COLUMNA: ESTAMOS EN CONEXIÓN
LA
MUERTE Y LOS PROCESOS DEL DUELO
Por: Jorge García D.
¡Tus
alas ya estaban listas para volar, pero mi corazón nunca estuvo listo para
verte partir!
Lo primero es que
habría que preguntarse ¿QUÉ ES UN
PROCESO DE DUELO?
El proceso de duelo (dolor
latente ante una perdida) es, tanto psicológica y biológicamente, una reacción
completamente normal y esperable. Es posible observar periodos de duelo ante
cualquier clase de pérdida: un objeto, relación afectiva, emocional o romántica,
rol social, trabajo, salud, miembro del cuerpo, propiedad, una relación no
amorosa con un compañero, colaborador, vecino, con un amigo, incluso el hecho
que éste se vaya a vivir fuera de la ciudad, cambie de colonia, escuela,
trabajo, afinidades o intereses, e incluso ante el abandono de una sustancia
adictiva como el cigarro, un psicotrópico, o incluso golosinas o gaseosas. Estas
reacciones y procesos se dan en mayor o menor escala en cualquier clase de
pérdida.
La pérdida
es la ausencia de algo o alguien, causado por la muerte, perdida o abandono, es
una situación en la que se deja de poseer algo que se tenía como propio.
La pérdida de un ser
querido o de algo suele ser algo común. Las raíces de esta reacción y el
proceso, situándose en el desarrollo de las relaciones de apego, muestra de
ello es que el duelo no es exclusivo en la raza humana, sino también en los
animales. Por ello es importante identificar nuestros apegos, pero, ¿Qué es el apego? El apego es la
relación afectiva más íntima, profunda e importante que establecemos los seres
humanos. El apego afectivo se caracteriza por ser una relación que es duradera
en el tiempo, suele ser estable, relativamente consistente, y es permanente
durante la mayor parte de la vida de una persona.
¿Cómo afrontar la pérdida de un ser querido?
En primer lugar, hay
que señalar que el duelo ante la muerte de un ser querido es un proceso de
recuperación de un desequilibrio causado por la perdida, similar al proceso de
curación de una herida. Estaremos de acuerdo en que negar el dolor, ocultar su
existencia no permitirá al cuerpo ejecutar correctamente su curación.
Procesos del Duelo
Cuando hablamos de
los procesos de duelo que existe un modelo de fases.
William Worden
sostiene que el primer paso para sobrellevar y superar el duelo está en ACEPTAR
LA REALIDAD DE LA PERDIDA. Esta fase es donde los bloqueos pueden hacer su
aparición ante el shock producido por la desaparición, abandono o perdida,
particularmente si esta ha sido súbita o no ha habido tiempo suficiente de
despedirse. Desarrollando dos mecanismos de defensa: el de la NEGACION y el de la INDIFERENCIA.
La NEGACIÓN, es una reacción que se
produce de forma muy habitual inmediatamente después de una pérdida. No es
infrecuente que, cuando experimentamos una pérdida súbita, tengamos una
sensación de irrealidad o de incredulidad que puede verse acompañada de una
congelación de las emociones, esto se manifiesta por ejemplo guardando todo
exactamente igual que cuando la persona estaba viva mediante la intocabilidad
de sus posesiones, como si fuera a volver en cualquier momento o, en el extremo
contrario, se experimenta la total, INDIFERENCIA
minimización del impacto de lo sucedido, como “si no hubiese pasado nada”.
Ambas posiciones
suelen ser indicativas de un duelo no elaborado. Volviéndose, por tanto, de
especial importancia las acciones físicas y las TERAPIAS O RITUALES DE
DESPEDIDA (funerales, velatorios, carta y ceremonias de despedida, etc.)
que ayudan aceptar paulatinamente la perdida. Ayudando al afectado a marcar un
antes y un después, a cambiar, modificar hábitos y comportamientos ante el
hecho. Para lo mas recomendable como TERAPIA será el cambiar hábitos, que es, hacer
cosas que sabemos que les gustaba a nuestros seres queridos, pero con otra
dinámica, con una dinámica de despedida, hablando de ello, desahogándose y
sobre todo no reprimiendo nuestros sentimientos, tenemos que realizar un tipo
de ceremonia con los espacios, con las cosas, con los lugares, con los
recuerdos y sobre todo con nuestros sentimientos.
