05/04/21
Columna Un Nuevo Comienzo
Comunidades Productivas para el Desarrollo Regional
Alberto Jiménez Merino
De nada nos ha servido saber que somos el cuerno de la abundancia, que
tenemos recursos naturales y un gran potencial productivo, si no existen las
políticas públicas que permitan y apoyen la integración de los factores de la
productividad y el acceso a los mercados.
Por estas razones, una de las vías de solución que nuestra gente ha encontrado
para resolver sus necesidades económicas, es la migración hacia las ciudades, las
zonas agrícolas de mayor desarrollo en nuestro país o hacia los Estados Unidos.
Entre los 25 millones de mexicanos que han emigrado a la Unión Americana, se
encuentran más de 600 mil poblanos asentados en Nueva York, Nueva Jersey,
Los Ángeles, Pensilvania, Atlanta, Houston y San Antonio, Texas, como los
destinos más importantes. Cada familia mixteca poblana tiene al menos un
integrante que ha migrado.
México está integrado por 199 mil comunidades, 2 mil 400 municipios, cerca de
200 regiones y 750 micro regiones. No se puede, por tanto, aplicar una política
general para territorios y condiciones ambientales y socioeconómicas distintas.
Requerimos Políticas, Programas y Proyectos que apoyen los servicios básicos
para el bienestar de las familias, que de alguna forma ya se viene atendiendo.
Lo que sigue es apoyar con servicios técnicos para la identificación, integración,
desarrollo de cadenas productivas y de abasto, a mercados nacionales e
internaciones.
Lo anterior conlleva el apoyo al desarrollo organizacional, productivo, empresarial,
financiero y logístico bajo la premisa de que para desarrollar regiones primero hay
que desarrollar las comunidades que la integran.
Bajo las políticas tradicionalmente aplicadas, las estrategias utilizadas, los
presupuestos aprobados para el fomento productivo y con el tipo de apoyos
disponibles en los últimos años, lo anterior ha sido imposible.
En el campo mexicano 80 de cada 100 productores lo hacen para el autoconsumo
en parcelas pequeñas con grandes esfuerzos individuales. La organización
productiva es muy incipiente y se carece de servicios técnicos básicos,
financiamiento y volúmenes para acceder a mercados.
Todos hacen de todo, no hay una especialización del trabajo. No se han integrado
Proyectos Colectivos ni Cadenas Productivas de la comunidad por Carencia de
Servicios Técnicos Básicos.
La problemática agroalimentaria se caracteriza por bajos rendimientos, altos
costos de producción y bajos niveles de productividad. Parcelas pequeñas y alta
dispersión de esfuerzos que han dificultado integrar planes de siembra y
volúmenes suficientes para los mercados.
Además del desconocimiento de los recursos naturales y su potencial; las
dificultades de organización entre productores y problemas para definir los cultivos
a sembrar; la escasa cultura de manejo del agua de lluvia en condiciones de
temporal y del riego tecnificado; así como la ausencia de servicios técnicos
básicos, capacitación y asesoría técnica para mejorar las prácticas productivas
sustentables.
Para resolver esta problemática, se propone impulsar el desarrollo de
Comunidades Productivas, Agrarias y/o Agroalimentarias mediante la
implementación de Proyectos Viables, como Modelos Productivos Integrales de
Autoconsumo y Empresariales, factibles de aplicarse para el desarrollo de las
regiones.
Los Componentes de un Modelo Productivo, Organizativo y Empresarial
Agroalimentario incluyen un Centro de Servicios Técnicos Agrícolas, Ganaderos,
Acuícolas y Agroindustriales, Central de Maquinaria Agropecuaria, Vivero de
Producción de Plántulas de Hortalizas y Planta Certificada de Frutales,
Distribuidora de Insumos, Equipos y Tecnología para la Producción de acuerdo a
la comunidad o región.
También una Unidad de Financiamiento a la Producción, Centro de Acopio,
Empacado y Procesamiento Agroindustrial, Unidad de Transportación
Agropecuaria y la Unidad de Comercialización Agropecuaria
Es necesario respetar el trabajo individual de los integrantes de la unidad
productiva pero los servicios técnicos, la adquisición de insumos y la
comercialización de productos deben ser colectivos.
Los apoyos parciales, desarticulados, insuficientes y a destiempo no han podido
influir en el mejoramiento de la productividad.
Es tiempo de nuevas políticas para el desarrollo de las comunidades.
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