lunes, 1 de agosto de 2022

LA MUERTE Y LOS PROCESOS DEL DUELO

 


COLUMNA: ESTAMOS EN CONEXIÓN

LA MUERTE Y LOS PROCESOS DEL DUELO

Por: Jorge García D.

 

¡Tus alas ya estaban listas para volar, pero mi corazón nunca estuvo listo para verte partir!

 

Lo primero es que habría que preguntarse ¿QUÉ ES UN PROCESO DE DUELO?

El proceso de duelo (dolor latente ante una perdida) es, tanto psicológica y biológicamente, una reacción completamente normal y esperable. Es posible observar periodos de duelo ante cualquier clase de pérdida: un objeto, relación afectiva, emocional o romántica, rol social, trabajo, salud, miembro del cuerpo, propiedad, una relación no amorosa con un compañero, colaborador, vecino, con un amigo, incluso el hecho que éste se vaya a vivir fuera de la ciudad, cambie de colonia, escuela, trabajo, afinidades o intereses, e incluso ante el abandono de una sustancia adictiva como el cigarro, un psicotrópico, o incluso golosinas o gaseosas. Estas reacciones y procesos se dan en mayor o menor escala en cualquier clase de pérdida.

 

La pérdida es la ausencia de algo o alguien, causado por la muerte, perdida o abandono, es una situación en la que se deja de poseer algo que se tenía como propio.

 

La pérdida de un ser querido o de algo suele ser algo común. Las raíces de esta reacción y el proceso, situándose en el desarrollo de las relaciones de apego, muestra de ello es que el duelo no es exclusivo en la raza humana, sino también en los animales. Por ello es importante identificar nuestros apegos, pero, ¿Qué es el apego? El apego es la relación afectiva más íntima, profunda e importante que establecemos los seres humanos. El apego afectivo se caracteriza por ser una relación que es duradera en el tiempo, suele ser estable, relativamente consistente, y es permanente durante la mayor parte de la vida de una persona.

 

¿Cómo afrontar la pérdida de un ser querido?

En primer lugar, hay que señalar que el duelo ante la muerte de un ser querido es un proceso de recuperación de un desequilibrio causado por la perdida, similar al proceso de curación de una herida. Estaremos de acuerdo en que negar el dolor, ocultar su existencia no permitirá al cuerpo ejecutar correctamente su curación.

 

Procesos del Duelo

Cuando hablamos de los procesos de duelo que existe un modelo de fases.

William Worden sostiene que el primer paso para sobrellevar y superar el duelo está en ACEPTAR LA REALIDAD DE LA PERDIDA. Esta fase es donde los bloqueos pueden hacer su aparición ante el shock producido por la desaparición, abandono o perdida, particularmente si esta ha sido súbita o no ha habido tiempo suficiente de despedirse. Desarrollando dos mecanismos de defensa: el de la NEGACION y el de la INDIFERENCIA.

 

La NEGACIÓN, es una reacción que se produce de forma muy habitual inmediatamente después de una pérdida. No es infrecuente que, cuando experimentamos una pérdida súbita, tengamos una sensación de irrealidad o de incredulidad que puede verse acompañada de una congelación de las emociones, esto se manifiesta por ejemplo guardando todo exactamente igual que cuando la persona estaba viva mediante la intocabilidad de sus posesiones, como si fuera a volver en cualquier momento o, en el extremo contrario, se experimenta la total, INDIFERENCIA minimización del impacto de lo sucedido, como “si no hubiese pasado nada”.

 

Ambas posiciones suelen ser indicativas de un duelo no elaborado. Volviéndose, por tanto, de especial importancia las acciones físicas y las TERAPIAS O RITUALES DE DESPEDIDA (funerales, velatorios, carta y ceremonias de despedida, etc.) que ayudan aceptar paulatinamente la perdida. Ayudando al afectado a marcar un antes y un después, a cambiar, modificar hábitos y comportamientos ante el hecho. Para lo mas recomendable como TERAPIA será el cambiar hábitos, que es, hacer cosas que sabemos que les gustaba a nuestros seres queridos, pero con otra dinámica, con una dinámica de despedida, hablando de ello, desahogándose y sobre todo no reprimiendo nuestros sentimientos, tenemos que realizar un tipo de ceremonia con los espacios, con las cosas, con los lugares, con los recuerdos y sobre todo con nuestros sentimientos.

