lunes, 13 de noviembre de 2023

ESTAMOS EN CONEXIÓN

 


CÓMO VIVIR EN PAREJA – APRENDAMOS A VIVIR CON EL OTRO

Por: Jorge García D.

 

Ser capaz de amar y convivir con alguien es señal de madurez, pero puede ser incluso más maduro admitir que no está preparado para compartir tu vida con el otro; vivir en pareja es un aprendizaje constante, ¡La verdadera prueba de amor está en amar las diferencias y en las dificultades!

 

Te damos la bienvenida a una nueva COLUMNA DE ESTAMOS EN CONEXIÓN, articulo especialmente escrita para todos Ustedes como parte nuestras emisiones radiofónicas de nuestro serial de podcast número 94. Hoy hablaremos de Consejos sobre cómo convivir en pareja, con claves para que el vínculo amoroso no se desgaste. En muchas ocasiones y bajo diversas circunstancias se ha hablado mucho sobre la vida en pareja, y no es para menos; convivir con la persona a la que amamos es mucho más complejo de lo que parece, entre otras cosas por la intensidad de las emociones involucradas en este proceso y por las expectativas que estas generan.

Cuando una pareja decide iniciar una relación o irse a vivir juntos, lo hacen, sin lugar a dudas, desde el amor que se profesan y con la mayor ilusión, pero no nos advierten de las dificultades que este hecho entraña. Y quizá diremos que podría ser lo más fácil del mundo por que la pareja se ama, y sí ciertamente esta es una de las cosas a favor en este nuevo camino, también diremos que es algo que nos hace tener las emociones a flor de piel, y que además tenemos una carga emocional de perdida del hogar paterno, del cariño y la atención permanente de mamá, de la seguridad de papa, de los hábitos cotidianos, de nuestros hábitos propios, de como hago y me gustan las cosas, sin dejar de lado toda la carga emocional y de convivencia del otro.

 

Por ello, tenemos que aprender a dejar de lado nuestras pequeñas o grandes manías para poder compartir nuestro espacio y nuestro tiempo, de forma libre, con otra persona.

 

Si bien, cada uno de nosotros tenemos nuestras preferencias a la hora de hacer las cosas y no me refiero a las grandes cosas, sino a las pequeñas. Para las grandes solemos ponernos de acuerdo, por lo general con quienes vivimos y convivimos.

 

El problema suele residir en las cosas más insignificantes y que, por poco importantes, no reparamos en ellas y no nos molestamos en plantear ningún tipo de acuerdo sobre cómo afrontarlas. Pero mientras que a uno le molestan, el otro no les da ninguna importancia y se van acumulando, enfadándonos de forma progresiva, hasta que al final estallamos.

Estas cosas no se pactan, no se hablan y quizás por ese motivo crean tantos problemas entre las nuevas parejas y las no tan nuevas…

 

Defiendo el diálogo como una de las mejores herramientas para aprender a vivir juntos. Sería muy interesante que le dijéramos al otro lo que nos moleta, con cariño, mucho antes de que se sientan agredidos por la situación; que le expliquemos lo que queremos y seamos capaces de escuchar lo que el otro necesita y propone; sólo así podremos llegar a un entendimiento. Pensemos que, muchas veces, el otro hace las cosas que más nos molestan tan sólo porque no les da la menor importancia y si somos capaces de explicar lo que necesitamos, repito, con amor, seguro que encontramos una buena solución para ambos.

Para convivir hay que aceptar esa invasión de nuestra intimidad, de nuestro espacio y no es referirse solo a los espacios físicos, sino a los espacios íntimos, esos momentos que necesitamos para reencontrarnos con nosotros mismos, también hay que decir que necesitamos compartir nuestras  formas, manías, obsesiones, aversiones, fobias, y un sin número de características que nos hacen ser únicos, e inigualables, cosas, acciones y actitudes que no son todas malas porque si llevamos a bien un buen noviazgo y conocimiento y convivencia con el otros, podremos sobrellevar estos momentos incomodos por momentos de amor y compartir nuestras cosas, aprendiendo a crear un espacio nuevo, un espacio nuestro, donde pongamos en común nuestros deseos, sueños, amor, ilusión y sobre todo  nuestro proyecto futuro.

