lunes, 7 de agosto de 2017

Estoy en tierra poblana, no en terreno morenovallista: José Olvera Por Gerardo Pérez García

08 de Agosto 2017

                   
El fuego amigo o enemigo -o cruzado- le dieron la bienvenida con calificativos de “hombre perdedor”, que llegaba “un cartucho quemado”, que el CEN del PRI enviaba a Puebla a nuevo delegado “sólo para cubrir el expediente” y un largo etc, etc, etc.
Y después de las amargas experiencias que han tenido los priistas con los “virreyes” delegados del tricolor que han tenido en los últimos años, todo hacía indicar que así sería.
Sólo que ha escasos 30 días de haber arribado a Puebla, la mano, experiencia y madurez del delegado nacional del Revolucionario Institucional José Olvera Acevedo… ya se hizo sentir con los aspirantes al gobierno en 2018, los cuadros, organizaciones y sectores.
No viene de vacaciones.
Ni a vender “espejitos”.
O negociar candidaturas.
Tampoco a tener acuerdos obscuros con el Moreno-Vallismo.
Mucho menos a “entregar la plaza”.
Estará de tiempo completo en Puebla –ya se estableció con su esposa-, pues en junio del 2018 se juega todo –política y electoralmente hablando-: Presidencia de México, Gobierno de Puebla, 217 alcaldías, 41 diputados locales, 15 legisladores federales y dos senadurías.
José Olvera advierte:
Vengo a trabajar y luchar para que el candidato o candidata gane la gubernatura de Puebla el próximo año.
Claro que es un gran reto.
Inquiere: ¿Qué está muy difícil?... Sí.
Más no imposible.
“Yo también vengo a jugarme el pellejo a Puebla” –tengo aspiraciones políticas y si a Puebla le va bien, a mí también-, que quede claro, añade durante la charla que tuvo con directivos y columnistas de medios el pasado fin de semana.
-¿Se repetirá la historia de 2010 y 2016 en 2018… cuando el PRI pierde Casa Puebla?, se le espeta.
“No… Vamos a recuperar el Estado”.
Reitero a la militancia, cuadros y organizaciones del tricolor: “no habrá negociación alguna ni traiciones”.

LA DERROTA ES UN TRAUMA

El bagaje político-administrativo de Olvera Acevedo es extenso: dos veces diputado local, dos periodos de legislador en la Cámara de Diputados, ex Presidente Municipal de Zacatecas, candidato perdedor al Gobierno en 1998 –frente al perredista Ricardo Monreal- y actualmente Senador de la República.
Narra la historia de una derrota política –la historia que él vivió-:
Es parecido a un choque automovilístico. Tú manejas, vas a una velocidad moderada. De pronto algo se cruza en el camino… una vaca, un buey, un borracho.
Y chocas.
Usted no es un suicida. Es algo no deseado que pasa. Despiertas en el hospital y preguntas qué pasó, qué sucedió.
Y entran en escena los efectos.
Uno, “viene el trauma” de la derrota.
Dos, “el recuento de daños”.
Tres, “reparto de culpas” –¿hubo traiciones, engaños, simulaciones?-
Cuatro, “hay que pagar los daños” –propaganda, convenios, publicidad, hoteles-
Cinco, “superar el trauma y qué hacer, qué sigue”.
Doce años después -2010- el PRI recuperó –con Miguel Alonso Raya- el Gobierno de Zacatecas y en 2016 el abanderado tricolor –Alejandro Tello Cristerna- volvió a ganar el Estado.
Aclara:
“Zacatecas no es Puebla, ni Puebla es Zacatecas”. Pero al estar en la oposición, como gobierno, no hay un líder moral ni guía, ni quien articule y sume a las diferentes expresiones.
Y se entra al terreno de “los pares”, donde todos tienen la misma categoría: políticos de oposición.
Nadie es más. Nadie es menos.
Ello sucede en los estados donde el PRI es oposición. Como también acontece a los demás partidos y sus actores.

UNIDAD Y MÁS UNIDAD PARA GANAR

De ahí que para ganar Puebla, el Revolucionario Institucional requiere de todos sus actores, de toda su militancia, sectores y organizaciones.
La experiencia dicta: “solos, divididos, enfrentados… derrota segura”.
¿Qué hacer?
La respuesta es sencilla: unidad y trabajo; trabajo y unidad; sumas y multiplicaciones. Desterrar las divisiones y restas.
Ello derribará en lograr el consenso de un candidato o candidata de UNIDAD, que tenga experiencia en el gobierno, en el legislativo, con carisma, que empate con el electorado.
Así, el PRI recuperará Casa Puebla.
Un periodista soltó: “entonces, el candidato será –Juan Carlos- Lastiri”.
El delegado José Olvera –como el Secretario de Prensa, Ismael Ríos-, sólo atinó a sonreír y mover la cabeza.

