La tecnología nos rodea en
todos lados, es incluso una herramienta para la escuela en primaria,
secundaria, preparatoria y universidad; para el trabajo y me atrevo a decir que
estamos empezando a pensar en ella como un requisito social. Casi hasta llegar al punto de: SIN TECNOLOGÍA NO TENGO AMIGOS.
Los niños de hoy escriben a los
Reyes Magos: “No necesito una muñeca o
un carrito, necesito una tableta y un celular con juegos.” Y estamos hablando
incluso de niños que no saben ni escribir. Y nos encontramos en la calle con un
padres presumiendo: “Mira, mi hijo de un año ya sabe tomar fotos, ya desbloquea
mi celular”.
Los chicos de primaria se
concentran en jugar por medio de Internet y comunicarse con “amigos de red” que
no conocen personalmente, pero que les acompañan en su interés por jugar y
entretenerse en un mundo en donde los padres les abandonan y no les queda otro
refugio. ¿Si! A eso le llaman el entretenimiento de hoy.
Hace algunos años recibí en mi
consultorio a una chica que tapando una depresión de falta de identidad, se
sentía originaria de Asia, escuchando música de allá, fotos de Asiáticos por
todo su cuarto y decía no entender el país de México y no ser entendida en su
medio.
Veo en consulta a adolescentes
buscando identidad por medio de grupos que tienen un fin en común como: bajar
de peso, autolesionarse, dañar a las personas que les caen mal, acompañarse en
su depresión, quejarse juntos de la incomprensión de la sociedad, y así como
estos me puedo seguir describiendo miles de grupos.
Y bueno pues para hablar de esto, la semana
anterior fuimos todos participes de un caso relacionado con este tema en la
escuela de Monterrey, de un chico perteneciente a un grupo que se quejaba
continuamente de la sociedad, que comete homicidio y suicidio.
¿Qué podemos decir de los
adultos? No un poco de dependencia al celular, sino mucha es la dependencia que
se vive en la vida adulta a toda la tecnología, redes sociales, celular,
tableta, computadora, aplicaciones de chats por internet, pantalla con acceso a
Internet… Curioso pero también veo en consulta personas que me dicen : mi mamá
está molesta porque se enteró de mi embarazo por medio de Internet. Por
Internet ahora los más cercanos y no tan cercanos se enteran de nuestra vida.
Antes de darse un beso después de decir que ¡si! cuando hay una propuesta de
matrimonio, ya subieron la foto de la selfie mostrando la mesa decorada y
“click” ¡primer beso después de la selfie con transmisión en Vivo! Por otro
lado, antes de reclamar una infidelidad a la pareja, “la víctima” declara en
redes sociales haber sido traicionada. ¡Que todo México se entere que me
pusieron el cuerno! Cuando al regreso del supuesto victimario, la pareja se
reconcilia y ahora no solo los amigos de la supuesta victima, sino el mundo
entero está en contra de esa gran traición!
Todos ahora perdiendo la
intimidad de los momentos. Y como me dice un paciente “Si está en Face es
oficial” y como ahora todo está en Face, pues … ¡todo es oficial y público!
La gran pregunta es, ¿Todos
somos tan felices como lo muestran las redes sociales? ¿Nuestros amigos de
redes sociales o chats son realmente nuestros amigos? ¿Si nuestra pareja no
está registrada en Face entonces no somos casados o no tenemos una relación?
Por medio de nuestro excesivo
interés por la tecnología hemos provocado una distancia entre los corazones,
entre la interacción, los pensamientos y sentimientos de los que nos rodean,
hemos dejado de disfrutar un abrazo físico y sentimos más placer por uno
virtual, pues nos hemos desensibilizado de lo que en verdad importa que es la
interacción social física. Es muy triste ver una familia entera comiendo en un
restaurante pero cada uno con su
celular, metido en “su mundo”.
No digo que nos olvidemos de la
tecnología pero aprendamos a moderar su uso, disfrutemos los momentos con los
seres queridos, hagamos espacio para la interacción física, disfrutemos la
compañía física de los que nos aman y también aprendamos a encontrarnos a
nosotros mismos en espacios o momentos de desconexión de la tecnología. Pues
ahora también hemos dejado a un lado el conocimiento de nosotros mismos,
huyendo a estos ricos momentos con el uso de un celular.
Una de las tareas típicas que
dejo a mis pacientes es: “Vete a tomar un café contigo mismo”, escúchate,
siéntete y encuéntrate.
Hoy en
mi columna te dejo justo esa tarea si me lo permites, te recomendó que des un
tiempo para estar contigo: tomarte un helado, un café o salir a caminar son muy
buenas ideas.
Psicóloga Mayra Cuanalo Gómez
Terapia
Individual y Terapia de Pareja
Consulta Previa
Cita: 044 2221 83 83 07
Facebook:
Psicóloga Mayra Cuanalo Gómez
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