 

Si bien, es cierto que el amor todo lo puede, y yo, en más de una ocasión, he dicho que el amor es el pegamento universal, porque une lo que se rompe, debemos de ser conscientes también de que las rupturas, aunque sean pequeñas, dejan su huella. Mejor evitar hacernos daño, sobre todo cuando el motivo por el cual se produce el desencuentro es pequeño para ambos, la vida ya nos pondrá en situaciones de mayor dificultad con el tiempo y, si hemos sabido gestionar bien estos pequeños roces, las grandes empresas nos encontraran preparados para afrontarlas.

 

Sentarnos, hablar, escuchar, planificar y aderezarlo todo con amor nos hará la vida mucho más fácil.

 

¿EN QUÉ CONSISTE AMAR EN UNA RELACIÓN?

Involucrarse en una relación de pareja consiste principalmente en saber compartir la intimidad, aunque suene paradójico. Cuando iniciamos una relación de pareja con una persona no solamente vamos a compartir con ella nuestras virtudes, sino que también hará falta aprender a convivir con esta persona dentro de nuestra zona de confort sin que la compañía de la persona a la que amamos tenga un efecto negativo en nuestras actividades. Es importante saber estar presente mientras respetamos el espacio del otro, tanto en el matrimonio como en una relación de noviazgo.

 

Otro de los aspectos importantes para saber cómo vivir en pareja es la comunicación: debemos ser buenos comunicadores para lograr el entendimiento y evitar malentendidos o la creación de expectativas que no se verán satisfechas.

 

Cuando comenzamos a salir de manera formal con una persona, es importante tener en cuenta que él o ella tenía una vida antes de conocernos a nosotros: una etapa en la que probablemente surgieron proyectos personales y metas por realizar que son ajenas a nuestra existencia.

Así, lo ideal es que podamos ayudar a nuestra pareja en la consecución de sus planes, motivándola y comprendiendo que hay otros aspectos importantes en la vida de una persona más allá del vínculo afectivo que os une. Lo mismo aplica para nosotros, no debemos descuidar nuestras aspiraciones personales.

 

CONSEJOS PARA LA CONVIVENCIA DE PAREJA

En las líneas vamos a ver algunos consejos prácticos que resultan efectivos para convivir con nuestra pareja y mantener una relación de amor y respeto.

 

1.       Ser capaz de vivir sin la pareja

El primer punto se refiere a la capacidad de seguir siendo funcional también cuando no tengamos cerca físicamente a nuestra pareja sentimental; de lo contrario estaríamos incurriendo en una conducta de apego emocional excesivo que resulta contraproducente para la sana convivencia en pareja.

2.       Los principios no se negocian

Desde el primer momento es bueno dejar en claro que nuestros principios morales no están para ser negociados, sino respetados, y que lo mismo ocurre con los de la otra persona. La convivencia sana nace desde la aceptación de los ideales del otro, aun cuando estos no son compartidos por el marido, la esposa, el novio o la novia.

3.       Amar en libertad

Las relaciones de pareja sanas no son posesivas, todo lo contrario. El deseo de que el otro sea feliz trasciende el deseo de poseerlo, lo cual implica que no actuamos para retener a esa persona, sino para que nuestra presencia le aporte felicidad, y la suya nos la aporte a nosotros.

Si eres feliz a su lado, perfecto, pero si ya no quieres estar más ahí, entonces no tiene sentido que se te obligue: esto es algo que funciona en ambos sentidos.

4.       Cultivar tu propio jardín

Esta metáfora nos invita a que, en lugar de esforzarnos por agradarle a nuestra pareja, nos esforcemos más por ser una persona agradable para nosotros mismos. Cuando nos dedicamos a cultivarnos y a mejorar en nuestros hábitos más fundamentales, la mejoría en las relaciones de pareja con el establecimiento de una convivencia más sana no es más que una de las consecuencias de nuestro desarrollo personal.