AÚN NO HAY CANDIDATO AL GOBIERNO

Olvera Acevedo también dejó claro a los periodistas: “aún no hay candidato al Gobierno de Puebla”.
Todos los aspirantes tienen las mismas posibilidades. Cada uno está llevando un trabajo de posicionamiento y proselitismo que deben cuidar para no cometer una falta que los lleve a una sanción del órgano electoral.
-¿También Blanca Alcalá tiene posibilidades, pese a tener un pie en la Embajada de México en Colombia?
Claro que sí. Todas y todos tienen las mismas oportunidades.
Y para ello hay que sumar todos los esfuerzos, equipos y grupos. Transitar por una misma vía, que es la que llevará al triunfo o la derrota.
Y armar la plataforma de gobierno, el plan de gobierno, lo que se va a ofertar al electorado; lo que se hará durante el sexenio para apoyar al campo, a los que menos tienen, combate a la pobreza.
Porque no es sólo decir “quiero ser gobernador”.
La pregunta es: ¿por qué quieres ser gobernador? ¿Qué plan de gobierno tienes? ¿Qué experiencia?
Por último, José Olvera Acevedo dejó en la mesa de los aspirantes la reflexión: “no erosionemos el muro que nos llevará al triunfo; no dinamitemos ese muro que conducirá a la derrota”.
Es la hora de la unidad para el priismo poblano. “De no hacerlo… pasarán muchos años para que regresen al Gobierno”.
Y en ese barco está el zacatecano. Tiene muy claro que si el priismo poblano le va bien, a José Olvera también.
-¿Cómo se siente en tierras morenovallistas?
El delegado sonrió para atajar:
“Qué pasó… estoy en tierras poblanas y me tratan muy bien; que yo sepa no son terrenos morenovallistas”.
Habrá que esperar qué dicen los aspirantes. Ellos, y solamente ellos, tienen la palabra. Y en sus acciones está el presente y mañana de su destino.
Que honren su palabra, para que mañana no sufran ni vivan el “trauma de la derrota”.
Al tiempo.

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lunes, 7 de agosto de 2017

Estoy en tierra poblana, no en terreno morenovallista: José Olvera Por Gerardo Pérez García

08 de Agosto 2017

                   
El fuego amigo o enemigo -o cruzado- le dieron la bienvenida con calificativos de “hombre perdedor”, que llegaba “un cartucho quemado”, que el CEN del PRI enviaba a Puebla a nuevo delegado “sólo para cubrir el expediente” y un largo etc, etc, etc.
Y después de las amargas experiencias que han tenido los priistas con los “virreyes” delegados del tricolor que han tenido en los últimos años, todo hacía indicar que así sería.
Sólo que ha escasos 30 días de haber arribado a Puebla, la mano, experiencia y madurez del delegado nacional del Revolucionario Institucional José Olvera Acevedo… ya se hizo sentir con los aspirantes al gobierno en 2018, los cuadros, organizaciones y sectores.
No viene de vacaciones.
Ni a vender “espejitos”.
O negociar candidaturas.
Tampoco a tener acuerdos obscuros con el Moreno-Vallismo.
Mucho menos a “entregar la plaza”.
Estará de tiempo completo en Puebla –ya se estableció con su esposa-, pues en junio del 2018 se juega todo –política y electoralmente hablando-: Presidencia de México, Gobierno de Puebla, 217 alcaldías, 41 diputados locales, 15 legisladores federales y dos senadurías.
José Olvera advierte:
Vengo a trabajar y luchar para que el candidato o candidata gane la gubernatura de Puebla el próximo año.
Claro que es un gran reto.
Inquiere: ¿Qué está muy difícil?... Sí.
Más no imposible.
“Yo también vengo a jugarme el pellejo a Puebla” –tengo aspiraciones políticas y si a Puebla le va bien, a mí también-, que quede claro, añade durante la charla que tuvo con directivos y columnistas de medios el pasado fin de semana.
-¿Se repetirá la historia de 2010 y 2016 en 2018… cuando el PRI pierde Casa Puebla?, se le espeta.
“No… Vamos a recuperar el Estado”.
Reitero a la militancia, cuadros y organizaciones del tricolor: “no habrá negociación alguna ni traiciones”.

