lunes, 14 de abril de 2025

Nuevos Horizontes


 

Sequía en México, un problema social creciente

                                                                                               Alberto Jiménez Merino

México debe a Texas 1,603 millones de metros cúbicos de agua, derivado del Tratado de Aguas Internacionales firmado en 1944, por el cual, Estados Unidos entrega anualmente 1,850 millones de metros cúbicos del río Colorado, en el Golfo de California, y nuestro país paga anualmente 432 millones de metros cúbicos del Rio Bravo a Texas, con posibilidad de cubrirse en plazos de 5 años (BBC News Mundo, 11 abril, 2025).

Derivado de las sequías de los últimos años, el pago acumulado faltante asciende a 1,603 millones de metros cúbicos que, si bien aún está dentro del plazo de 5 años, Estados Unidos ya lo está requiriendo, con la amenaza de imponer impuestos ante este incumplimiento.

Con datos del Monitor de Sequía, de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), al 15 de marzo 2025, se reporta que 600 municipios de México, en 13 estados, tienen algún grado de falta de agua, principalmente en el noroeste, norte y centro del país (Mario Alberto Ostos Chávez Uno TV 22 marzo 2025).

Ramón Alberto López, director técnico de Organismos de Cueca Pacifico - Norte de la CONAGUA, informa que derivado de tres años seguidos de sequía,11 presas de Sinaloa solo cuentan con 118 millones de metros cúbicos de agua que corresponden al 7.5 % de su capacidad de almacenamiento. Esto representa un déficit de 145 millones de metros cúbicos al 2024, y 1,400 millones con relación a hace 30 años, creando una situación hídrica muy crítica (Enrique Acevedo, Grupo Fórmula, 11 abril, 2025).

Lo anterior describe un panorama ambiental y social, preocupante y creciente, derivado del cambio climático que se combina con prácticas inadecuadas en el manejo y aprovechamiento del agua, debido a la falta de una cultura de manejo racional, prácticas productivas extractivas y a la ausencia de políticas públicas para el sector hídrico.

El agotamiento de pozos y manantiales, la baja captación de las presas, las dificultades para atender a la población y a las escuelas, el abasto a sectores productivos, sequías recurrentes, desastres naturales ligados al agua, reducido tratamiento de aguas residuales, contaminación de ríos con aguas negras y residuos sólidos, la reducción de la pesca ribereña junto a la ausencia de una cultura de manejo y aprovechamiento racional del agua, son parte importante de una problemática añeja, poco atendida por el gobierno y la sociedad.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU), afirma que estamos muy lejos de lograr el sexto objetivo de desarrollo sostenible (ODS6): agua limpia y saneamiento para todos en 2030; porque solo podría alcanzarse si los gobiernos trabajaran 4 veces más de lo que han venido haciendo.

En el corto plazo, este 2025, es necesario apoyar a la población con acciones de orientación sobre cómo enfrentar la falta de agua, más allá de solo restringir o aplicar reducciones en el consumo.  

Las escuelas como espejos de la comunidad, deberían estar abordando durante todo este periodo crítico la problemática de la sequía y el abasto de agua. Y las instituciones de educación superior e investigación, podrían desempolvar o desarrollar las soluciones para transferirlas a la sociedad y sus sectores productivos. Pero ni la sequía, ni la seguridad, ni la pobreza, o los múltiples problemas de las familias y comunidades pobres forman parte de los contenidos educativos en México.

Entre las acciones inmediatas para resolver la falta de agua está la captación de lluvia en techados en casas, edificios públicos, mercados, bodegas, naves industriales, invernaderos, escuelas, laderas y cerros, una práctica conocida desde que los franciscanos la aplicaron en el siglo XVI.

Esta es una fuente inmediata de agua, adoptada en Achichinalco, municipio de Ajalpan, en Puebla, por 90 familias que con apoyo de la CONAGUA, resolvieron su abasto, cuando antes acarreaban agua a 6 km de distancia. Muchas personas ni siquiera requieren que se les apoye a resolver sus problemas, solo esperan que se les diga cómo a través de proyectos demostrativos.

Otra solución a la sequía en el corto plazo es la construcción de represas y jagüeyes para captar agua de lluvia en el campo para uso directo; así como también apoyar la recarga artificial de acuíferos, es decir, pozos y manantiales, ya que retener el agua en la parte alta de las cuencas con fines productivos, turísticos, abasto directo a la población e infiltración a manantiales y pozos, es un principio físico que no falla.

La tecnificación del riego agrícola es también una vía para mejorar la productividad agropecuaria, evitar pérdidas de agua y poder disponer de agua para uso público en los centros de población cercanos a zonas agrícolas.

La adopción de la agricultura de conservación en zonas de temporal es la mejor estrategia de manejo de la tierra y prácticas agrícolas regenerativas para permitir el máximo aprovechamiento de la lluvia, elevar la productividad de los cultivos y recargar acuíferos en zonas de temporal. En tanto, la siembra de praderas y resiembra de pastizales deteriorados, ayudan a mejorar la alimentación del ganado y la fauna, fortalecen la infiltración de la lluvia y recargan acuíferos en las áreas de pastoreo.  

Finalmente, e tratamiento y reúso de aguas residuales, la reforestación, el manejo y restauración de cuencas, el uso de paneles solares para bajar costos de bombeo o el entubamiento de repesas, son también parte de las opciones de mediano y largo plazo para atender la problemática urgente del agua.