 

Grabe error es el recomendar o decir: -no llores, tranquilo o tranquila, ya supéralo, va pasar, ya fue, animo, hay que seguir, ya vendrá otro u otra, ya habrá una mejor oportunidad, lo importante es que estas vivo, todos estos dichos en el mejor de los casos y que hacemos del común en esos momentos, pero también existen otros muchos más crueles, como: el muerto al hoyo y el vivo al gozo, pero esto puede ser real…

 

En segundo lugar, es preciso trabajar las emociones y el dolor. En muchas ocasiones la sociedad actual esconde o trata de minimizar todo lo relacionado con la muerte. Y como lo resuelve huyendo de la realidad, escapando de realidad, medicándose, extendiendo las horas de sueño, alcohol, drogas, y esto en vez de ayudar empeora las cosas.

 

FASE DE ADAPTACIÓN: 

Es el cómo reincorporarnos a nuestro medio donde el fallecido, la persona ausente o aquello que perdimos ya no existe. Que hago, cómo afronto esta realidad, cómo regreso a mi entorno:

 

El 1er paso es saber y reconocer que nuestra realidad es otra, entender que el tiempo es el mejor aliado, pero debemos ACTUAR, y AFRONTAR LA REALIDAD, ENFRENTAR AL Y EL ENTORNO. Aquí es donde podemos asegurarnos de recibir el apoyo de nuestros familiares y amigos pero que nos den para arriba y no para abajo. Algunas de las cosas que podremos hacer es: Platicar, externar sentimientos, pintar la casa, acomodar cosas, guardar cosas, reacomodar, regalar, donar, y sobre todo entender que los procesos en cada uno de nosotros son diferentes. En algunos casos el aislamiento surgirá como la principal amenaza, capaz de bloquear a la persona. Téngase en cuenta que estamos hablando también de la pérdida de un rol, que generalmente se ha estado desarrollando con la persona fallecida durante años y en una relación de complementariedad emocional, material o social no es extraño que la autoestima pueda resultar afectada de forma directa.

 

Finalmente es de esperarse que si se han elaborado las fases anteriores correctamente la persona sea capaz de recolocar emocionalmente al fallecido, última fase de continuar viviendo a pesar de la perdida, siendo estala serenidad que se busca al final de un proceso de duelo y no tiene un tiempo preciso de resolución.

 

Fases y sintomatología que es perfectamente normal observar en una persona elaborando el duelo y estas son conocidas como las 5 etapas del duelo:

1. Etapa de la negación

Esa negación puede inicialmente amortiguar el golpe de la muerte de un ser querido y aplazar parte del dolor, pero esta etapa no puede ser indefinida porque en algún momento chocará con la realidad.

2. Etapa de la ira

En esta fase son característicos los sentimientos de rabia y resentimiento, así como la búsqueda de responsables o culpables. La ira aparece ante la frustración de que la muerte es irreversible, de que no hay solución posible y se puede proyectar esa rabia hacia el entorno, incluidas otras personas allegadas.

3. Etapa de la negociación

En esta fase las personas fantasean con la idea de que se puede revertir o cambiar el hecho de la muerte. Es común preguntarse ¿qué habría pasado si...? o pensar en estrategias que habrían evitado el resultado final, como ¿y si hubiera hecho esto o lo otro?

4. Etapa de la depresión

La tristeza profunda y la sensación de vacío son características de esta fase, cuyo nombre no se refiere a una depresión clínica, como un problema de salud mental, sino a un conjunto de emociones vinculadas a la tristeza naturales ante la pérdida de un ser querido. Algunas personas pueden sentir que no tienen incentivos para continuar viviendo en su día a día sin la persona que murió y pueden aislarse de su entorno.

5. Etapa de la aceptación

Una vez aceptada la pérdida, las personas en duelo aprenden a convivir con su dolor emocional en un mundo en el que el ser querido ya no está. Con el tiempo recuperan su capacidad de experimentar alegría y placer.

 

Sin embargo, los expertos afirman que las personas no pasan necesariamente por todas estas etapas ni en ese orden específico, así que el duelo se puede manifestar de distintas maneras y en momentos diferentes para cada persona.

 

La frustración en los procesos de duelo

Por último, remarcar que no debemos perder de vista el potencial nivel de frustración que en muchas ocasiones percibirán tanto los profesionales como los voluntarios, pudiendo dedicar muchas sesiones al acompañamiento o a la escucha activa. Es muy importante respetar los tiempos, ya que las circunstancias de cada persona, y en especial las del fallecimiento, pueden producir manifestaciones tan variadas que podemos toparnos con la culpa

 

Extrañar no es estar vacío si no estar lleno de alguien que se hace presente a pesar de la ausencia…

 

No dejen de escribir que queremos conocer sus comentarios, recuerden que tenemos una cita en: #EstamosEnConexión #RadioEnRedes

Todos los Lunes de 17:00 a 19 horas, a través de: www.radioenredes.com

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LA MUERTE Y LOS PROCESOS DEL DUELO

 


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LA MUERTE Y LOS PROCESOS DEL DUELO

Por: Jorge García D.

