Nearshoring, oportunidad única para México
Hace algunos
días se hicieron públicas fotografías en las que se observa a Elon Musk de
visita en Nuevo León. A pesar de la secrecía respecto a este encuentro, las
imágenes filtradas por los medios nacionales dan cuenta de que el hombre más
rico del planeta y fundador de compañías como Tesla y SpaceX se reunió con personajes
del gobierno estatal con miras a ver de primera mano las posibilidades de
instalar una nueva planta de automóviles eléctricos en aquellas tierras regias.
Se sabe que
fue el propio Gobernador de Nuevo León, Samuel García, quien invitó a Musk para
convencerlo de que invierta en ese estado, tras la visita que realizó a la
fábrica de Tesla en Austin el pasado mes de abril e incluso que le han ofrecido
facilidades como tener su propio carril en el cruce fronterizo entre México y
Estados Unidos para facilitar el comercio con proveedores locales.
Lo anterior aporta
una gran ventaja para el fabricante americano, ya que en su más reciente
reporte financiero admitió las dificultades para asegurar el transporte de los
vehículos y el aumento de los costos logísticos, lo que no le ha permitido
cumplir las estimaciones en ventas. Es así que la visita a la capital
regiomontana se vislumbra como una oportunidad a la necesidad del magnate para
encontrar una solución a los desafíos de logística y producción que actualmente
encara la compañía.
Sin embargo,
éste no es un caso aislado, debido a que existen diversas compañías, sobre todo
americanas, que vislumbran como una oportunidad invertir en nuestro país.
Precisamente,
hace unos días el fundador y presidente del Instituto de Estrategia Económica
(ESI por sus siglas en inglés), Clyde Prestowitz, presentó en el país su libro The
World Turned Upside Down: America, China and the Struggle for Global Leadership,
en el que analiza la reorientación política de Estados Unidos hacia China y las
consecuencias en el modelo actual comercial, así como la oportunidad que surge
para México en este contexto.
Prestowitz
considera que México tiene una gran oportunidad para desarrollar una política
industrial, que fortalezca al país, inspirada en el éxito de otros países,
aprovechando las ventajas del mercado mexicano, la mano de obra y su cercanía
con Estados Unidos.
Lo anterior
debido a que actualmente diversas industrias y corporaciones estadounidenses y
europeas están buscando moverse fuera de China, lo que puede significar una
buena oportunidad para nuestro país.
México cuenta
con dos aspectos principales que lo vuelven atractivo para recibir las
industrias que buscan su salida de China: el salario promedio de los
trabajadores mexicanos en las fábricas y que, a pesar de no ser uno de los
mercados más grandes del mundo, se encuentra al lado de Estados Unidos, que
cuenta con un enorme mercado.
Y es que
derivado de los efectos económicos de la pandemia, los conflictos geopolíticos
internacionales y la escasez de recursos, las empresas han comenzado a
replantear su logística, mediante un enfoque distinto de operación: el llamado nearshoring,
una estrategia que se ha producido al buscar relocalizar los centros de
producción y acercar las cadenas de producción a los destinos comerciales, para
alejar el riesgo de la dependencia de China.
Un informe
reciente de Banxico ha dado a conocer que el 16% de las empresas a nivel
nacional reportaron incrementos en la demanda de sus productos o en la
inversión extranjera directa como consecuencia del nearshoring en los
últimos doce meses.
Es así que
este fenómeno se convierte en una oportunidad única para México, no solo para
aprovechar el motor de crecimiento económico que representa atraer inversiones
extranjeras y no depender de un sector privado nacional que no tiene ese
volumen de inversión, sino sobre todo para salir del estancamiento en el que se
encuentra, así como asegurar un crecimiento económico para al menos la próxima
década.
Son muchos
factores los que vuelven idónea la situación para nuestra nación, entre los que
destacan la ubicación geográfica privilegiada del país y que desde hace un
tiempo es el principal socio comercial de los Estados Unidos, lo cual se ha
concretado en la renovación del T-MEC.
En este
sentido es que se vislumbra la urgencia de diseñar una estrategia nacional para
captar, atraer y fomentar este tipo de inversión, que sin duda cambiaría la
dinámica económica del país, así como de estados como Puebla que ofrecen
diversas y grandes ventajas competitivas.
Tengamos
presente que estamos hablando de un ganar-ganar para todos, pero sobre todo de una
oportunidad única para México, incluso de mayor envergadura de lo que en su
momento fue el propio TLC, lo cual puede ser el gran detonador del desarrollo
mexicano para los próximos años. Oportunidades que desde luego entidades como
Puebla pueden y deben aprovechar.
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