciendo, por ejemplo en esta época se ven sus terrenos bien verdes, con las milpas crecidas, pero el resto del año la tierra está ociosa, toda pelona, solo se ve un horizonte gris y terregozo. Ese fue mi comentario de esta ocasión, hasta la próxima.

No hay comentarios:

Publicar un comentario