COLUMNA: ESTAMOS EN CONEXIÓN
MANEJO DE LAS EMOCIONES. ¿POR QUÉ SON TAN IMPORTANTES?
Por: Jorge García D.
“Cuanto más abiertos estamos a nuestros
propios sentimientos, mejor podremos leer los de los demás” – Daniel Goleman-
Hablar de emociones es algo que probablemente nos cueste trabajo
hacer, porque desde pequeños fuimos condicionados a no sentir o no demostrar
nuestras emociones, lo que nos impide expresarnos con libertad, tener una plena
libertad de nuestros sentimientos de nuestras emociones y de todo aquello que
no comunica con nosotros mismos.
Identificar tus emociones y manejarlas de una manera acertada, es
el primer paso para construir una inteligencia emocional. Para ello deberemos
de conocer qué son las emociones, los sentimientos y estados de ánimo, y como
interactuamos entre ellos.
Una emoción es una cascada de cambios físicos producida en nuestro cuerpo, como
consecuencia de algo interno o externo a lo que llamaremos estímulo o
situación. Las emociones son sensaciones cortas o intensas, que suelen durar desde
un instante hasta varios minutos y provocan un cambio intenso y generalizado el
nuestro organismo ante lo que me estoy enfrentando, generando una reacción, que
no es un proceso consciente, sino es una respuestas automáticas y rápidas.
Un sentimiento es un proceso interno que genera determinada
carga afectiva hacia algo o alguien. Son sensaciones mas prolongadas, como el
amor. Un sentimiento es una emoción prolongada que trasciende en tiempo y
extensión, es una emoción social, por lo tanto, son más bien sensaciones
aprendidas, condicionadas por la cultura y de la que el sujeto es mucho más
consciente. La duración de un sentimiento es mayor que la de una emoción, pero,
la intensidad, por contra, es más baja. Según seamos de pequeños o mayores o
según el entorno en el que hayamos crecido y los valores que hayamos asociado a
determinados tipos de personas, situaciones, animales, lugares, recuerdos,
educación, formación y donde la familia forma parte crucial en el manejo de
nuestras emociones y el reconocimiento de nuestros sentimientos.
El estado de ánimo es, de los tres el que mayor duración tiene
y también el menos intenso. Digamos que es el que tiñe nuestros días de un
determinado color. Es también menos específico que una emoción, es decir, que
no depende tanto de un hecho en concreto para ponerse en marcha, sino que es
una forma de sentir o de estar que se prolonga y a la que, a veces, no podemos
encontrar causa inmediata, pues muchas veces dependen más de los procesos
cognitivos y emocionales personales de cada individuo.
Las
emociones, sentimientos y estados de ánimo, forman parte de la vida; mejorando
nuestra calidad en medida que reconocemos estas y tenemos una relación positiva
con nuestro y entorno.
Las emociones nos entregan información
No existen
emociones buenas o malas por sí mismas, muy por el contrario, las emociones nos
entregan información valiosísima acerca de los procesos que estamos viviendo y
cómo nos estamos enfrentando a estos.
Emociones primarias universales
Las
emociones primarias son de corta duración, e intensas, que pueden prolongarse
hasta algunos minutos; una característica particular es que se codifican a
través de micro expresiones faciales y de comportamiento y estas son: Miedo. Ira.
Alegría. Tristeza. Sorpresa. Asco.
Emociones secundarias o dadas por eventos
socioculturales
Las
emociones secundarias se prolongan en el tiempo a través del pensamiento y
pueden durar incluso años, por ejemplo, como cuando recordamos un evento
desagradable del pasado y, al hacerlo, parece activarse nuevamente la emoción;
llamadas también socioculturales, las cuales derivan de las primarias, pero
dependen de la adquisición de conocimientos de la cultura o educación familiar,
las cuales son: Alivio. Culpa. Orgullo. Vergüenza. Desprecio. Celos.
¿Cuándo una emoción, un sentimiento o un
estado de ánimo se convierte en un trastorno?
