viernes, 13 de enero de 2023

“LAS TERTULIAS DE LA CHIVA”

 


“LAS TERTULIAS DE LA CHIVA”

¡¡¡Hooooooolaaaaaa!!! Ya estamos todos listos para una nueva tertulia. Como siempre, les agradezco a todos mis seguidores que sigan mandando sus temas de interés común o que son tendencia.

El día de hoy pondremos sobre la mesa el tema que a todos nos involucra y que cada comienzo de año, nos bombardean en los medios con la publicidad de que en las tiendas de ropa arrancan con los grandes descuentos en ropa.

Esa publicidad que nos taladra el cerebro, motivándonos a ir a la tienda departamental ó checar las tiendas en línea para ver el tipo de ropa y si realmente están buenos los descuentos para comenzar el año estrenando.

Lo cierto es que se estima que se consumen cerca de 100,000 prendas de vestir cada año en el mundo, otro dato importante es que esta cifra está multiplicada por 5 desde el consumo de hace 20 años. Y todo esto es a causa en gran medida al consumo excesivo y a los hábitos de compra insostenibles cultivados por el “Fast Fashion”.

El consumismo es la enfermedad del siglo XXI ante una industria de la moda que busca la sostenibilidad. Y es que los humanos siempre queremos definirnos en cuanto a nuestra identidad, nuestro propio sello o tener una personalidad propia; y eso ocurre más en nosotras las mujeres que por algún motivo de la psicología que pueda tener cada una, nos lleva a comprar, pues sentimos que nuestra autoestima se agranda con este acto, agregando que queremos vernos diferentes y por lo tanto somos las mayores consumistas en ropa.

Hoy en día la preocupación más grande es a cerca del agotamiento de los recursos del planeta, siendo el sector de la “moda rápida” un alto contaminante, esto es lo que encontré al investigar sobre el tema:

·        Se requieren 7,500 litros de agua para producir unos jeans.

·        El sector del vestido utiliza 93,000 millones de metros cúbicos de agua cada año; una cantidad suficiente para que sobrevivieran 5 millones de personas.

·        La industria de la moda es responsable del 20% del desperdicio total de agua a nivel mundial.

·        La producción de ropa y calzado produce el 8% de los gases de efecto invernadero.

·        Cada segundo se entierra o quema una cantidad de textiles equivalente a un camión de basura.

·        La producción de ropa se duplicó entre los años 2000 y 2014.

Por lo que, tener conocimiento sobre todo del impacto social y ambiental que puede ocasionar una simple prenda es el primer paso para crear conciencia y poder actuar diferente.

Interesarnos en conocer los textiles que se usan y los procesos que se emplean para la fabricación de nuestra ropa nos permitirá realizar compras con conciencia y con ello, lograremos invertir en prendas funcionales que nos brinden versatilidad para darles mayor uso, evitando así prendas desechables y eligiendo marcas que tengan un compromiso real con el medio ambiente.

 

Lo cierto es que romper con la inercia del consumismo es un tanto difícil, mantenerse alejados de los estímulos que nos brindan las redes sociales, los anuncios en la televisión, o simplemente dar la vuelta en un centro comercial, ¡¡¡uuuffffff!!!

 

Ahora, creo que últimamente algunas mujeres llegamos a reciclar la ropa pues hemos visto que las modas regresan, y después nos estamos arrepintiendo de haber donado o regalado alguna prenda que está de moda otra vez, (sean sinceras chicas). ¿Recuerdan qué en el pasado, la mayoría de las abuelitas reciclaban las prendas de vestir para usarlas en otras partes de la casa? por ejemplo: la playera del nieto mas chico que ya nadie usaba, la cortaba y la usaba como trapo de cocina.

Otras prendas más gruesas las cortaban y las empleaban como trapeador a la hora de limpiar el piso. ¿Qué tal?

Debemos revisar las verdaderas causas de nuestra necesidad de comprar en un momento dado, para descartar que sea por ansiedad u otras insatisfacciones. Este ejercicio de reflexión sobre nuestro estado de ánimo y emociones es un ejercicio fundamental para mejorar nuestra calidad de vida, comprar con responsabilidad y apoyar a nuestro medio ambiente.

Y termino esta tertulia dejándolos con una rola para que la busquen y la escuchen, mientras esperamos llegar a la próxima semana: Ritmo Peligroso “Contaminando”:

“Hay algo que me molesta y quiero ver que se puede
hacer el medio que nos rodea lo hemos echado a
perder esta invadido el ambiente con mucho ruido,
humor y olor han acabado con todo el mismo cielo
perdió el color

(coro:)
contaminado creo que me voy a morir
oh no contaminas, contaminas
esto se debe parar
contaminado creo que me voy a morir
oh no contaminas, contaminas
esto se debe parar…”

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viernes, 13 de enero de 2023

“LAS TERTULIAS DE LA CHIVA”

 


“LAS TERTULIAS DE LA CHIVA”

¡¡¡Hooooooolaaaaaa!!! Ya estamos todos listos para una nueva tertulia. Como siempre, les agradezco a todos mis seguidores que sigan mandando sus temas de interés común o que son tendencia.

