LA POBREZA: HERENCIA MALDITA DE MORENO VALLE.
Apresurado, arribé puntual a
la cita en el Colegio Americano de Puebla.
Ahí pude presenciar como una
pléyade de muchachitos llegaban a clases
a bordo de lujosos vehículos que les habían regalado sus papás.
Jovencitas altas, esbeltas,
de cabello rubio, con faldas cortas y piernas largas estaban esperando el
inicio de las sesiones del PASMUN 2017, en el cual se reunían alumnos de las
escuelas más caras de Puebla y de otros Estados de la República (Querétaro,
Quintana Roo, verbi gratia), para
participar en un evento convocado por la Organización de Naciones Unidas (ONU).
En él, en riguroso idioma
inglés, todos los participantes debatían sobre diversos tópicos de la
problemática mundial.
A mí me tocó asistir a la
simulación de una sesión de la Corte Penal Internacional (International
Criminal Court).
La guerra de Osetia del Sur
con Georgia y la injerencia de Rusia en ese conflicto bélico fue el tema a tratar.
Todos los participantes
–desde los trece hasta los diecisiete años- hablaban en el idioma de
Shakespeare con gran fluidez y conocimiento de causa, y lejos de sentirme orgulloso de que en
nuestra Entidad Federativa se llevaran a cabo eventos de esa categoría, quedó
en mí un dejo de tristeza ya que los mismos están circunscritos tan sólo a
pocos, muy pocos jóvenes poblanos.
Ninguna escuela oficial
participó en el mismo.
¿Y cómo hacerlo?
Si el nivel educativo en las
escuelas públicas del Estado es escandalosamente
bajo.
Al salir, me dirigí a una
reunión de trabajo en el restaurante “La Casa de los Muñecos” ubicada en el Complejo Cultural Universitario.
Ahí tuve la gran oportunidad
de saludar al Maestro Guillermo Pacheco Pulido, quien gentilmente me obsequió
un ejemplar de su último libro titulado
“Principios Jurídicos”, publicado bajo
el sello de Editorial Porrúa.
A la par de degustar unos
chilaquiles a la nata y de una espléndida charla sobre temas jurídicos con un
amigo experto en cuestiones administrativas, pude constar cómo los ricos y poderosos de
Puebla no se preocupaban siquiera por el incremento del precio de la gasolina o
porque el kilo de la tortilla anda cercano a los veinte pesos.
Ahí mi amigo saludó al hijo
de un conocido empresario inmobiliario poblano, cuyos edificios monumentales
adornan la Angelópolis, quien lo invitó
a participar en una cabalgata que tendría verificativo el sábado pasado.
Pagué la cuenta y nuevamente
dirigí mis pasos para encontrarme con la realidad.
Esa realidad dolorosa y
punzante que viven día con día casi seis millones de poblanos.
Para empezar, me topé con unos
niños que a cambio de una moneda pretendían limpiar el parabrisas de mi
vehículo.
Sin dudar, saqué un par de
monedas mientras que les preguntaba si
iban a la escuela.
Ellos me dijeron que no, que
vivían en las calles y que una mafia de malandrines les exigía dinero a cambio
de brindarles “protección”.
Mientras ese delito de trata
de personas (considerado como grave por la ley) se desarrollaba ante mis ojos, el infausto Fiscal General del Estado
entregaba “en lo oscurito” su informe al Congreso Local atiborrado de Diputados
meretrices, siempre serviles a Rafael Moreno Valle Rosas.
Después, me encaminé a la mixteca
poblana y ahí pude constatar la miseria en la que viven muchas familias.
Cabe recordar que Puebla
ocupa el deshonroso cuarto lugar de pobreza extrema a nivel nacional.
Pero una cosa es lo que
digan las estadísticas oficiales y otra muy diferente es lo que se vive día con
día en nuestro Estado
Al llegar a las áridas
tierras de Acatlán de Osorio pude ver en la población de Ilamacingo (la más violenta de todo el Estado) cómo los
niños jugaban con la tierra mientras sus estómagos hinchados por las lombrices
les daban una apariencia digna de una portada de la revista National Geograpich sobre la situación en
África.
Ahí no se preocupan por los
problemas de Osetia del Sur (cuya existencia de seguro ignoran) ni tampoco de
las cabalgatas organizadas por el dueño
de un poderoso grupo inmobiliario.
Lo que les interesa es tener
un techo bajo el cual dormir y una
tortilla con sal para poder comer.
Según las estadísticas
oficiales del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social
(CONEVAL), en el año dos mil catorce, 991,
300 poblanos vivían en pobreza extrema.
O sea, casi uno de cada seis
poblanos
NO TIENEN NI SIQUIERA LO BÁSICO PARA PODER SUBSISTIR.
Además,
el 8.33% de la población mayor a quince años en el Estado ES ANALFABETA.
Pero mientras, Rafael Moreno
Valle Rosas aumentó su patrimonio personal en este sexenio de veintitrés punto
dos a setenta punto dos millones de pesos, en 2015. Es decir, triplicó
su fortuna en cuatro años.
Y eso, tan sólo en las
cifras oficiales dadas a conocer por los corifeos morenovallistas de Diario
Cambio, porque de seguro en la realidad su fortuna personal alcanza varias
decenas de millones, pero de DOLARES
y no de devaluados pesos como pretenden hacernos creer.
Lo que habría de preguntarse
es qué va a ser el Gobernador Electo Tony Gali -quien ya mañana toma posesión de su
encargo constitucional- respecto del tema de la pobreza en Puebla, sobre
todo si su antecesor desapareció la
clase media y tan sólo agrandó la brecha entre ricos y pobres en nuestro
Estado.
Así, hay dos Pueblas:
La de las obras faraónicas y
la del despilfarro, misma que tan sólo
aprovechan los ricos y poderosos, y la
Puebla de los jodidos, a la que cada día un mayor número de ciudadanos
pertenecen.
Esto lo pregunto porque la
fortuna personal de Tony Gali alcanza también varias decenas de millones de
pesos (recuerden que trabajó como empresario textilero desde el vientre
materno, no sean mal pensados) y no sé
cómo va a poder mirar a los ojos a un pobre niño que no va a la escuela en la
Sierra Negra o en la Mixteca Poblana, mientras él tiene una mansión en la Vista Country Club
valuada en más de setenta millones de pesos con todo y elevador.
Pero al igual que su patrón
seguramente actuará con absoluto cinismo y “todo en beneficio de Puebla y de
los poblanos”.
Empero, démosle el beneficio
de la duda y mientras celebremos la salida –por lo menos formal- de Rafael
Moreno Valle Rosas del poder en nuestra Entidad Federativa.
Así que si alguien me busca
voy a estar festejando en un conocido congal ubicado en la once sur de esta
ciudad de Puebla, mismo en el que dicen
que trabajan unas muchachas de escasa vestimenta y de moral liviana.
0 comentarios:
Publicar un comentario