5.       Igualdad, ante todo

Una convivencia de pareja sana debe ser, ante todo, de carácter igualitario. Donde unos tienen más beneficios que otros, las cosas terminan mal. Lo ideal es que exista un sano equilibrio entre las demandas de ambos integrantes de la pareja.

6.       Fomentar la compensación mutua

Es importante que los miembros de la pareja logren ser capaces de compensarse los unos con los otros. Es decir, en lugar de achacar los defectos de la otra persona, hay que complementar estas limitaciones prestando apoyo cuando sea necesario (siempre que estas limitaciones no involucren las agresiones y la violencia física o psicológica). Esto habla de un buen nivel de empatía en la pareja, ya que es una evidencia de que, al convivir, estas personas son capaces de ponerse en los zapatos del ser amado.

7.       Evitar hacer apología del drama

Muchas veces sucede que las parejas piensan que cuanto más complicada sea la relación, más significativa es. Esto no es más que un mito sin ningún tipo de fundamento. La verdad es que cuanto más dramatismo exista en la pareja, mayor será la probabilidad de que surja una dinámica disfuncional en esta relación amorosa.

8.       Potenciar la comunicación asertiva

Una clave fundamental para lograr una buena convivencia dentro de la pareja es aprender a comunicarnos de manera asertiva, expresando nuestros deseos y sentimientos con un lenguaje de respeto mutuo y asegurándonos de que nuestras palabras no van a herir a nuestro compañero, pero sin dejarnos nada relevante en el tintero.

9.       Cuidado con los “para siempre”

El pensamiento romántico de que tu relación de pareja será para toda la vida muchas veces resulta contraproducente y lo único que se consigue con él es generar ansiedad dentro de la relación. Lo más recomendable es vivir los momentos y disfrutar de tu relación dentro del marco del respeto mutuo, sin idealizar a la pareja, ni tampoco exagerando con los planes de futuro. Intenta mantenerte centrado en el aquí y el ahora.

10.   No dar por sentado que sus intereses encajan con los nuestros

Las relaciones de pareja siempre deben ofrecer la posibilidad de que cada persona exprese su disconformidad. Por eso, es importante hacer chequeos frecuentes para saber de qué la otra persona está cómoda con las rutinas y hábitos de convivencia que habéis adoptado. El simple hecho de que llevéis mucho tiempo adoptando esos roles no es un argumento a favor de estos.

11.   Aprender a criticar

Allí donde hay convivencia, hay choques de intereses ocasionales; es algo normal y que no comporta un problema en sí. Ahora bien, hay que saber gestionar estas situaciones. A la hora de discutir, hay que aprender a criticar las acciones de las personas, y no a las personas en sí. De este modo se reducen las probabilidades de que surja una confrontación innecesaria y se fomenta que la otra persona sea más receptiva ante la posibilidad de modificar su conducta.

12.   Gestionar el tiempo juntos

El simple hecho de vivir juntos no garantiza que dispongáis de tiempo de calidad en compañía del otro. Por eso, es importante que realicéis esfuerzos deliberados por contar con horas de tiempo libre en las que no tengáis otras cosas que hacer más que realizar actividades con la otra persona. Esto pasa por sentarse juntos, hacer cálculos y hacer cuadrar los horarios.