El día de hoy pondremos sobre la mesa el tema que a todos nos involucra y que cada comienzo de año, nos bombardean en los medios con la publicidad de que en las tiendas de ropa arrancan con los grandes descuentos en ropa.

Esa publicidad que nos taladra el cerebro, motivándonos a ir a la tienda departamental ó checar las tiendas en línea para ver el tipo de ropa y si realmente están buenos los descuentos para comenzar el año estrenando.

Lo cierto es que se estima que se consumen cerca de 100,000 prendas de vestir cada año en el mundo, otro dato importante es que esta cifra está multiplicada por 5 desde el consumo de hace 20 años. Y todo esto es a causa en gran medida al consumo excesivo y a los hábitos de compra insostenibles cultivados por el “Fast Fashion”.

El consumismo es la enfermedad del siglo XXI ante una industria de la moda que busca la sostenibilidad. Y es que los humanos siempre queremos definirnos en cuanto a nuestra identidad, nuestro propio sello o tener una personalidad propia; y eso ocurre más en nosotras las mujeres que por algún motivo de la psicología que pueda tener cada una, nos lleva a comprar, pues sentimos que nuestra autoestima se agranda con este acto, agregando que queremos vernos diferentes y por lo tanto somos las mayores consumistas en ropa.

Hoy en día la preocupación más grande es a cerca del agotamiento de los recursos del planeta, siendo el sector de la “moda rápida” un alto contaminante, esto es lo que encontré al investigar sobre el tema:

·        Se requieren 7,500 litros de agua para producir unos jeans.

·        El sector del vestido utiliza 93,000 millones de metros cúbicos de agua cada año; una cantidad suficiente para que sobrevivieran 5 millones de personas.

·        La industria de la moda es responsable del 20% del desperdicio total de agua a nivel mundial.

·        La producción de ropa y calzado produce el 8% de los gases de efecto invernadero.

·        Cada segundo se entierra o quema una cantidad de textiles equivalente a un camión de basura.

·        La producción de ropa se duplicó entre los años 2000 y 2014.

Por lo que, tener conocimiento sobre todo del impacto social y ambiental que puede ocasionar una simple prenda es el primer paso para crear conciencia y poder actuar diferente.

Interesarnos en conocer los textiles que se usan y los procesos que se emplean para la fabricación de nuestra ropa nos permitirá realizar compras con conciencia y con ello, lograremos invertir en prendas funcionales que nos brinden versatilidad para darles mayor uso, evitando así prendas desechables y eligiendo marcas que tengan un compromiso real con el medio ambiente.

 

Lo cierto es que romper con la inercia del consumismo es un tanto difícil, mantenerse alejados de los estímulos que nos brindan las redes sociales, los anuncios en la televisión, o simplemente dar la vuelta en un centro comercial, ¡¡¡uuuffffff!!!

 

Ahora, creo que últimamente algunas mujeres llegamos a reciclar la ropa pues hemos visto que las modas regresan, y después nos estamos arrepintiendo de haber donado o regalado alguna prenda que está de moda otra vez, (sean sinceras chicas). ¿Recuerdan qué en el pasado, la mayoría de las abuelitas reciclaban las prendas de vestir para usarlas en otras partes de la casa? por ejemplo: la playera del nieto mas chico que ya nadie usaba, la cortaba y la usaba como trapo de cocina.

Otras prendas más gruesas las cortaban y las empleaban como trapeador a la hora de limpiar el piso. ¿Qué tal?

Debemos revisar las verdaderas causas de nuestra necesidad de comprar en un momento dado, para descartar que sea por ansiedad u otras insatisfacciones. Este ejercicio de reflexión sobre nuestro estado de ánimo y emociones es un ejercicio fundamental para mejorar nuestra calidad de vida, comprar con responsabilidad y apoyar a nuestro medio ambiente.

Y termino esta tertulia dejándolos con una rola para que la busquen y la escuchen, mientras esperamos llegar a la próxima semana: Ritmo Peligroso “Contaminando”:

“Hay algo que me molesta y quiero ver que se puede
hacer el medio que nos rodea lo hemos echado a
perder esta invadido el ambiente con mucho ruido,
humor y olor han acabado con todo el mismo cielo
perdió el color

(coro:)
contaminado creo que me voy a morir
oh no contaminas, contaminas
esto se debe parar
contaminado creo que me voy a morir
oh no contaminas, contaminas
esto se debe parar…”

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