Columna Nuevos Horizontes
Marchemos
apoyando las transformaciones sociales
Alberto Jiménez Merino
Una marcha multitudinaria en
apoyo de la permanencia del Instituto nacional electoral (INE), realizada en la
Ciudad de México y más de 40 ciudades nacionales, Estados Unidos y España, ha
provocado el anuncio de al menos dos marchas más.
Una se ha programado para el
27 de noviembre, y será encabezada por el ejecutivo federal, Andrés Manuel
López Obrador; la otra, para el 4 de diciembre, y la encabezará en Puebla el
gobernador del estado, Miguel Ángel Barbosa Huerta. Ambas manifestaciones han
sido como respuesta a las grandes manifestaciones ya referidas, y han sido
denominadas por los opositores, como marchas de la venganza. En ambas se
desconoce aún qué es lo que aportarán a México y a Puebla.
Pero estos actos inexplicables
y sin sentido, me dan un extraordinario marco para invitar a las y los poblanos,
y a las y los mexicanos, a marchar y seguir marchando para impulsar y apoyar
las transformaciones de las comunidades, las transformaciones sociales que le
dan sentido a nuestra participación diaria dentro o fuera de los cargos
públicos.
En 1985, marchamos a la Huasteca
Potosina y en El Gargaleote, municipio de Tamuín, en San Luis Potosí, llevamos
el pasto King Grass, procedente de Costa Rica, para transformar la alimentación
del ganado en la época seca de esa región.
En 1991, marchamos a la Mixteca
Poblana para sembrar en Tehuitzingo el pasto llanero que, en 1994, se convirtió
en programa de gobierno que permitió una transformación en la forma de ver la
alimentación del ganado; se recuperaron manantiales, fauna y se aumentaron
partos en las vacas, la ordeña se prolongó en algunos casos hasta febrero
cuando siempre terminaba en noviembre.
En el año 2000, marchamos a
Huatusco, estado de Veracruz, y más adelante a China y Colombia en donde
aprendimos cómo impulsar el bambú en nuestro estado, después del desbordamiento
del río Apulco, en Tenampulco, Puebla, en 1999.
En ese mismo año marchamos a
los valles centrales de Oaxaca para conocer más del proceso de cultivo y
transformación del agave mezcalero, que hoy ha cambiado el rostro productivo de
muchas comunidades poblanas.
También en el año 2000,
marchamos a Cohuecan, Puebla, para hacer entrega de los primeros tinacos que
permitieran que las familias más pobres pudieran captar la lluvia, almacenar su
agua y resolver parcialmente este grave problema, dando origen a muchas de las
acciones de entrega de tinacos que se han visto posteriormente.
Anteriormente, en 1995, ya habíamos
iniciado una marcha por el agua en la Mixteca para que, a través de obras de
captación y almacenamiento, se pudiera abastecer al ganado.
Cientos de obras se hicieron
entre 1995 y 2010, y con el tiempo vimos un gran beneficio para la ganadería,
la fauna y la recarga de acuíferos como se comprobó en Zacapala, Tehuitzingo,
Acatlán, Chiautla o Huehuetlán el Chico.
La disponibilidad de agua
dio un giro hacia la acuacultura y en Pueblos como Tulcingo, Ahuhuetitla,
Chiautla y Coyuca de Andrade, importantes desarrollos de peces se vieron como
una opción para la Seguridad Alimentaria familiar.
En el año 2000 hicimos una
marcha hacia Tepexco, Puebla, para impulsar la agricultura de conservación. Allí,
sólo se revisó la densidad de siembra en sorgo y se redujo de 20 kilogramos por
hectárea a 13; asimismo, se disminuyó el fertilizante químico en un 50 por
ciento y se complementó con abonos biológicos para reducir el costo de
fertilización en un 25 por ciento, obteniendo los mismos rendimientos que con
el 100 por ciento de fertilización química. Dejar los residuos de cosecha en el
terreno, permitió que el rendimiento de granos pasara de 4 mil kilogramos por
hectárea a 9 mil 500, en solo 10 años.
En 2006, hicimos una marcha
hacia la región de los volcanes para apoyar la fruticultura de la Sierra Nevada
de Puebla. Primero, en el tejocote se introdujo la poda de rehabilitación de
árboles, con lo que se triplicó el rendimiento y la calidad del fruto, lo que
permitió que se cuadriplicara el precio de venta por la extraordinaria calidad
de los frutos derivados de árboles podados.
Después, en 2007, en nuestra
marcha a Santiago de Chile, conseguimos que expertos de ese país vinieran a
nuestro estado para capacitar a productores poblanos de nogal de castilla, en
San Nicolás de los Ranchos, Puebla, en donde se promovieron 5 mejoras básicas
que impulsaron la productividad de este importante fruto.
No pueden dejarse de
mencionar también, la marcha realizada para impulsar la productividad de la
caña, en 2006, con el apoyo de técnicos cubanos, así como el inicio de la
transformación en composta de los residuos del ingenio Atencingo.
Asimismo, realizamos la
marcha para impulsar los invernaderos y la manzana en la zona de Aquixtla y Tetela
de Ocampo, y ambas actividades se ampliaron a otras cinco regiones del estado.
Por otro lado, también
marchamos para impulsar el aguacate en Atlixco y Tianguismanalco, en 2006, y
luego a Chichiquila-Quimixtlán, Teziutlán, Chiautla y Cuayuca-Zacapala.
De igual forma, realizamos la
marcha para impulsar centros de acopio y empacadoras de hortalizas, riego
tecnificado y campañas sanitarias de cultivos, ganado y peces.
Por todo lo anterior, invito
a todas y todos los mexicanos, así como a las poblanas y poblanos, a apoyar las
verdaderas marchas por las transformaciones.
¡Sigamos marchando por el
desarrollo de la gente!
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