Veo con frecuencia parejas para
las que amar implica coartar la libertad del otro, y este no es más que el
principio de una relación codependiente. Vemos este tipo de relaciones cuando un
integrante de la pareja le dice al otro que no quiere que vaya a ver a su
familia, que deje de salir con sus amigos, que no puede ir a ningún lugar sin
él/ella.
El amor sano no debe entenderse
así, pues este en realidad implica el deseo por complacer las necesidades
sociales y de pertenencia de ambos integrantes. Estar en un a relación en
ningún momento debería implicar prohibir amistades o tiempo libre para ambos.
Todo lo contrario, el amor implica aceptar al otro como es.
El problema empieza cuando
lo/la conociste yendo al antro tres veces por semana o con los amigos cada 3
días y tu no estás de acuerdo y piensas: “ya cuando esté enamorado, lograré que
se quede en casa conmigo.”
En la búsqueda de la media
naranja, es muy común encontrar personas que buscan pareja a través de una necesidad
de compañía, huyendo de su propia soledad o personas que buscan cariño,
protección, alguien que se haga responsable de sus decisiones sugeridas o
alguien que les resuelva la vida buscando un papá o una mamá. Adjudicarle a tu pareja el compromiso de
cumplir tus necesidades es una carga muy pesada y no se logra una relación
sana. Para estar en una
relación sana, hay que estar primero bien con uno mismo, encontrarse y hacer un
plan de vida.
Un amor no tiene nada que ver con
decirle a tu pareja qué hace y qué no hace. La idea del amor es aceptar al otro con lo que es, sin pedir que cambie
y sin esperar que cambie.
En una relación sana debe haber
proyectos individuales y un proyecto de pareja.
El proyecto
individual debe siempre ser un proyecto creado por la persona en cuestión. Si
yo amo a mi pareja, lo amo con amo con su proyecto individual, el me ama con mi
proyecto individual y nos amamos con el proyecto de pareja.
Un proyecto individual incluye
un espacio personal, ahí en donde no forzosamente tiene entrar tu pareja, pues
un espacio personal; es sano para el encuentro contigo mismo y para perseverar
en una identidad que no dependa del otro.
Para esto se necesitan
acuerdos, que en ocasiones se tienen que renovar cuando no se están cumpliendo,
como una revisión contractual. Por ejemplo: si para mi es muy importante salir
a correr todas las mañanas, al tener una relación de pareja, debo conservar esa
actividad. Si para mi es muy importante mi desarrollo profesional, desde el
inicio de la relación debo mostrar a mi pareja lo relevante que es para mí
superarme en mi carrera, incluyendo cursos, trabajos y lo que mi profesión me
requiera. Todo esto de manera responsable y tomando en cuenta que al mostrar
mis necesidades o inquietudes desde un inicio, la pareja tiene la libertad de
estar de estar de acuerdo o no, y darnos cuenta así si podemos formar un
proyecto juntos, y no forzar una relación que a la larga terminará mal.
La pareja es una relación para
construir en la que debe haber confianza y respeto, en donde tendremos espacios
juntos y espacio solos. Cuando no podemos funcionar o cuando alguno de los dos
se siente invadido, habrá que preguntar qué está pasando en esta relación y que
está pasando con quien se siente invadido o con quien invade.
Si quieres una relación
duradera, desde un principio debes tener claridad de si es la persona con quien
quieres compartir, admirando su proyecto personal, respetando su forma de ser y
confiando en tu pareja; o si busco
forzar una relación autoengañandote o queriendo cambiar a la otra persona.
Con frecuencia me llegan pacientes que ya
están cansadas de estar siempre cargando con la pareja para que haga o no haga
las cosas, y llegan en momentos de crisis y cuando les pregunto : “¿Desde
cuándo pasa esto?” . Contestan: “Desde hace 35 años que lo conocí”. En un
ejemplo como este había claridad en la dinámica de esta pareja que a la larga
resultó una carga pesada para ambos.
Otro punto importante es que
debe haber admiración por el otro y sentirse orgulloso de festejar sus triunfos
individuales, por esto lo sano es que ambas personas se sientan realizados
individualmente para poder transmitirlo.
Tener una relación implica: la
búsqueda de un espacio personal, de un espacio de pareja solos donde no estén
ni familia ni amigos y también un espacio social (con familia y amigos o
compañeros de trabajo).
La relación de pareja se
construye desde un principio, si los cimientos son débiles o falsos ( como
cuando le quiero poner al otro un zapato que no es su número), con el paso del
tiempo esta relación no podrá desarrollarse ni fortalecerse.
Los invito a respetar a sus
parejas, permitir los espacios, ver la relación de manera objetiva y si no es
para ti, ya encontrarás otra persona que si lo sea.
Por otro lado si tu actual
relación de años sientes que ha caído en la rutina o el control, o no te
sientes libre en tu espacio, valdría mucho la pena analizar que está pasando y
no esperarte a que haya una crisis que te lleve a la separación.
La terapia de pareja o individual
es una excelente opción para que a través del acompañamiento puedas ver de
manera clara lo que puedes modificar para reconstruir tu relación.
Nadie pertenece a nadie, las
relaciones construyen con libertad y con voluntad, aceptando al otro tal cual
es. Casarte o comprometerte no quiere decir:
“ya me pertenece.” Para que una pareja permanezca
unida en corazón se requiere decisión constante de permanecer juntos.
Psicóloga Mayra Cuanalo Gómez
Terapia
Individual y Terapia de Pareja
Consulta
Previa Cita: 044 2221 83 83 07
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