lunes, 5 de julio de 2021

Políticas del Campo y el Agua contra Sequía y Pobreza en México



Columna Un Nuevo Comienzo

Políticas del Campo y el Agua contra Sequía y Pobreza en México

Alberto Jiménez

Merino


Según datos del INEGI 2021, las tortillas de maíz subieron su precio en promedio

11.3 por ciento en la primera mitad de junio frente a la misma quincena de 2020,

siendo el mayor incremento registrado en los últimos nueve años. El Grupo

Consultor de Mercados Agrícolas vincula el incremento con una menor oferta de

maíz debido a la reducción de la superficie sembrada en Sinaloa y Tamaulipas a

causa de la falta de agua en las principales presas.

De acuerdo con datos de Tláloc Puga, en El Universal, México es el mayor

consumidor de tortillas en el mundo, con un consumo promedio individual anual de

75 kilos. Los precios han variado desde 14.63 pesos por kilo en la Ciudad de

México hasta 27 pesos en Hermosillo, Sonora.

La tortilla es el alimento principal de los mexicanos, especialmente de las familias

más pobres, siendo para estas, en gran medida, su único alimento.

Una larga sequía que ha afectado a dos terceras partes de México, al igual que la

Costa Oeste de Estados Unidos y Canadá, podría empeorar en las próximas

semanas.

Los pronósticos advierten sobre altas temperaturas, daños a los cultivos y escasez

de suministro de agua en varias zonas, incluida la Ciudad de México (FORBES,

2021). La inversión pública en infraestructura disminuyó en 64 por ciento y la

inversión en agua potable 78 por ciento con relación a 2018, según expertos.

De acuerdo con EQUIDE, Investigación de Impacto Social de la Universidad

Iberoamericana, se estima que la pobreza pasó de 52 millones en 2018, a 67

millones de mexicanos a marzo del 2021, casi 15 millones de nuevos pobres

después de la pandemia COVID, y la carencia de acceso a la alimentación se

incrementó de 25.5 a 46.2 millones de personas. Las ayudas sociales no están

cumpliendo su objetivo.

Aunque la sequía podría considerarse normal, ha empeorado debido al cambio

climático que avanza muy rápido a nivel mundial. La falta de maíz es debida a la

reducción de la superficie por escasez de agua y a la falta de apoyos

gubernamentales por una drástica reducción de los presupuestos públicos. Ambos

problemas amenazan la seguridad alimentaria y acrecientan la pobreza de las

familias.


La falta de agua y alimentos son las principales causas de rompimiento de la

convivencia y gobernabilidad de cualquier país. Y no hablamos de intentonas

golpistas internacionales. Son realidades comprobadas muchas veces.

Los principales problemas nacionales son hoy la Pobreza; Inseguridad Pública y

Alimentaria; Salud y falta de Medicinas; Sequía; Falta de Agua y Deterioro

Ambiental; y la gran división que cada día se promueve, desde el poder, entre los

mexicanos.

Por eso sorprende que la prioridad nacional hoy sea una consulta para juzgar a los

expresidentes cuando no hay tortillas para las familias, no hay agua, no hay

medicinas y no hay seguridad pública. La aplicación de la Ley no puede ser motivo

de consulta. Se aplica y ya.

Lo que urge es la búsqueda de soluciones a los problemas nacionales a través de

la implementación de políticas públicas, programas y proyectos que atiendan las

verdaderas necesidades de la población, los programas y ayudas sociales

contienen la pobreza, pero no la resuelven si no se acompañan del fomento

productivo y económico.

Con motivo del inicio de la LXV Legislatura Federal, de varias legislaturas

estatales y de administraciones municipales, en el PRI seguimos comprometidos

con el desarrollo nacional, regional, estatal y municipal. Trabajamos en una

Agenda del Campo y el Agua para identificar, integrar y proponer las Políticas

Públicas que requiere la sociedad mexicana, misma que habrá de concretarse

escuchando a quienes tienen el conocimiento y las soluciones más viables.

Una Agenda Política del Campo y el Agua que considere programas y

presupuestos para fortalecer la Seguridad Alimentaria en Granos Básicos, Leche,

Huevo y Carne, así como el apoyo a la agroindustria.

Políticas de apoyo a los pequeños productores de autoconsumo y desarrollo

integral de las cadenas productivas, desarrollo regional, capacitación y asesoría,

centrales de maquinaria y servicios técnicos, servicios sanitarios y de inocuidad,

financiamiento, comercialización y desarrollo de nuevos mercados.

Asimismo, apoyo a la agricultura de conservación para recuperar el suelo y agua,

agricultura protegida para reducir los impactos del clima y agricultura orgánica

para fortalecer la sanidad de alimentos y cuidado del ambiente, seguros para la

protección de las cosechas y fortalecimiento de la ganadería, pesca y acuacultura,

para una mayor productividad.

Destinar mayores inversiones para el abasto, tratamiento y reúso de aguas

residuales. Fortalecer el uso de energía solar para el bombeo de agua, que

resuelva el problema de las altas tarifas existentes que hoy asfixian

financieramente a los sistemas municipales y a las sociedades de riego agrícola.


Además, se debe vincular la Reforestación con la protección de los acuíferos y

mejorar su recarga. Aplicar programas de recarga artificial de acuíferos que

reviertan la sobreexplotación y recuperen los volúmenes perdidos de agua de los

pozos y manantiales. Recuperar el apoyo para tecnificación del riego agrícola,

mejorar la productividad agroalimentaria y liberar volúmenes para uso público en

centros de población, entre otros.