 

CÓMO SABER SI ES EL MOMENTO PARA IRTE A VIVIR CON TU PAREJA

La convivencia no siempre es fácil y dar el paso con tu pareja, tampoco. A veces es cuestión de tiempo y otras veces, son varios los factores que entran en juego. Hay personas que prefieren dejarse llevar, improvisar sin darle muchas vueltas a las cosas. Pero para algunas otras, cualquier decisión que se haya de tomar en la pareja es algo serio, demasiado importante como para dejarlo en manos de la suerte. El quebradero de cabeza puede empezar con cosas tan simples como el lugar donde cenarán en la primera cita o la película que verán en ella, a donde irán la segunda cita, que harán en su aniversario, que se hará para sorprender al otro y así una tras otras, pero ninguna como esa a la que se le da vueltas y vueltas porque en si misma amerita un mayor compromiso, y que es el comenzar cual será el momento adecuado para dar el paso para vivir juntos o casarse. Hablamos acerca de cuándo puede ser ese momento perfecto para convivir en pareja y sólo concibes compartir tu vida junto a otra persona y encontrar el momento perfecto es crucial.

 

Para lo cual diremos que no existe como tal una regla exacta para saber cuál es ese momento perfecto. Porque realmente, el tiempo que haya perdurado (hasta el momento) la relación, es irrelevante. Lo realmente importante, reside en estos cuatro cimientos que se deben discutir antes de dar el paso de mudarte con tu pareja:

 

Ø  Para dar este paso tan importante, se debe saber lo que significa el compromiso para con el otro y para consigo mismo y eso amerita el saber, reconocer que ninguno de los dos sale con otras personas y ya conocéis a la familia y a los amigos del otro.

Ø  Siguiendo en el camino, debemos ya haber hablado acerca del futuro juntos y con seguridad han de haber discutido sobre los planes de vida que tiene cada uno, si quieren casarse o probar vivir junto, tener hijos y otros aspectos que pueden ser cruciales para determinar si ambos tienen los mismos planes; sea como sea, aspectos que convienen discutir antes de estar juntos.

Ø  Otro punto a discutir son las cuestiones económicas. Es cierto que a nadie le gusta tocar ese asunto, pero es vital hacerlo antes de dar el paso de convivir en pareja. "Cada uno debe saber cuál es su situación económica y lo que podría pasar en un futuro".

Ø  Los dos miembros de la pareja deben desear irse a vivir juntos. No vale dar el brazo a torcer por contentar al otro, ni irse por un sentimiento de culpabilidad, chantaje, secuestro emocional o porque te saldrá más barato el alquiler. Son cuestiones que se deben tener en cuenta y tener claro que se realmente se quiere dar ese paso.

 

 

Tras analizar estos aspectos, dependerá de la propia pareja el tiempo que se tarde en cumplir con estos cuatro puntos. "Si podéis hacerlo en una semana, está claro que estáis preparados para iros de inmediato", y se recomienda esperar un mínimo de tres a seis meses antes de saber si una relación tiene futuro. La clave, en resumidas cuentas, está en conocerse primero.

 

OCHO PUNTOS QUE DEBE CUMPLIR TODA PAREJA QUE VAYA A AVENTURARSE A LA CONVIVENCIA:

 

1)      Antes de tomar la decisión, hay que hablar los temas peliagudos para evitar posibles conflictos en la futura convivencia. La limpieza y demás tareas domésticas, por ejemplo, es mejor hablarlas antes de compartir techo. Son asuntos que se tienen que tratar tarde o temprano, son los típicos problemas cotidianos rompen relaciones que no se pueden solucionar con el silencio. Hay que hablarlos y cuanto antes, mejor.

2)      Aplicar sentido común en el lugar que elijan para vivir. Lo mejor es que sea acorde a lo que ambos puedan pagar. Si hay un desequilibrio, con el tiempo , el que más dinero aporta puede sentir que mantiene al otro.

3)      Si el otro insiste en pagar más, hay que dejar las cosas claras desde el primer momento.

4)      Ensayar. Antes de mudaros, pueden vivir un mes cada uno en la casa del otro. Por ir probando. Así valoran y sobre pesan los hábitos, si encajan en la vida cotidiana uno del otro, en las manías, los momentos buenos, pero sobre todo como sobrellevan los momentos malos, y aquellos de crisis emocional (es muy distinto a solas que con alguien), etc.

