Josué Ortiz
En el pasado Apertura 2011, Tigres logró terminar una racha de 29 años sin título. A punta de billetazos, logró armar un equipo competitivo, dirigido por uno de los mejores técnicos que tiene el futbol mexicano como es Ricardo Ferretti.
Con esto no estoy diciendo que la fórmula para ganar un campeonato sea proporcional al billete, quizá sea uno de los factores, pero no es el principal.
Debe de existir una media y un análisis por parte del cuerpo técnico y la directiva, para determinar las fortalezas y las debilidades del equipo, con el objetivo de examinar los posibles jugadores que puedan cumplir con la meta, en este caso, ganar un título.
A lo largo de esos 29 largos años de sequía, los felinos cometieron más errores que aciertos, y derrocharon un dineral en contrataciones de jugadores con mucho calibre, pero que a la mera hora su falta de identidad por el proyecto se reflejaba en otro fracaso.
Sin embargo, tuvo que llegar la dupla Rodríguez-Ferretti para poner orden en la organización, primero al salvarlos del descenso y posteriormente ganar el campeonato, todo con base en un buen plan de trabajo, combinado con dinero, todo es posible.
Pero este tipo de síntomas, no es propio de los Felinos, ahí tenemos a Cruz Azul, un equipo que durante una campaña regular, a mi manera de ver las cosas mantiene un futbol nivelado; sin embargo, al final no logra resultados.
La sequía de la Máquina ronda ya los 15 años, y pese a todo ese tiempo, la luz del túnel, no parece llegar.
Los problemas de los celestes son tan similares a lo que adolecían los felinos. Y es que año tras año, podemos ver un sinfín de jugadores que si fuera directivo, sencillamente no los contrataría.
Ahora, los celestes pusieron su fe en Omar Bravo, un veterano jugador mexicano, que si bien marcó 100 goles con Chivas, sus mejores años quedaron atrás y basta recordar su paso en equipos como Deportivo la Coruña, Tigres, su segundo regreso a Chivas, y en su estancia en Kansas City, como para ir augurando un mal torneo para el delantero y por ende para la Máquina.
Esperemos que esta decisión sea más por los deseos de Enrique Meza, y no otra tranza, perdón otra decisión, de sus directivos.
No obstante, cualquiera de las dos opciones, podrían significar seguramente los últimos seis meses de la era Meza,esto debido a la falta de orden, seriedad y los problemas extrafutbol entre directivos que se vive en el seno celeste.
LCC Josué Ortiz Vázquez "Pollaxoo"
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