 

¡Tus alas ya estaban listas para volar, pero mi corazón nunca estuvo listo para verte partir!

 

Lo primero es que habría que preguntarse ¿QUÉ ES UN PROCESO DE DUELO?

El proceso de duelo (dolor latente ante una perdida) es, tanto psicológica y biológicamente, una reacción completamente normal y esperable. Es posible observar periodos de duelo ante cualquier clase de pérdida: un objeto, relación afectiva, emocional o romántica, rol social, trabajo, salud, miembro del cuerpo, propiedad, una relación no amorosa con un compañero, colaborador, vecino, con un amigo, incluso el hecho que éste se vaya a vivir fuera de la ciudad, cambie de colonia, escuela, trabajo, afinidades o intereses, e incluso ante el abandono de una sustancia adictiva como el cigarro, un psicotrópico, o incluso golosinas o gaseosas. Estas reacciones y procesos se dan en mayor o menor escala en cualquier clase de pérdida.

 

La pérdida es la ausencia de algo o alguien, causado por la muerte, perdida o abandono, es una situación en la que se deja de poseer algo que se tenía como propio.

 

La pérdida de un ser querido o de algo suele ser algo común. Las raíces de esta reacción y el proceso, situándose en el desarrollo de las relaciones de apego, muestra de ello es que el duelo no es exclusivo en la raza humana, sino también en los animales. Por ello es importante identificar nuestros apegos, pero, ¿Qué es el apego? El apego es la relación afectiva más íntima, profunda e importante que establecemos los seres humanos. El apego afectivo se caracteriza por ser una relación que es duradera en el tiempo, suele ser estable, relativamente consistente, y es permanente durante la mayor parte de la vida de una persona.

 

¿Cómo afrontar la pérdida de un ser querido?

En primer lugar, hay que señalar que el duelo ante la muerte de un ser querido es un proceso de recuperación de un desequilibrio causado por la perdida, similar al proceso de curación de una herida. Estaremos de acuerdo en que negar el dolor, ocultar su existencia no permitirá al cuerpo ejecutar correctamente su curación.

 

Procesos del Duelo

Cuando hablamos de los procesos de duelo que existe un modelo de fases.

William Worden sostiene que el primer paso para sobrellevar y superar el duelo está en ACEPTAR LA REALIDAD DE LA PERDIDA. Esta fase es donde los bloqueos pueden hacer su aparición ante el shock producido por la desaparición, abandono o perdida, particularmente si esta ha sido súbita o no ha habido tiempo suficiente de despedirse. Desarrollando dos mecanismos de defensa: el de la NEGACION y el de la INDIFERENCIA.

 

La NEGACIÓN, es una reacción que se produce de forma muy habitual inmediatamente después de una pérdida. No es infrecuente que, cuando experimentamos una pérdida súbita, tengamos una sensación de irrealidad o de incredulidad que puede verse acompañada de una congelación de las emociones, esto se manifiesta por ejemplo guardando todo exactamente igual que cuando la persona estaba viva mediante la intocabilidad de sus posesiones, como si fuera a volver en cualquier momento o, en el extremo contrario, se experimenta la total, INDIFERENCIA minimización del impacto de lo sucedido, como “si no hubiese pasado nada”.

 

Ambas posiciones suelen ser indicativas de un duelo no elaborado. Volviéndose, por tanto, de especial importancia las acciones físicas y las TERAPIAS O RITUALES DE DESPEDIDA (funerales, velatorios, carta y ceremonias de despedida, etc.) que ayudan aceptar paulatinamente la perdida. Ayudando al afectado a marcar un antes y un después, a cambiar, modificar hábitos y comportamientos ante el hecho. Para lo mas recomendable como TERAPIA será el cambiar hábitos, que es, hacer cosas que sabemos que les gustaba a nuestros seres queridos, pero con otra dinámica, con una dinámica de despedida, hablando de ello, desahogándose y sobre todo no reprimiendo nuestros sentimientos, tenemos que realizar un tipo de ceremonia con los espacios, con las cosas, con los lugares, con los recuerdos y sobre todo con nuestros sentimientos.