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Sequía en México, un problema social creciente

                                                                                               Alberto Jiménez Merino

México debe a Texas 1,603 millones de metros cúbicos de agua, derivado del Tratado de Aguas Internacionales firmado en 1944, por el cual, Estados Unidos entrega anualmente 1,850 millones de metros cúbicos del río Colorado, en el Golfo de California, y nuestro país paga anualmente 432 millones de metros cúbicos del Rio Bravo a Texas, con posibilidad de cubrirse en plazos de 5 años (BBC News Mundo, 11 abril, 2025).

Derivado de las sequías de los últimos años, el pago acumulado faltante asciende a 1,603 millones de metros cúbicos que, si bien aún está dentro del plazo de 5 años, Estados Unidos ya lo está requiriendo, con la amenaza de imponer impuestos ante este incumplimiento.

Con datos del Monitor de Sequía, de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), al 15 de marzo 2025, se reporta que 600 municipios de México, en 13 estados, tienen algún grado de falta de agua, principalmente en el noroeste, norte y centro del país (Mario Alberto Ostos Chávez Uno TV 22 marzo 2025).

Ramón Alberto López, director técnico de Organismos de Cueca Pacifico - Norte de la CONAGUA, informa que derivado de tres años seguidos de sequía,11 presas de Sinaloa solo cuentan con 118 millones de metros cúbicos de agua que corresponden al 7.5 % de su capacidad de almacenamiento. Esto representa un déficit de 145 millones de metros cúbicos al 2024, y 1,400 millones con relación a hace 30 años, creando una situación hídrica muy crítica (Enrique Acevedo, Grupo Fórmula, 11 abril, 2025).

Lo anterior describe un panorama ambiental y social, preocupante y creciente, derivado del cambio climático que se combina con prácticas inadecuadas en el manejo y aprovechamiento del agua, debido a la falta de una cultura de manejo racional, prácticas productivas extractivas y a la ausencia de políticas públicas para el sector hídrico.

El agotamiento de pozos y manantiales, la baja captación de las presas, las dificultades para atender a la población y a las escuelas, el abasto a sectores productivos, sequías recurrentes, desastres naturales ligados al agua, reducido tratamiento de aguas residuales, contaminación de ríos con aguas negras y residuos sólidos, la reducción de la pesca ribereña junto a la ausencia de una cultura de manejo y aprovechamiento racional del agua, son parte importante de una problemática añeja, poco atendida por el gobierno y la sociedad.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU), afirma que estamos muy lejos de lograr el sexto objetivo de desarrollo sostenible (ODS6): agua limpia y saneamiento para todos en 2030; porque solo podría alcanzarse si los gobiernos trabajaran 4 veces más de lo que han venido haciendo.

En el corto plazo, este 2025, es necesario apoyar a la población con acciones de orientación sobre cómo enfrentar la falta de agua, más allá de solo restringir o aplicar reducciones en el consumo.  

Las escuelas como espejos de la comunidad, deberían estar abordando durante todo este periodo crítico la problemática de la sequía y el abasto de agua. Y las instituciones de educación superior e investigación, podrían desempolvar o desarrollar las soluciones para transferirlas a la sociedad y sus sectores productivos. Pero ni la sequía, ni la seguridad, ni la pobreza, o los múltiples problemas de las familias y comunidades pobres forman parte de los contenidos educativos en México.

Entre las acciones inmediatas para resolver la falta de agua está la captación de lluvia en techados en casas, edificios públicos, mercados, bodegas, naves industriales, invernaderos, escuelas, laderas y cerros, una práctica conocida desde que los franciscanos la aplicaron en el siglo XVI.

Esta es una fuente inmediata de agua, adoptada en Achichinalco, municipio de Ajalpan, en Puebla, por 90 familias que con apoyo de la CONAGUA, resolvieron su abasto, cuando antes acarreaban agua a 6 km de distancia. Muchas personas ni siquiera requieren que se les apoye a resolver sus problemas, solo esperan que se les diga cómo a través de proyectos demostrativos.

Otra solución a la sequía en el corto plazo es la construcción de represas y jagüeyes para captar agua de lluvia en el campo para uso directo; así como también apoyar la recarga artificial de acuíferos, es decir, pozos y manantiales, ya que retener el agua en la parte alta de las cuencas con fines productivos, turísticos, abasto directo a la población e infiltración a manantiales y pozos, es un principio físico que no falla.

La tecnificación del riego agrícola es también una vía para mejorar la productividad agropecuaria, evitar pérdidas de agua y poder disponer de agua para uso público en los centros de población cercanos a zonas agrícolas.

La adopción de la agricultura de conservación en zonas de temporal es la mejor estrategia de manejo de la tierra y prácticas agrícolas regenerativas para permitir el máximo aprovechamiento de la lluvia, elevar la productividad de los cultivos y recargar acuíferos en zonas de temporal. En tanto, la siembra de praderas y resiembra de pastizales deteriorados, ayudan a mejorar la alimentación del ganado y la fauna, fortalecen la infiltración de la lluvia y recargan acuíferos en las áreas de pastoreo.  

Finalmente, e tratamiento y reúso de aguas residuales, la reforestación, el manejo y restauración de cuencas, el uso de paneles solares para bajar costos de bombeo o el entubamiento de repesas, son también parte de las opciones de mediano y largo plazo para atender la problemática urgente del agua.


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