COLUMNA: ESTAMOS EN CONEXIÓN
COMO SUPERAR UN RUPTURA AMOROSA
Por: Jorge García D.
Finalizamos el mes del amor y la amistad, que mejor que con un tema que siempre es
difícil.
Por ello, hablaremos de la ruptura amorosa, que implica un proceso de duelo en menor o
mayor intensidad, y que puede conllevar en casos complicados a un estado de perdida
emocional devastadora o simplemente a pensamientos dolorosos de abandono, soledad,
y en general el cierre y la desvinculación emocional con la pareja.
En general, todos los seres humanos en el transcurso de nuestra vida desarrollamos
afectos, cariños y amor, como el amor hacia los padres, hermanos, pareja y amigos, pero
también cariños y afectos hacia conocidos con los que de una u otra manera
desarrollamos vínculos.
El ser humano necesita de los vínculos para crecer y desarrollarse. Cuando algunos de esos
vínculos se rompen, surge un periodo de gran intensidad emocional al que llamamos
duelo y que reconocemos como perdida o ruptura de los afectos.
Si la pérdida es radical y definitiva, como en el caso de la muerte, todas las dimensiones
de la persona se ven afectadas (física, emocional, cognitiva, conductual, social y espiritual)
de tal manera que se puede llegar a sentir incapaz de superarlo, desarrollando un duelo
que puede pasar de un simple periodo o en otros casos convertirse en algo patológico que
requerirá la intervención de un profesional para su recuperación.
La ruptura o término de una relación amorosa, es una fuente de estrés para la pareja,
quienes sufren de un malestar emocional y un tipo de duelo particular dependiendo de la
intensidad, manejo de la problemática de la separación, nivel de compromiso, afectos,
logros, tiempo o circunstancias muy particulares de los involucrados.
De la misma forma que ocurre ante la pérdida de un ser querido, nuestra mente necesita
tiempo para asimilar y afrontar de que las cosas han cambiado y que nuestra relación a
terminado y que la otra persona ya no estará más, permitiéndonos sentir y vivir cada una
de las emociones que cada etapa va a traer consigo: ANSIEDAD, MIEDO, IRA, RABIA,
TRISTEZA, FRUSTRACIÓN…
Cuando la ruptura llega, lo habitual y lo normal es pasar por las diferentes etapas del
duelo (negación, ira, depresión, negociación y aceptación) pero cuidado porque si nos
quedamos estancados en alguna o el duelo no se realizó de forma correcta, se puede vivir
un duelo patológico en el que sería necesario solicitar ayuda de un profesional.
Negación: “Esto no me puede estar pasando a mí”, “es como una pesadilla”, “dime que no
es verdad, no es posible”. Esta es la primera etapa y es el principio de todo. En esta fase
te negarás a aceptar que ha terminado la relación, te costará creer que se ha producido la
ruptura, sentirás tristeza y probablemente llores.
Ira: “¿Cómo ha podido hacerme esto a mí?, ¡Le odio con todas mis fuerzas!, ¿Por qué me
hizo esto a mí que tanto le di y amé?”. Una vez asimilada la situación, del dolor pasamos al
odio. Que es el Coraje, Disgusto, Enojo o Ira que nace por pensar que te han tratado de
forma injusta y/o que te han traicionado. En esta fase suele haber una tristeza profunda y
puede haber agresividad y ansiedad.
Negociación: Tercera etapa en la que intentamos buscar soluciones y forzar acuerdos para
que la situación cambie. En este punto es habitual actuar de manera mucho más impulsiva
enviando mensajes, haciendo llamadas, forzando encuentros sorpresa… que no suelen
lograr el objetivo deseado.
Depresión: En esta fase comenzarás a entender por fin todo lo ocurrido, comprenderás
que la relación de verdad ha terminado y que no vais a volver a estar juntos. En este punto
puedes sentirte muy triste, desganado y desesperanzado. Aquí es totalmente normal dejar
de comer, dormir mal y no tener ganas de salir.
Aceptación: Última etapa. En esta fase aceptas que terminaste con tu pareja, vas
recuperando tus fuerzas y no tienes tantos pensamientos negativos. Los recuerdos de tu
pareja (fotografías, regalos…) ya no te causan tanto sufrimiento como lo hacían antes y
empiezas a volver a hablar con normalidad de tu ex y de tu relación pasada.
Algo importante es saber, que, si no se posee una buena autoestima, podemos caer en
conductas autodestructivas o en relaciones tóxicas. Sí bien, las razones de la separación
pueden ser diversas, lo mejor en cualquier caso es respirar, quedarse quieto, y hacer un
análisis de lo sucedido, sí bien es un proceso difícil, al paso del tiempo eso cambiara y lo
recordarás sin dolor, como una oportunidad de crecimiento y aprendizaje.
Ahora bien, qué hacer: 1) Trabaja tu autoestima, 2) Acepta la situación, bienvenido el
cambio, 3) No te limites, si te apetece llora o desahógate, 4) Dile adiós al victimismo, y
trabaja en tu persona y autoestima, 5) Mantén tu círculo social, oblígate a salir y continuar
con tu vida, 6) Fortalece los lazos con tu familia y todos aquellos que aun te necesitan y
están contigo, 7) Entiende que un clavo no saca otro clavo, aprende a estar contigo, 8) No
detengas tu vida, ni dejes de hacer aquello que te gusta, sigue y continua, 9) Mira hacia
adelante, aprende de lo sucedido, amate y reinvéntate, 10) Busca el lado positivo y
aprende de ello, 11) Pide ayuda, nunca está de más recibir asistencia de alguien, o de un
profesional para superar la perdida o la ruptura.
Recuerda: “Cada fracaso enseña al hombre algo que necesitaba aprender” -Charles
Dickens-
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