Diógenes el Cínico
¡Qué brutos, pónganles
cero!!
Por: Jesús Ramos
La elección del 6 de junio sobre posicionó al INE en un plano
de alto valor moral e internacional. En México refrendó el reconocimiento que
ya poseía. La organización de los comicios nacionales fue magnífica, una
chulada.
Pero no puede decirse lo mismo de la autoridad local electoral.
El IEE cometió errores costosos en lo económico, en la reimpresión de boletas
fallidas, en su tardanza para la aprobación de candidaturas, en la pésima redacción
del reglamento de competencia, en el desatinado diseño de actas de escrutinio y
en los reflejos para sancionar a los tramposos.
Fueron muchas metidas de pata en una sola elección. Y mucha
miopía para no meter en cintura a los alcaldes gandallas que desviaron
descaradamente recursos municipales para causas suyas o ajenas como lo hizo
Luis Alberto Arriaga en San Pedro Cholula.
Sospechas de fraude las hay, de juego sucio por supuesto. San
Martín Texmelucan, Ixtacamaxtitlán, Amozoc, Tlatlauquitepec y Ciudad Serdán
están en esa bolsa. Cuando una autoridad electoral voltea tendencias en la
oscuridad de la madrugada o con pretextos de apagones se ensucia el resultado,
experiencias pasadas alientan esas suspicacias, ahí están los comicios del 2018
y Miguel Barbosa para platicarlas.
En los conflictos poselectorales muchísima responsabilidad
tuvo la administración gubernamental, pues jamás estableció mesas de diálogo
con los partidos políticos ni activó a los delegados de Gobernación con los
abanderados a alcaldes para que junto con los dirigentes estatales asumieran la
aceptación de resultados en urnas.
Suelto fue como llegó el proceso electoral local al día
importante, sin certeza, transparencia, legalidad ni compromisos, un manojo de
yerros cometidos por el IEE, pero también por el gobierno estatal que no redujo
los riesgos de violencia vinculada a la elección.
Un análisis político cuyo desarrollo parta del mal
pensamiento, asociaría la estulticia del IEE y de la administración estatal a
la intencionalidad maliciosa del fraude y el desaseo en beneficio de ciertos
candidatos a diputados locales y municipales, aunque dándoles el beneficio de
la duda pudiera tratarse solo de ineptitud de uno y otro.
La quema de papelería electoral e inhibición del voto a punta
de balazos y amenazas con armas de fuego, a boca de urnas, no fueron
responsabilidad del IEE, pero sí de la autoridad en turno que no cumplió con
las garantías de seguridad.
La judialización de procesos no es responsabilidad
enteramente de partidos y candidatos, lo es igual del IEE y de la
administración estatal en turno, habría que recordar que los tribunales son en
última instancia los que limpian los cochineros que dejaron los de atrás, y eso
es lo que ocurrirá en San Martín Texmelucan, Xicotepec y otros municipios.
En el salón de clases el Chavo del Ocho le decía al Profesor
Jirafales: ¡Qué brutos, póngales cero!, cuando los de la clase la regaban
gacho. Recuerdos bellos de la televisión mexicana.
Lo que Diógenes dice
*Bendito sea Dios. ¡Milagro! El planchador oficial de boletas
electorales del estado sobrevivió al helicopterazo de Moreno Valle, así lo parece, pues aparecieron boletas planchadas
(sin dobleces) similares a las del 2018 en la elección de la ciudad de Puebla,
alabó al Señor Claudia Rivera **Un poco molestos. Les iban a dar 159 mil pesos
a los candidatos a diputados locales de Fuerza
por México, luego les dijeron que les reducirían a 120 mil, y finalmente no
les dieron nada, dónde quedó la bolita se preguntan los muchachos. ***No
estaría de más que el secretario de Salud del Estado José Antonio Martínez se formara en una fila de dos kilómetros de
largo y se tardara 7 horas para darse cuenta que su logística para la
aplicación de la vacuna a rezagados, primera y segunda dosis, embarazadas y
discapacitados, todos al mismo tiempo, fue una tontera de su parte. ****El periodista Pepe Tomé y su Posdata
Comunicaciones la están rompiendo con sus transmisiones en Facebook. No es
suerte, es profesionalismo y entrega.
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