“El Muerto al pozo y el vivo al gozo” o “ahogado el niño, el pozo quieren tapar”… en esta ocasión quise iniciar la columna con este par de refranes de acurde a la época. Y es que resulta que en el municipio de Cuautlancingo la violencia y la inseguridad pública están cada vez peor.
Para ponerlos en contexto amables lectores, les platico que hace unas semanas murió un vigilante de estacionamiento de centro comercial, un humilde “viene viene”, que se ganaba la vida en la plaza donde está ubicada la Bodega Aurrerá en la Avenida México-Puebla y Periférico, la zona más transitada de este lugar.
Hubo un asalto a uno de los establecimientos y por hacerse el héroe, este señor perdió la vida, les quiso cerrar el paso a los delincuentes y a pesar de las amenazas pistola en mano de que se quitara, no lo hizo, como respuesta, les echó un carrito de supermercado y éstos le dispararon a quema ropa y huyeron. El pobre hombre agonizó poco a poco sin que la ambulancia llegara a tiempo, tardaron tanto los paramédicos que unos clientes lo quisieron llevar en su vochito destartalado al hospital más cercano, sin embargo cuando lo quisieron cargar, ya estaba muerto.
A pesar de la gravedad de los hechos, no se difundió este asesinato lo suficiente, en Televisa la famosa sección de sección policiaca, no lo publicó, solo en la nota roja del Sol de Puebla y en el perifoneo que se acostumbra en los pueblos.
La gran solución del presidente municipal de Cuautlancingo Félix Casiano Tlaque, mucho tiempo después, fue iniciar un operativo en los microbuses del transporte público, si es invasivo o no, si viola las garantías individuales de los ciudadanos o no, si está bien o mal enfocado o no, eso se lo dejo a su consideración.
“La gran medida” consiste en un retén en calles rodadas de milpas y parcelas, donde los policías obligan a los pasajeros a bajar con todo y sus cosas y muy amablemente piden que abran bolsas, mochilas o lo que traigan para detectar si portan alguna arma. Además a los hombres los catean, revisan sus ropas y a algunas mujeres las toquetean, so pretexto de revisión.
Aquí cabe destacar que los asaltantes señalados líneas arriba, huyeron en un vehículo particular, no tomaron camión o algún taxi local o de los otros, por lo que es absurdo que revisen al pasaje… sólo que tal vez hubo asaltos a bordo y de esto no nos esteramos muchos.
El ayuntamiento de este y otros municipios deben concentrarse en lo primordial, en lo básico que necesita la ciudadanía! Debemos evitar todos que se repitan más actos de barbarie como el de Ajalpan, producto del pánico y del hartazgo de la gente, que lincha a personas inocentes como los encuestadores. Cuautlancingo es un municipio connurbado, está pegado a la capital poblana, casi casi como una megacolonia más. No obstante, hay asesinatos como el citado u otros delitos. En alguna ocasión, violaron y mataron a una jovencita en las inmediaciones del Velódromo Olímpico Salomón Jauli Dávida (un elefante blanco por cierto), por el Periférico “Ecológico” y a la altura de una escuela particular de nombre Catarina de San Juan, los criminales aprovechando la falta de alumbrado público la llevaron a un sembradío y ahí la ultrajaron, en medio de la noche y en un lugar oscuro como boca de lobo, a pesar de estar también a unos metros de un fraccionamiento de clase media-alta.
Los ediles deben de cambiar de actitud y dejar a un lado las soluciones momentáneas y fáciles, hasta en los detalles más simples. Desde regular el servicio de recolección de basura hasta brindar seguridad a todos sus habitantes. En Cuautlancingo por ejemplo, debe pasar el camión de la basura los martes y los viernes, pero a veces no pasa esos días y las bolsas se quedan en la vía pública y claro los perros callejeros que ahí abundan, rompen las bolsas y se forma un cochinero. Otra falla en la administración de Casiano Tlaque es la falta de pavimento o asfalto. Es muy notorio que solo donde hay casas, fraccionamientos “ricos”, es donde está pavimentado y donde sólo hay parcelas, puro lodo en época de lluvias y tolvaneras en época seca… y que hace la autoridad, cuando mucho, esparcen escombro en las cunetas y trincheras que se forman, pero en la mayoría de las calles, si es que se le puede llamar así a esos caminos dejados de la mano de Dios, no hacen nada. Si hay cemento, es porque las desarrolladoras de vivienda lo han puesto para los que compran casas, si no, no eso.
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