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lunes, 5 de julio de 2021

Políticas del Campo y el Agua contra Sequía y Pobreza en México



Columna Un Nuevo Comienzo

Políticas del Campo y el Agua contra Sequía y Pobreza en México

Alberto Jiménez

Merino


Según datos del INEGI 2021, las tortillas de maíz subieron su precio en promedio

11.3 por ciento en la primera mitad de junio frente a la misma quincena de 2020,

siendo el mayor incremento registrado en los últimos nueve años. El Grupo

Consultor de Mercados Agrícolas vincula el incremento con una menor oferta de

maíz debido a la reducción de la superficie sembrada en Sinaloa y Tamaulipas a

causa de la falta de agua en las principales presas.

De acuerdo con datos de Tláloc Puga, en El Universal, México es el mayor

consumidor de tortillas en el mundo, con un consumo promedio individual anual de

75 kilos. Los precios han variado desde 14.63 pesos por kilo en la Ciudad de

México hasta 27 pesos en Hermosillo, Sonora.

La tortilla es el alimento principal de los mexicanos, especialmente de las familias

más pobres, siendo para estas, en gran medida, su único alimento.

Una larga sequía que ha afectado a dos terceras partes de México, al igual que la

Costa Oeste de Estados Unidos y Canadá, podría empeorar en las próximas

semanas.

Los pronósticos advierten sobre altas temperaturas, daños a los cultivos y escasez

de suministro de agua en varias zonas, incluida la Ciudad de México (FORBES,

2021). La inversión pública en infraestructura disminuyó en 64 por ciento y la

inversión en agua potable 78 por ciento con relación a 2018, según expertos.

De acuerdo con EQUIDE, Investigación de Impacto Social de la Universidad

Iberoamericana, se estima que la pobreza pasó de 52 millones en 2018, a 67

millones de mexicanos a marzo del 2021, casi 15 millones de nuevos pobres

después de la pandemia COVID, y la carencia de acceso a la alimentación se

incrementó de 25.5 a 46.2 millones de personas. Las ayudas sociales no están

cumpliendo su objetivo.

Aunque la sequía podría considerarse normal, ha empeorado debido al cambio

climático que avanza muy rápido a nivel mundial. La falta de maíz es debida a la

reducción de la superficie por escasez de agua y a la falta de apoyos

gubernamentales por una drástica reducción de los presupuestos públicos. Ambos

problemas amenazan la seguridad alimentaria y acrecientan la pobreza de las

familias.


La falta de agua y alimentos son las principales causas de rompimiento de la

convivencia y gobernabilidad de cualquier país. Y no hablamos de intentonas

golpistas internacionales. Son realidades comprobadas muchas veces.

Los principales problemas nacionales son hoy la Pobreza; Inseguridad Pública y

Alimentaria; Salud y falta de Medicinas; Sequía; Falta de Agua y Deterioro

Ambiental; y la gran división que cada día se promueve, desde el poder, entre los

mexicanos.

Por eso sorprende que la prioridad nacional hoy sea una consulta para juzgar a los

expresidentes cuando no hay tortillas para las familias, no hay agua, no hay

medicinas y no hay seguridad pública. La aplicación de la Ley no puede ser motivo

de consulta. Se aplica y ya.

Lo que urge es la búsqueda de soluciones a los problemas nacionales a través de

la implementación de políticas públicas, programas y proyectos que atiendan las

verdaderas necesidades de la población, los programas y ayudas sociales

contienen la pobreza, pero no la resuelven si no se acompañan del fomento

productivo y económico.

Con motivo del inicio de la LXV Legislatura Federal, de varias legislaturas

estatales y de administraciones municipales, en el PRI seguimos comprometidos

con el desarrollo nacional, regional, estatal y municipal. Trabajamos en una

Agenda del Campo y el Agua para identificar, integrar y proponer las Políticas

Públicas que requiere la sociedad mexicana, misma que habrá de concretarse

escuchando a quienes tienen el conocimiento y las soluciones más viables.

Una Agenda Política del Campo y el Agua que considere programas y

presupuestos para fortalecer la Seguridad Alimentaria en Granos Básicos, Leche,

Huevo y Carne, así como el apoyo a la agroindustria.

Políticas de apoyo a los pequeños productores de autoconsumo y desarrollo

integral de las cadenas productivas, desarrollo regional, capacitación y asesoría,

centrales de maquinaria y servicios técnicos, servicios sanitarios y de inocuidad,

financiamiento, comercialización y desarrollo de nuevos mercados.

Asimismo, apoyo a la agricultura de conservación para recuperar el suelo y agua,

agricultura protegida para reducir los impactos del clima y agricultura orgánica

para fortalecer la sanidad de alimentos y cuidado del ambiente, seguros para la

protección de las cosechas y fortalecimiento de la ganadería, pesca y acuacultura,

para una mayor productividad.

Destinar mayores inversiones para el abasto, tratamiento y reúso de aguas

residuales. Fortalecer el uso de energía solar para el bombeo de agua, que

resuelva el problema de las altas tarifas existentes que hoy asfixian

financieramente a los sistemas municipales y a las sociedades de riego agrícola.


Además, se debe vincular la Reforestación con la protección de los acuíferos y

mejorar su recarga. Aplicar programas de recarga artificial de acuíferos que

reviertan la sobreexplotación y recuperen los volúmenes perdidos de agua de los

pozos y manantiales. Recuperar el apoyo para tecnificación del riego agrícola,

mejorar la productividad agroalimentaria y liberar volúmenes para uso público en

centros de población, entre otros.

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