5)      Elige tus batallas. Vivir con un compañero implica negociación, pero no debe ser constante. Tienes que entender que el otro puede tener manías o hábitos que tú desconoces. Habrá algunos que toleres mejor que otros. Piensa que a la otra persona le pasa lo mismo contigo.

6)      Dile las tareas que has hecho. Cuando se trata de eso, a menudo no nos damos cuenta de lo que hace el otro y sólo vemos lo que hacemos nosotros. Además, algunas tareas pasan desapercibidas, aunque se hayan hecho. Díselo a viva voz o por escrito.

7)      Si te mudas a un departamento casa o cuarto, primero habla sobre qué puedes hacer para sentir que también es tu casa. Quizá algo en la decoración, alguna silla o cojín. Si se opone, piénsate bien si estás tomando la decisión adecuada.

8)      Mantén tu independencia. Convivir no significa dejar tu vida de lado. Mantener tus propias aficiones y tus amigos por separado es importante, forman parte de ti y no debes perderlo cuando te vayas a vivir con tu pareja.

*** Aprenda a vivir en un especio juntos, de apoyo, de convivencia, de amor, pero también de libertad.

 

***Recuerda que no estás solo, hazte escuchar, comparte tus pensamientos con tus amigos, trata de tener una comunicación efectiva, afectiva y activa con los demás. Cuídate. Busca a un profesional de la salud mental quien te brindara un espacio seguro, libre de juicio en donde te ayudaran a identificar lo que te pasa, brindando herramientas que te ayuden a manejar el estrés y la ansiedad y, de ser necesario, canalizarte con un especialista para una valoración completa y que la ansiedad no interfiera con tu día a día. Y mis consejos de siempre: come de manera saludable, duerme lo suficiente, realiza ejercicio, haz lo que te gusta, ocúpate , SE FELIZ...  Y recuerda... Tu crecimiento personal es vital, y para lograrlo... Da el primer paso... ¡ATREVETE!

 

“Ser Feliz no significa que todo sea perfecto. Significa que has decidido ver más allá de todas las imperfecciones”

 

#EstamosEnConexión #RadioEnRedes

Todos los Lunes de 17:00 a 19 horas, a través de: www.radioenredes.com


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lunes, 13 de noviembre de 2023

ESTAMOS EN CONEXIÓN

 


CÓMO VIVIR EN PAREJA – APRENDAMOS A VIVIR CON EL OTRO

Por: Jorge García D.

 

Ser capaz de amar y convivir con alguien es señal de madurez, pero puede ser incluso más maduro admitir que no está preparado para compartir tu vida con el otro; vivir en pareja es un aprendizaje constante, ¡La verdadera prueba de amor está en amar las diferencias y en las dificultades!

 

Te damos la bienvenida a una nueva COLUMNA DE ESTAMOS EN CONEXIÓN, articulo especialmente escrita para todos Ustedes como parte nuestras emisiones radiofónicas de nuestro serial de podcast número 94. Hoy hablaremos de Consejos sobre cómo convivir en pareja, con claves para que el vínculo amoroso no se desgaste. En muchas ocasiones y bajo diversas circunstancias se ha hablado mucho sobre la vida en pareja, y no es para menos; convivir con la persona a la que amamos es mucho más complejo de lo que parece, entre otras cosas por la intensidad de las emociones involucradas en este proceso y por las expectativas que estas generan.

Cuando una pareja decide iniciar una relación o irse a vivir juntos, lo hacen, sin lugar a dudas, desde el amor que se profesan y con la mayor ilusión, pero no nos advierten de las dificultades que este hecho entraña. Y quizá diremos que podría ser lo más fácil del mundo por que la pareja se ama, y sí ciertamente esta es una de las cosas a favor en este nuevo camino, también diremos que es algo que nos hace tener las emociones a flor de piel, y que además tenemos una carga emocional de perdida del hogar paterno, del cariño y la atención permanente de mamá, de la seguridad de papa, de los hábitos cotidianos, de nuestros hábitos propios, de como hago y me gustan las cosas, sin dejar de lado toda la carga emocional y de convivencia del otro.