LA DERROTA ES UN TRAUMA

El bagaje político-administrativo de Olvera Acevedo es extenso: dos veces diputado local, dos periodos de legislador en la Cámara de Diputados, ex Presidente Municipal de Zacatecas, candidato perdedor al Gobierno en 1998 –frente al perredista Ricardo Monreal- y actualmente Senador de la República.
Narra la historia de una derrota política –la historia que él vivió-:
Es parecido a un choque automovilístico. Tú manejas, vas a una velocidad moderada. De pronto algo se cruza en el camino… una vaca, un buey, un borracho.
Y chocas.
Usted no es un suicida. Es algo no deseado que pasa. Despiertas en el hospital y preguntas qué pasó, qué sucedió.
Y entran en escena los efectos.
Uno, “viene el trauma” de la derrota.
Dos, “el recuento de daños”.
Tres, “reparto de culpas” –¿hubo traiciones, engaños, simulaciones?-
Cuatro, “hay que pagar los daños” –propaganda, convenios, publicidad, hoteles-
Cinco, “superar el trauma y qué hacer, qué sigue”.
Doce años después -2010- el PRI recuperó –con Miguel Alonso Raya- el Gobierno de Zacatecas y en 2016 el abanderado tricolor –Alejandro Tello Cristerna- volvió a ganar el Estado.
Aclara:
“Zacatecas no es Puebla, ni Puebla es Zacatecas”. Pero al estar en la oposición, como gobierno, no hay un líder moral ni guía, ni quien articule y sume a las diferentes expresiones.
Y se entra al terreno de “los pares”, donde todos tienen la misma categoría: políticos de oposición.
Nadie es más. Nadie es menos.
Ello sucede en los estados donde el PRI es oposición. Como también acontece a los demás partidos y sus actores.

UNIDAD Y MÁS UNIDAD PARA GANAR

De ahí que para ganar Puebla, el Revolucionario Institucional requiere de todos sus actores, de toda su militancia, sectores y organizaciones.
La experiencia dicta: “solos, divididos, enfrentados… derrota segura”.
¿Qué hacer?
La respuesta es sencilla: unidad y trabajo; trabajo y unidad; sumas y multiplicaciones. Desterrar las divisiones y restas.
Ello derribará en lograr el consenso de un candidato o candidata de UNIDAD, que tenga experiencia en el gobierno, en el legislativo, con carisma, que empate con el electorado.
Así, el PRI recuperará Casa Puebla.
Un periodista soltó: “entonces, el candidato será –Juan Carlos- Lastiri”.
El delegado José Olvera –como el Secretario de Prensa, Ismael Ríos-, sólo atinó a sonreír y mover la cabeza.

AÚN NO HAY CANDIDATO AL GOBIERNO

Olvera Acevedo también dejó claro a los periodistas: “aún no hay candidato al Gobierno de Puebla”.
Todos los aspirantes tienen las mismas posibilidades. Cada uno está llevando un trabajo de posicionamiento y proselitismo que deben cuidar para no cometer una falta que los lleve a una sanción del órgano electoral.
-¿También Blanca Alcalá tiene posibilidades, pese a tener un pie en la Embajada de México en Colombia?
Claro que sí. Todas y todos tienen las mismas oportunidades.
Y para ello hay que sumar todos los esfuerzos, equipos y grupos. Transitar por una misma vía, que es la que llevará al triunfo o la derrota.
Y armar la plataforma de gobierno, el plan de gobierno, lo que se va a ofertar al electorado; lo que se hará durante el sexenio para apoyar al campo, a los que menos tienen, combate a la pobreza.
Porque no es sólo decir “quiero ser gobernador”.
La pregunta es: ¿por qué quieres ser gobernador? ¿Qué plan de gobierno tienes? ¿Qué experiencia?
Por último, José Olvera Acevedo dejó en la mesa de los aspirantes la reflexión: “no erosionemos el muro que nos llevará al triunfo; no dinamitemos ese muro que conducirá a la derrota”.
Es la hora de la unidad para el priismo poblano. “De no hacerlo… pasarán muchos años para que regresen al Gobierno”.
Y en ese barco está el zacatecano. Tiene muy claro que si el priismo poblano le va bien, a José Olvera también.
-¿Cómo se siente en tierras morenovallistas?
El delegado sonrió para atajar:
“Qué pasó… estoy en tierras poblanas y me tratan muy bien; que yo sepa no son terrenos morenovallistas”.
Habrá que esperar qué dicen los aspirantes. Ellos, y solamente ellos, tienen la palabra. Y en sus acciones está el presente y mañana de su destino.
Que honren su palabra, para que mañana no sufran ni vivan el “trauma de la derrota”.
Al tiempo.

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