En la lucha contra el Cáncer
de Mama ¡no están solas!
En unos días conmemoraremos
el Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Mama, una de las enfermedades
más comunes entre las mujeres en todo el mundo, la cual tiene un gran impacto
en la salud y la sociedad.
De acuerdo con el INEGI,
tan sólo en México durante 2021 fallecieron por tumores malignos 90 mil 525
personas (8.1 %); de estas, el 17 % fueron por cáncer de mama, es decir 7 mil
973. De la cifra anterior, 7 mil 925 (99.4 %) fueron mujeres y 48 (0.6 %),
hombres.
A pesar de los avances en
la detección y el tratamiento, la prevención sigue siendo un componente
fundamental en la lucha contra esta enfermedad. Una de las claves para prevenir
el cáncer de mama es prestar atención a los factores de riesgo, dentro de lo
cual se vuelve muy relevante una investigación realizada por especialistas de
la Universidad de Minnesota y publicada en la revista científica de la
Universidad de Oxford, en agosto de 2023.
En el paper, los
investigadores Hilakivi y De Oliveira dan cuenta de la relación que existe
entre el cáncer de mama y el aislamiento social -definido como la soledad o
ausencia de conexiones sociales percibidas-, como un factor que repercute en un
mayor riesgo y mortalidad de la enfermedad.
En este sentido, se
encontró que la soledad provoca muchos cambios biológicos, de los cuales
comúnmente se informa un aumento en los marcadores inflamatorios y alteraciones
en el metabolismo mitocondrial y celular. Es por ello que los investigadores
vislumbran un posible vínculo causal entre el aumento de riesgo de cáncer de
mama inducido por el aislamiento social y la mortalidad, lo cual ofrece nuevas
herramientas para prevenirlo.
Los humanos somos
animales sociales y cuando nos falta esta parte, nuestro bienestar y salud se
ven afectados. Los contactos sociales inadecuados, el aislamiento social
percibido y la soledad son predictores igualmente poderosos de una mayor
mortalidad por todas las causas, como lo son el tabaquismo, la obesidad y los
niveles elevados colesterol o presión arterial alta de la sangre.
En los últimos años se ha
reconocido a la soledad como uno de los males más frecuentes, lo cual incluso
ha llevado a diversas naciones a actuar, como lo hizo en 2018 el Reino Unido al
crear el Ministerio de la Soledad para abordar la creciente incidencia del
aislamiento social y los riesgos para la salud asociados al mismo.
En este sentido, a
principios de 2020 Vivek Murthy publicó un libro titulado “Juntos: El poder
curativo de la conexión en un mundo solitario”, para resaltar cómo la soledad
es un tema de salud de importante preocupación en los Estados Unidos.
No escapa del radar el
tener presente que la pandemia por Covid-19 aumentó dramáticamente la
incidencia del aislamiento social.
Es así que los
investigadores ponen énfasis en que el aislamiento social es relativamente
común entre las pacientes con cáncer de mama, ya que se ha identificado que de
un 16% a un 41%, declaran sentirse solas. Además, en un análisis conjunto de estos
estudios, las sobrevivientes de cáncer de mama socialmente aisladas tenían un
43% más de riesgo de recurrencia y un 64% más de riesgo de mortalidad.
Pero no sólo se trata de estar
solo, el aislamiento social también es provocado por la discriminación, la cual
según los estudios repercute en el cáncer de mama y además aumenta el riesgo de
cardiopatía isquémica y accidente cerebrovascular, diabetes tipo 2 y demencia.
Es por ello que, tomando
como referencia los resultados de esta investigación, me parece conveniente que
consideremos la importancia de fortalecer los vínculos sociales como un recurso
valioso en la prevención y atención del cáncer de mama.
Podemos encontrar que
estos vínculos pueden desempeñar un papel fundamental en la difusión de la
conciencia y la educación sobre el cáncer de mama. Amigos y familiares pueden
ser agentes de cambio al alentar a las mujeres a realizarse mamografías
regulares y a estar atentas a los cambios en sus cuerpos, además de ayudar a derribar
mitos comunes sobre la enfermedad y a dirigir a las personas hacia fuentes
confiables de información.
Desde luego, no olvidemos
que en la atención a los factores de riesgo es importante realizar la detección
temprana a través de mamografías regulares y autoexámenes.
Es importante aprovechar
esta fecha para recordarnos como sociedad, así como a las mujeres que ya libran
una batalla contra la enfermedad, que no están solas en la lucha contra el
cáncer de mama, que cuentan con una gran red de apoyo y que entre todas y todos
sí se puede salir adelante.
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