Grabe error es el
recomendar o decir: -no llores, tranquilo o tranquila, ya supéralo, va pasar, ya
fue, animo, hay que seguir, ya vendrá otro u otra, ya habrá una mejor
oportunidad, lo importante es que estas vivo, todos estos dichos en el mejor de
los casos y que hacemos del común en esos momentos, pero también existen otros
muchos más crueles, como: el muerto al hoyo y el vivo al gozo, pero esto puede
ser real…
En segundo lugar, es
preciso trabajar las emociones y el dolor. En muchas ocasiones la sociedad
actual esconde o trata de minimizar todo lo relacionado con la muerte. Y como
lo resuelve huyendo de la realidad,
escapando de realidad, medicándose, extendiendo las horas de sueño, alcohol,
drogas, y esto en vez de ayudar empeora las cosas.
FASE DE ADAPTACIÓN:
Es el cómo
reincorporarnos a nuestro medio donde el fallecido, la persona ausente o aquello
que perdimos ya no existe. Que hago, cómo afronto esta realidad, cómo regreso a
mi entorno:
El 1er paso es saber y reconocer que nuestra realidad es
otra, entender que el tiempo es el mejor aliado, pero debemos ACTUAR, y
AFRONTAR LA REALIDAD, ENFRENTAR AL Y EL ENTORNO. Aquí es donde podemos
asegurarnos de recibir el apoyo de nuestros familiares y amigos pero que nos
den para arriba y no para abajo. Algunas de las cosas que podremos hacer es: Platicar,
externar sentimientos, pintar la casa, acomodar cosas, guardar cosas,
reacomodar, regalar, donar, y sobre todo entender que los procesos en cada uno
de nosotros son diferentes. En algunos
casos el aislamiento surgirá como la principal amenaza, capaz de bloquear a la
persona. Téngase en cuenta que estamos hablando también de la pérdida de un
rol, que generalmente se ha estado desarrollando con la persona fallecida
durante años y en una relación de complementariedad emocional, material o
social no es extraño que la autoestima pueda resultar afectada de forma directa.
Finalmente es de
esperarse que si se han elaborado las fases anteriores correctamente la persona
sea capaz de recolocar emocionalmente al fallecido, última fase de continuar
viviendo a pesar de la perdida, siendo estala serenidad que se busca al final
de un proceso de duelo y no tiene un tiempo preciso de resolución.
Fases y sintomatología que es perfectamente normal observar en una persona
elaborando el duelo y estas son conocidas
como las 5 etapas del duelo:
1. Etapa de la negación
Esa negación
puede inicialmente amortiguar el golpe de la muerte de un ser querido y aplazar
parte del dolor, pero esta etapa no puede ser indefinida porque en algún
momento chocará con la realidad.
2. Etapa de la ira
En esta
fase son característicos los sentimientos de rabia y resentimiento, así como la
búsqueda de responsables o culpables. La ira aparece ante la frustración de que
la muerte es irreversible, de que no hay solución posible y se puede proyectar
esa rabia hacia el entorno, incluidas otras personas allegadas.
3. Etapa de la negociación
En esta
fase las personas fantasean con la idea de que se puede revertir o cambiar el
hecho de la muerte. Es común preguntarse ¿qué habría pasado si...? o pensar en
estrategias que habrían evitado el resultado final, como ¿y si hubiera hecho
esto o lo otro?
4. Etapa de la depresión
La tristeza
profunda y la sensación de vacío son características de esta fase, cuyo nombre
no se refiere a una depresión clínica, como un problema de salud mental, sino a
un conjunto de emociones vinculadas a la tristeza naturales ante la pérdida de
un ser querido. Algunas personas pueden sentir que no tienen incentivos para
continuar viviendo en su día a día sin la persona que murió y pueden aislarse
de su entorno.
5. Etapa de la aceptación
Una vez
aceptada la pérdida, las personas en duelo aprenden a convivir con su dolor
emocional en un mundo en el que el ser querido ya no está. Con el tiempo
recuperan su capacidad de experimentar alegría y placer.
Sin embargo, los
expertos afirman que las personas no pasan necesariamente por todas estas
etapas ni en ese orden específico, así que el duelo se puede manifestar de
distintas maneras y en momentos diferentes para cada persona.
La frustración en los procesos de duelo
Por último, remarcar
que no debemos perder de vista el potencial nivel de frustración que en muchas
ocasiones percibirán tanto los profesionales como los voluntarios, pudiendo
dedicar muchas sesiones al acompañamiento o a la escucha activa. Es muy importante
respetar los tiempos, ya que las circunstancias de cada persona, y en especial
las del fallecimiento, pueden producir manifestaciones tan variadas que podemos
toparnos con la culpa
Extrañar no es estar vacío si no estar lleno
de alguien que se hace presente a pesar de la ausencia…
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