lunes, 22 de noviembre de 2021

Invertir en la Formación de Líderes


 Columna Un Nuevo Comienzo


Invertir en la Formación de Líderes


Alberto Jiménez

Merino


Hemos formado muchos profesionistas, invertimos altos porcentajes de los

presupuestos nacionales en educación, hacemos y deshacemos reformas

educativas, pero no hemos formado líderes para resolver los principales

problemas nacionales.

En México se generan 120 mil 128 toneladas de residuos sólidos al día y una gran

parte no se maneja adecuadamente debido a la falta de rellenos sanitarios, sitios

de disposición final de la basura, según Nancy Jiménez, investigadora de la

Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), citada por Carolina Gómez

Mena en La Jornada del 20 de noviembre de 2021.

De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación (CONEVAL), para el año 2020

la población mexicana en pobreza se estimaba en 55.7 millones de personas con

un promedio de 2.4 carencias, y en desigualdad, entre 2000 y 2019, el 10 por

ciento de la población, los más ricos, captó el 59 por ciento de los ingresos

nacionales, correspondiendo solo el 41 por ciento del total de ingresos al restante

90 por ciento de los mexicanos, según Leticia Hernández, (El Financiero, junio

2021).

Esto muestra que la pobreza y la desigualdad son aún los más grandes

problemas nacionales.

Diversos estudios describen que en los últimos 70 años hemos perdido más de la

mitad del agua disponible anualmente para cada mexicano, al pasar de 11 mil

metros cúbicos en 1950, a solo 4 mil 700 metros cúbicos en la actualidad. Se ha

perdido el 90 por ciento de la pesca en los ríos del país y, en los mares se ha

pescado ya el 90 por ciento de las especies más grandes.

Somos un país con problemas de obesidad y sobrepeso, estando entre los

primeros lugares del mundo y más de 7 millones de personas tienen problemas de

diabetes. En materia ambiental, hemos perdido grandes cantidades de suelo fértil,

grandes masas forestales y hemos reducido drásticamente la fauna silvestre.

No obstante que contamos con infraestructura para tratar el 63 por ciento de las

aguas residuales generadas por las diversas actividades humanas, más de la

mitad de esa infraestructura no funciona por falta de recursos para su operación, y

el 37 por ciento restante de las aguas residuales se van a barrancas y ríos sin

ningún tratamiento.


Asimismo, la inseguridad pública, el transporte y la movilidad urbana, la

productividad agroalimentaria, la falta de servicios técnicos, tecnológicos,

financieros y logísticos para el desarrollo social, forman parte del rosario de

problemas y necesidades nacionales que no han sido atendidas ni antes ni

ahora, y más grave aún es que no se ve para cuando ni quién pueda resolverlas

porque no hemos preparado líderes.

Hemos formado muchos profesionistas, invertimos altos porcentajes de los

presupuestos nacionales en educación, hacemos y deshacemos reformas

educativas, pero no hemos formado líderes para resolver los principales

problemas nacionales.

La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), en el primer semestre de

2018, señala que los profesionistas ocupados en México ascienden a 8.5 millones

de personas con un ingreso promedio de 11 mil 300 pesos mensuales; 80 por

ciento de ellos son subordinados, 6 por ciento son empleadores y el 13 por ciento

trabaja por cuenta propia.

La formación profesional predominante es extremadamente general y con una

carga excesiva de teoría sobre la práctica. Sabemos de todo, pero no somos

buenos en nada.

No se incluyen los problemas reales de las familias, de las comunidades ni de los

sectores productivos en los contenidos educativos. Los esfuerzos de vinculación

de las escuelas con las comunidades han sido realmente pobres.

El sistema educativo nacional aún no ha hecho la tarea en educación

alimentaria y nutricional, educación para la vida y el trabajo, educación ambiental,

educación financiera, y abandonó la educación cívica y ética. Educar hoy para no

castigar mañana es algo desconocido. Y, los que no pueden seguir en la escuela

se van literalmente al abismo. Casi 80 de cada 100 mexicanos que se inscriben a

la primaria no llegan a la universidad.

Las revisiones de los contenidos educativos, los cambios en los programas de

estudio y la creación de nuevas carreras se enfrentan con frecuencia a obstáculos

burocráticos e ideológicos a tal grado que muchas materias y carreras se imparten

sin cambios desde hace décadas; y, la formación de posgraduados ha resultado,

en muchos casos, tardado, costoso y desvinculado de la realidad socioeconómica,

porque el nivel de preparación obtenido ya no permite fácilmente la convivencia

con niveles profesionales inferiores.

Derivado de la experiencia práctica adquirida durante el desempeño de

responsabilidades públicas y privadas, considero que para resolver los problemas

nacionales que cada día se agravan, requerimos retomar la planeación nacional,

despojarnos de ideologías, crear políticas públicas, identificar a los mejores en

cada problema que nos aqueja, formar los recursos humanos faltantes, pero

principalmente, formar líderes en las áreas requeridas por el desarrollo

comunitario a corto, mediano y largo plazo.


Nuestra propuesta consiste en invertir en un Plan de Formación de Líderes para

Impulsar el Desarrollo Comunitario, Regional y Sectorial a través de la realización

de estancias cortas, de 1 a 3 meses, para que jóvenes del último semestre de

bachillerato y universidad, con ganas de ser alguien, se preparen en instituciones

y/o empresas de municipios, estados o países líderes donde ya resolvieron los

problemas que tenemos, y que al regresar, estos futuros profesionistas, puedan

desarrollar proyectos propios, ser agentes promotores de innovación y soluciones,

pero sobre todo sean los Líderes que guíen el desarrollo de comunidades y

regiones.