 

Por ello, tenemos que aprender a dejar de lado nuestras pequeñas o grandes manías para poder compartir nuestro espacio y nuestro tiempo, de forma libre, con otra persona.

 

Si bien, cada uno de nosotros tenemos nuestras preferencias a la hora de hacer las cosas y no me refiero a las grandes cosas, sino a las pequeñas. Para las grandes solemos ponernos de acuerdo, por lo general con quienes vivimos y convivimos.

 

El problema suele residir en las cosas más insignificantes y que, por poco importantes, no reparamos en ellas y no nos molestamos en plantear ningún tipo de acuerdo sobre cómo afrontarlas. Pero mientras que a uno le molestan, el otro no les da ninguna importancia y se van acumulando, enfadándonos de forma progresiva, hasta que al final estallamos.

Estas cosas no se pactan, no se hablan y quizás por ese motivo crean tantos problemas entre las nuevas parejas y las no tan nuevas…

 

Defiendo el diálogo como una de las mejores herramientas para aprender a vivir juntos. Sería muy interesante que le dijéramos al otro lo que nos moleta, con cariño, mucho antes de que se sientan agredidos por la situación; que le expliquemos lo que queremos y seamos capaces de escuchar lo que el otro necesita y propone; sólo así podremos llegar a un entendimiento. Pensemos que, muchas veces, el otro hace las cosas que más nos molestan tan sólo porque no les da la menor importancia y si somos capaces de explicar lo que necesitamos, repito, con amor, seguro que encontramos una buena solución para ambos.

Para convivir hay que aceptar esa invasión de nuestra intimidad, de nuestro espacio y no es referirse solo a los espacios físicos, sino a los espacios íntimos, esos momentos que necesitamos para reencontrarnos con nosotros mismos, también hay que decir que necesitamos compartir nuestras  formas, manías, obsesiones, aversiones, fobias, y un sin número de características que nos hacen ser únicos, e inigualables, cosas, acciones y actitudes que no son todas malas porque si llevamos a bien un buen noviazgo y conocimiento y convivencia con el otros, podremos sobrellevar estos momentos incomodos por momentos de amor y compartir nuestras cosas, aprendiendo a crear un espacio nuevo, un espacio nuestro, donde pongamos en común nuestros deseos, sueños, amor, ilusión y sobre todo  nuestro proyecto futuro.

 

Si bien, es cierto que el amor todo lo puede, y yo, en más de una ocasión, he dicho que el amor es el pegamento universal, porque une lo que se rompe, debemos de ser conscientes también de que las rupturas, aunque sean pequeñas, dejan su huella. Mejor evitar hacernos daño, sobre todo cuando el motivo por el cual se produce el desencuentro es pequeño para ambos, la vida ya nos pondrá en situaciones de mayor dificultad con el tiempo y, si hemos sabido gestionar bien estos pequeños roces, las grandes empresas nos encontraran preparados para afrontarlas.

 

Sentarnos, hablar, escuchar, planificar y aderezarlo todo con amor nos hará la vida mucho más fácil.

 

¿EN QUÉ CONSISTE AMAR EN UNA RELACIÓN?

Involucrarse en una relación de pareja consiste principalmente en saber compartir la intimidad, aunque suene paradójico. Cuando iniciamos una relación de pareja con una persona no solamente vamos a compartir con ella nuestras virtudes, sino que también hará falta aprender a convivir con esta persona dentro de nuestra zona de confort sin que la compañía de la persona a la que amamos tenga un efecto negativo en nuestras actividades. Es importante saber estar presente mientras respetamos el espacio del otro, tanto en el matrimonio como en una relación de noviazgo.

 

Otro de los aspectos importantes para saber cómo vivir en pareja es la comunicación: debemos ser buenos comunicadores para lograr el entendimiento y evitar malentendidos o la creación de expectativas que no se verán satisfechas.

