Primer
informe de un gobierno cercano a los poblanos
Alberto
Jiménez Merino
Antes de que hubiesen transcurrido
3 horas después del sismo del pasado 7 de diciembre, Sergio Salomón Céspedes, gobernador
de Puebla, estaba ya terminando la supervisión de afectaciones en San Juan
Pilcaya, Chiautla de Tapia, en donde se ubicó el epicentro.
Las recomendaciones básicas de
Protección Civil indican la importancia de prevenir y revisar las afectaciones
a la vida de las personas, por los efectos de los fenómenos naturales. También
la revisión y protección inmediata de sus viviendas, bienes materiales,
infraestructura de caminos, sistemas de abasto de agua, energía eléctrica, gas,
edificios públicos, presas y canales de riego, y todo aquello que pueda afectar
a la población.
Para cuando el presidente de
la república se comunicó, el gobernador poblano ya tenía un reporte de lo sucedido
y sus acciones. Pocas veces he visto al presidente felicitar y reconocer a un
gobernador con fundamentos de trabajo real y verdadero, la mayoría de las veces
es solo por cortesía.
Esta es solo una muestra de la
atención e importancia que da un gobierno presente y cercano a los ciudadanos.
Es una gran muestra de un gobernante que conoce y aplica muy bien la
comunicación con los gobernados para encontrar las mejores soluciones,
manteniendo así la civilidad y la gobernabilidad, bases fundamentales del desarrollo
de la sociedad.
El próximo 14 de diciembre se
cumple un año del inicio de la administración estatal, presente y cercana, a la
que muchos poblanos reconocemos como un giro de 180 grados con relación a la
que nos precedió. Es un gobierno que en un solo año ha hecho mucho más que en los
tres años anteriores.
Por ello, se hace necesario
recordar que para ser un buen gobernante
y hacer un buen gobierno, Firdaus
Jhabvala refiere que un líder debe tener seis atributos indispensables: un
discurso inteligente, imaginación, inteligencia, buena memoria, conocimiento de
la ética y conocimiento de la política.
La política es unión,
conciliación y no confrontación. El poder es para servir a la sociedad, para
resolver los principales problemas de la gente, facilitar las actividades
económicas, proteger el medio ambiente, mover las estadísticas, impulsar el
progreso de los pueblos y transformar realidades sociales lacerantes como la
pobreza y la desigualdad.
En estos últimos 12 meses,
Sergio Salomón Céspedes ha establecido un sello de cercanía y presencia al
realizar en forma frecuente visitas a las diferentes regiones y municipios,
como la vía más efectiva para conocer la realidad y problemática de nuestro
estado. Creó un eficiente puente para escuchar y atender realmente a las
personas.
También se ha dejado de
confrontar a las organizaciones sociales, productivas y empresariales, para
crear lazos de entendimiento y unidad en la atención de las necesidades del
estado. Se ha eliminado el “Ellos” y el “Nosotros” del lenguaje diario. Se
observa un trato distinto con los medios de comunicación, las iglesias y las
organizaciones políticas.
De igual forma, se dio paso al
trabajo como base fundamental del liderazgo, se han impulsado obras para beneficio
de miles de poblanos, acciones de fomento económico, la integración de clústeres
industriales, la segunda ciudad universitaria y un gran impulso al café y al mezcal
poblano.
Actualmente vemos a un
gobernador que hace muy bien su tarea y que, al margen de ideologías, es un
referente para los próximos gobernantes y las nuevas generaciones. Está
calificado entre los primeros gobernadores del país y Puebla ya es un estado
ubicado por arriba del promedio nacional en atención a conflictos laborales.
Para el último año del
gobierno presente hay grandes retos por atender. La sequía que se ha
incrementado 29 por ciento en los últimos 23 años y que nos ha afectado ya por
cinco años seguidos, es una gran amenaza para los acuíferos y el abasto de agua
a los centros de población, a las actividades agrícolas y económicas, a la
pesca ribereña, pero principalmente a la convivencia y gobernabilidad del
futuro cercano, por sus efectos en la pobreza e inseguridad.
El buen gobierno es aquel que cuida y mantiene la seguridad pública,
la convivencia, la civilidad y gobernabilidad de la sociedad. El gran gobierno es el que, además de
garantizar la seguridad impulsa la economía y el desarrollo productivo de los
gobernados, cambiando los indicadores establecidos. Pero la aspiración superior
del ejercicio de gobierno debe ser dejar
un legado para la posteridad, un gran legado para las futuras generaciones.
Al término de las
responsabilidades públicas podemos tener nuestros propios datos y conclusiones,
pero el único juicio válido de una gestión gubernamental lo hace la sociedad y
su veredicto es inapelable.
¡Muchas felicidades, Sergio
Salomón Céspedes, por este primer informe del gobierno presente!
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