Todos
tenemos emociones, sentimientos y estado de ánimo. Forman parte de nuestra
naturaleza, una maravillosa y perfeccionada máquina que nos permite funcionar y
responder a situaciones que nunca son las mismas. Pero, a veces, estas
respuestas nos provocan problemas en nuestra vida cotidiana, interfiriendo en
nuestra vida de pareja, amigos, familiar, social, laboral, o académica, generando
un malestar clínicamente significativo. Convirtiéndose en un trastorno.
Emociones: agradables y/o desagradables
Para
definir la polaridad se propuso un modelo de cuatro dimensiones emocionales. Por
un lado, el negativo, en donde están aquellas personas que evitan los
sentimientos, quienes se relacionan con la frustración, amenazas y pérdidas.
Por el otro, el positivo, en la cual están aquellas que resultan agradables y
benéficas, también se relacionan con el logro de metas, optimismo.
·
Emociones de alerta: En el polo negativo está compuesto de miedo,
incertidumbre, ansiedad y preocupación.
El polo positivo lo compone la confianza, la esperanza y la serenidad.
Ambas funcionan como un estado de alerta que sirve como protección a las
posibles amenazas que puedes enfrentar.
·
Emociones del ánimo: En el polo negativo lo compone la tristeza,
indiferencia, apatía, aburrimiento y resignación. Al otro lado encuentras la
alegría, el interés, el entusiasmo, la diversión y la aceptación. Entre ellas
se relacionan con el grado de dolor o placer que obtienes de los
acontecimientos en un entorno físico y social.
·
Emociones según el afecto: En el polo negativo encuentras la ira, la
envidia y el odio, y por el otro, el positivo se compone de compasión, amor y
gratitud. Relacionadas con las preferencias en las relaciones y el valor que se
confiere a los demás.
·
Emociones según el autoconcepto: En el polo negativo se encuentran la culpa,
la vergüenza y la envidia. En lo positivo encuentras la autoestima, el orgullo
y la gratitud. Las cuales están relacionadas con la satisfacción que siente la
persona consigo misma.
Emociones según su intensidad
La
intensidad es el factor que nombra y distingue a una emoción de otra. Esto se
refiere a la fuerza con la cual se experimenta una emoción. Expertos afirman
que las emociones básicas normalmente se presentan combinadas, es decir, en una
forma más compleja, o pasamos en segundos de una a otra
Aprende a manejar tus emociones, aplica inteligencia
emocional
Gestionar
nuestras emociones no implica eliminar emociones consideradas negativas, como
la rabia o la tristeza, sino aprender a reconocerlas, sentirlas y manejarlas
antes de expresarlas de manera explosiva o descontrolada. Todas las emociones son
necesarias para adaptarse al entorno, pero en intensidades razonables.
Las
emociones tienen la capacidad de regular la actividad del resto de las
funciones cognitivas y son muy útiles cuando nos enfrentamos a información
nueva, incompleta o variada, o a situaciones demasiado complejas como para ser
resueltas exclusivamente a través del razonamiento. Sin embargo, Daniel
Goleman, dice que para hacer una acertada gestión de nuestras emociones será
necesario el desarrollo de cinco niveles en nuestra competencia emocional:
Primero lograr un autoconocimiento o dominio de uno mismo. El segundo, la
autorregulación, es decir, manejar nuestras emociones y los impulsos
perjudiciales. El tercer nivel es la motivación. El cuarto, la empatía:
comprender a los demás, percibir sus emociones y perspectiva e interesarse en
ellos. Y en el quinto lugar,
tener la destreza para dar tiempo a que nuestro cerebro racional se active, reacciones
y gestionar a la parte emocional que siempre reacciona antes.
"Una emoción no causa dolor, sin
embargo, la resistencia o supresión a reconocer y sentir una emoción sí puede
llegar a causar un gran dolor, estrés interno, incomodidad, inestabilidad y
enfermedades". -Frederick Dodson-
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