 

Cuando comenzamos a salir de manera formal con una persona, es importante tener en cuenta que él o ella tenía una vida antes de conocernos a nosotros: una etapa en la que probablemente surgieron proyectos personales y metas por realizar que son ajenas a nuestra existencia.

Así, lo ideal es que podamos ayudar a nuestra pareja en la consecución de sus planes, motivándola y comprendiendo que hay otros aspectos importantes en la vida de una persona más allá del vínculo afectivo que os une. Lo mismo aplica para nosotros, no debemos descuidar nuestras aspiraciones personales.

 

CONSEJOS PARA LA CONVIVENCIA DE PAREJA

En las líneas vamos a ver algunos consejos prácticos que resultan efectivos para convivir con nuestra pareja y mantener una relación de amor y respeto.

 

1.       Ser capaz de vivir sin la pareja

El primer punto se refiere a la capacidad de seguir siendo funcional también cuando no tengamos cerca físicamente a nuestra pareja sentimental; de lo contrario estaríamos incurriendo en una conducta de apego emocional excesivo que resulta contraproducente para la sana convivencia en pareja.

2.       Los principios no se negocian

Desde el primer momento es bueno dejar en claro que nuestros principios morales no están para ser negociados, sino respetados, y que lo mismo ocurre con los de la otra persona. La convivencia sana nace desde la aceptación de los ideales del otro, aun cuando estos no son compartidos por el marido, la esposa, el novio o la novia.

3.       Amar en libertad

Las relaciones de pareja sanas no son posesivas, todo lo contrario. El deseo de que el otro sea feliz trasciende el deseo de poseerlo, lo cual implica que no actuamos para retener a esa persona, sino para que nuestra presencia le aporte felicidad, y la suya nos la aporte a nosotros.

Si eres feliz a su lado, perfecto, pero si ya no quieres estar más ahí, entonces no tiene sentido que se te obligue: esto es algo que funciona en ambos sentidos.

4.       Cultivar tu propio jardín

Esta metáfora nos invita a que, en lugar de esforzarnos por agradarle a nuestra pareja, nos esforcemos más por ser una persona agradable para nosotros mismos. Cuando nos dedicamos a cultivarnos y a mejorar en nuestros hábitos más fundamentales, la mejoría en las relaciones de pareja con el establecimiento de una convivencia más sana no es más que una de las consecuencias de nuestro desarrollo personal.

5.       Igualdad, ante todo

Una convivencia de pareja sana debe ser, ante todo, de carácter igualitario. Donde unos tienen más beneficios que otros, las cosas terminan mal. Lo ideal es que exista un sano equilibrio entre las demandas de ambos integrantes de la pareja.

6.       Fomentar la compensación mutua

Es importante que los miembros de la pareja logren ser capaces de compensarse los unos con los otros. Es decir, en lugar de achacar los defectos de la otra persona, hay que complementar estas limitaciones prestando apoyo cuando sea necesario (siempre que estas limitaciones no involucren las agresiones y la violencia física o psicológica). Esto habla de un buen nivel de empatía en la pareja, ya que es una evidencia de que, al convivir, estas personas son capaces de ponerse en los zapatos del ser amado.

7.       Evitar hacer apología del drama

Muchas veces sucede que las parejas piensan que cuanto más complicada sea la relación, más significativa es. Esto no es más que un mito sin ningún tipo de fundamento. La verdad es que cuanto más dramatismo exista en la pareja, mayor será la probabilidad de que surja una dinámica disfuncional en esta relación amorosa.

8.       Potenciar la comunicación asertiva

Una clave fundamental para lograr una buena convivencia dentro de la pareja es aprender a comunicarnos de manera asertiva, expresando nuestros deseos y sentimientos con un lenguaje de respeto mutuo y asegurándonos de que nuestras palabras no van a herir a nuestro compañero, pero sin dejarnos nada relevante en el tintero.