 

Grabe error es el recomendar o decir: -no llores, tranquilo o tranquila, ya supéralo, va pasar, ya fue, animo, hay que seguir, ya vendrá otro u otra, ya habrá una mejor oportunidad, lo importante es que estas vivo, todos estos dichos en el mejor de los casos y que hacemos del común en esos momentos, pero también existen otros muchos más crueles, como: el muerto al hoyo y el vivo al gozo, pero esto puede ser real…

 

En segundo lugar, es preciso trabajar las emociones y el dolor. En muchas ocasiones la sociedad actual esconde o trata de minimizar todo lo relacionado con la muerte. Y como lo resuelve huyendo de la realidad, escapando de realidad, medicándose, extendiendo las horas de sueño, alcohol, drogas, y esto en vez de ayudar empeora las cosas.

 

FASE DE ADAPTACIÓN: 

Es el cómo reincorporarnos a nuestro medio donde el fallecido, la persona ausente o aquello que perdimos ya no existe. Que hago, cómo afronto esta realidad, cómo regreso a mi entorno:

 

El 1er paso es saber y reconocer que nuestra realidad es otra, entender que el tiempo es el mejor aliado, pero debemos ACTUAR, y AFRONTAR LA REALIDAD, ENFRENTAR AL Y EL ENTORNO. Aquí es donde podemos asegurarnos de recibir el apoyo de nuestros familiares y amigos pero que nos den para arriba y no para abajo. Algunas de las cosas que podremos hacer es: Platicar, externar sentimientos, pintar la casa, acomodar cosas, guardar cosas, reacomodar, regalar, donar, y sobre todo entender que los procesos en cada uno de nosotros son diferentes. En algunos casos el aislamiento surgirá como la principal amenaza, capaz de bloquear a la persona. Téngase en cuenta que estamos hablando también de la pérdida de un rol, que generalmente se ha estado desarrollando con la persona fallecida durante años y en una relación de complementariedad emocional, material o social no es extraño que la autoestima pueda resultar afectada de forma directa.

 

Finalmente es de esperarse que si se han elaborado las fases anteriores correctamente la persona sea capaz de recolocar emocionalmente al fallecido, última fase de continuar viviendo a pesar de la perdida, siendo estala serenidad que se busca al final de un proceso de duelo y no tiene un tiempo preciso de resolución.

 

Fases y sintomatología que es perfectamente normal observar en una persona elaborando el duelo y estas son conocidas como las 5 etapas del duelo:

1. Etapa de la negación

Esa negación puede inicialmente amortiguar el golpe de la muerte de un ser querido y aplazar parte del dolor, pero esta etapa no puede ser indefinida porque en algún momento chocará con la realidad.

2. Etapa de la ira

En esta fase son característicos los sentimientos de rabia y resentimiento, así como la búsqueda de responsables o culpables. La ira aparece ante la frustración de que la muerte es irreversible, de que no hay solución posible y se puede proyectar esa rabia hacia el entorno, incluidas otras personas allegadas.

3. Etapa de la negociación

En esta fase las personas fantasean con la idea de que se puede revertir o cambiar el hecho de la muerte. Es común preguntarse ¿qué habría pasado si...? o pensar en estrategias que habrían evitado el resultado final, como ¿y si hubiera hecho esto o lo otro?

4. Etapa de la depresión

La tristeza profunda y la sensación de vacío son características de esta fase, cuyo nombre no se refiere a una depresión clínica, como un problema de salud mental, sino a un conjunto de emociones vinculadas a la tristeza naturales ante la pérdida de un ser querido. Algunas personas pueden sentir que no tienen incentivos para continuar viviendo en su día a día sin la persona que murió y pueden aislarse de su entorno.

5. Etapa de la aceptación

Una vez aceptada la pérdida, las personas en duelo aprenden a convivir con su dolor emocional en un mundo en el que el ser querido ya no está. Con el tiempo recuperan su capacidad de experimentar alegría y placer.

 

Sin embargo, los expertos afirman que las personas no pasan necesariamente por todas estas etapas ni en ese orden específico, así que el duelo se puede manifestar de distintas maneras y en momentos diferentes para cada persona.

 

La frustración en los procesos de duelo

Por último, remarcar que no debemos perder de vista el potencial nivel de frustración que en muchas ocasiones percibirán tanto los profesionales como los voluntarios, pudiendo dedicar muchas sesiones al acompañamiento o a la escucha activa. Es muy importante respetar los tiempos, ya que las circunstancias de cada persona, y en especial las del fallecimiento, pueden producir manifestaciones tan variadas que podemos toparnos con la culpa

 

Extrañar no es estar vacío si no estar lleno de alguien que se hace presente a pesar de la ausencia…

 

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