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lunes, 22 de noviembre de 2021

Invertir en la Formación de Líderes


 Columna Un Nuevo Comienzo


Invertir en la Formación de Líderes


Alberto Jiménez

Merino


Hemos formado muchos profesionistas, invertimos altos porcentajes de los

presupuestos nacionales en educación, hacemos y deshacemos reformas

educativas, pero no hemos formado líderes para resolver los principales

problemas nacionales.

En México se generan 120 mil 128 toneladas de residuos sólidos al día y una gran

parte no se maneja adecuadamente debido a la falta de rellenos sanitarios, sitios

de disposición final de la basura, según Nancy Jiménez, investigadora de la

Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), citada por Carolina Gómez

Mena en La Jornada del 20 de noviembre de 2021.

De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación (CONEVAL), para el año 2020

la población mexicana en pobreza se estimaba en 55.7 millones de personas con

un promedio de 2.4 carencias, y en desigualdad, entre 2000 y 2019, el 10 por

ciento de la población, los más ricos, captó el 59 por ciento de los ingresos

nacionales, correspondiendo solo el 41 por ciento del total de ingresos al restante

90 por ciento de los mexicanos, según Leticia Hernández, (El Financiero, junio

2021).

Esto muestra que la pobreza y la desigualdad son aún los más grandes

problemas nacionales.

Diversos estudios describen que en los últimos 70 años hemos perdido más de la

mitad del agua disponible anualmente para cada mexicano, al pasar de 11 mil

metros cúbicos en 1950, a solo 4 mil 700 metros cúbicos en la actualidad. Se ha

perdido el 90 por ciento de la pesca en los ríos del país y, en los mares se ha

pescado ya el 90 por ciento de las especies más grandes.

Somos un país con problemas de obesidad y sobrepeso, estando entre los

primeros lugares del mundo y más de 7 millones de personas tienen problemas de

diabetes. En materia ambiental, hemos perdido grandes cantidades de suelo fértil,

grandes masas forestales y hemos reducido drásticamente la fauna silvestre.

No obstante que contamos con infraestructura para tratar el 63 por ciento de las

aguas residuales generadas por las diversas actividades humanas, más de la

mitad de esa infraestructura no funciona por falta de recursos para su operación, y

el 37 por ciento restante de las aguas residuales se van a barrancas y ríos sin

ningún tratamiento.


Asimismo, la inseguridad pública, el transporte y la movilidad urbana, la

productividad agroalimentaria, la falta de servicios técnicos, tecnológicos,

financieros y logísticos para el desarrollo social, forman parte del rosario de

problemas y necesidades nacionales que no han sido atendidas ni antes ni

ahora, y más grave aún es que no se ve para cuando ni quién pueda resolverlas

porque no hemos preparado líderes.

Hemos formado muchos profesionistas, invertimos altos porcentajes de los

presupuestos nacionales en educación, hacemos y deshacemos reformas

educativas, pero no hemos formado líderes para resolver los principales

problemas nacionales.

La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), en el primer semestre de

2018, señala que los profesionistas ocupados en México ascienden a 8.5 millones

de personas con un ingreso promedio de 11 mil 300 pesos mensuales; 80 por

ciento de ellos son subordinados, 6 por ciento son empleadores y el 13 por ciento

trabaja por cuenta propia.

La formación profesional predominante es extremadamente general y con una

carga excesiva de teoría sobre la práctica. Sabemos de todo, pero no somos

buenos en nada.

No se incluyen los problemas reales de las familias, de las comunidades ni de los

sectores productivos en los contenidos educativos. Los esfuerzos de vinculación

de las escuelas con las comunidades han sido realmente pobres.

El sistema educativo nacional aún no ha hecho la tarea en educación

alimentaria y nutricional, educación para la vida y el trabajo, educación ambiental,

educación financiera, y abandonó la educación cívica y ética. Educar hoy para no

castigar mañana es algo desconocido. Y, los que no pueden seguir en la escuela

se van literalmente al abismo. Casi 80 de cada 100 mexicanos que se inscriben a

la primaria no llegan a la universidad.

Las revisiones de los contenidos educativos, los cambios en los programas de

estudio y la creación de nuevas carreras se enfrentan con frecuencia a obstáculos

burocráticos e ideológicos a tal grado que muchas materias y carreras se imparten

sin cambios desde hace décadas; y, la formación de posgraduados ha resultado,

en muchos casos, tardado, costoso y desvinculado de la realidad socioeconómica,

porque el nivel de preparación obtenido ya no permite fácilmente la convivencia

con niveles profesionales inferiores.

Derivado de la experiencia práctica adquirida durante el desempeño de

responsabilidades públicas y privadas, considero que para resolver los problemas

nacionales que cada día se agravan, requerimos retomar la planeación nacional,

despojarnos de ideologías, crear políticas públicas, identificar a los mejores en

cada problema que nos aqueja, formar los recursos humanos faltantes, pero

principalmente, formar líderes en las áreas requeridas por el desarrollo

comunitario a corto, mediano y largo plazo.


Nuestra propuesta consiste en invertir en un Plan de Formación de Líderes para

Impulsar el Desarrollo Comunitario, Regional y Sectorial a través de la realización

de estancias cortas, de 1 a 3 meses, para que jóvenes del último semestre de

bachillerato y universidad, con ganas de ser alguien, se preparen en instituciones

y/o empresas de municipios, estados o países líderes donde ya resolvieron los

problemas que tenemos, y que al regresar, estos futuros profesionistas, puedan

desarrollar proyectos propios, ser agentes promotores de innovación y soluciones,

pero sobre todo sean los Líderes que guíen el desarrollo de comunidades y

regiones.

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