9.       Cuidado con los “para siempre”

El pensamiento romántico de que tu relación de pareja será para toda la vida muchas veces resulta contraproducente y lo único que se consigue con él es generar ansiedad dentro de la relación. Lo más recomendable es vivir los momentos y disfrutar de tu relación dentro del marco del respeto mutuo, sin idealizar a la pareja, ni tampoco exagerando con los planes de futuro. Intenta mantenerte centrado en el aquí y el ahora.

10.   No dar por sentado que sus intereses encajan con los nuestros

Las relaciones de pareja siempre deben ofrecer la posibilidad de que cada persona exprese su disconformidad. Por eso, es importante hacer chequeos frecuentes para saber de qué la otra persona está cómoda con las rutinas y hábitos de convivencia que habéis adoptado. El simple hecho de que llevéis mucho tiempo adoptando esos roles no es un argumento a favor de estos.

11.   Aprender a criticar

Allí donde hay convivencia, hay choques de intereses ocasionales; es algo normal y que no comporta un problema en sí. Ahora bien, hay que saber gestionar estas situaciones. A la hora de discutir, hay que aprender a criticar las acciones de las personas, y no a las personas en sí. De este modo se reducen las probabilidades de que surja una confrontación innecesaria y se fomenta que la otra persona sea más receptiva ante la posibilidad de modificar su conducta.

12.   Gestionar el tiempo juntos

El simple hecho de vivir juntos no garantiza que dispongáis de tiempo de calidad en compañía del otro. Por eso, es importante que realicéis esfuerzos deliberados por contar con horas de tiempo libre en las que no tengáis otras cosas que hacer más que realizar actividades con la otra persona. Esto pasa por sentarse juntos, hacer cálculos y hacer cuadrar los horarios.

 

CÓMO SABER SI ES EL MOMENTO PARA IRTE A VIVIR CON TU PAREJA

La convivencia no siempre es fácil y dar el paso con tu pareja, tampoco. A veces es cuestión de tiempo y otras veces, son varios los factores que entran en juego. Hay personas que prefieren dejarse llevar, improvisar sin darle muchas vueltas a las cosas. Pero para algunas otras, cualquier decisión que se haya de tomar en la pareja es algo serio, demasiado importante como para dejarlo en manos de la suerte. El quebradero de cabeza puede empezar con cosas tan simples como el lugar donde cenarán en la primera cita o la película que verán en ella, a donde irán la segunda cita, que harán en su aniversario, que se hará para sorprender al otro y así una tras otras, pero ninguna como esa a la que se le da vueltas y vueltas porque en si misma amerita un mayor compromiso, y que es el comenzar cual será el momento adecuado para dar el paso para vivir juntos o casarse. Hablamos acerca de cuándo puede ser ese momento perfecto para convivir en pareja y sólo concibes compartir tu vida junto a otra persona y encontrar el momento perfecto es crucial.

 

Para lo cual diremos que no existe como tal una regla exacta para saber cuál es ese momento perfecto. Porque realmente, el tiempo que haya perdurado (hasta el momento) la relación, es irrelevante. Lo realmente importante, reside en estos cuatro cimientos que se deben discutir antes de dar el paso de mudarte con tu pareja:

 

Ø  Para dar este paso tan importante, se debe saber lo que significa el compromiso para con el otro y para consigo mismo y eso amerita el saber, reconocer que ninguno de los dos sale con otras personas y ya conocéis a la familia y a los amigos del otro.

Ø  Siguiendo en el camino, debemos ya haber hablado acerca del futuro juntos y con seguridad han de haber discutido sobre los planes de vida que tiene cada uno, si quieren casarse o probar vivir junto, tener hijos y otros aspectos que pueden ser cruciales para determinar si ambos tienen los mismos planes; sea como sea, aspectos que convienen discutir antes de estar juntos.

Ø  Otro punto a discutir son las cuestiones económicas. Es cierto que a nadie le gusta tocar ese asunto, pero es vital hacerlo antes de dar el paso de convivir en pareja. "Cada uno debe saber cuál es su situación económica y lo que podría pasar en un futuro".

Ø  Los dos miembros de la pareja deben desear irse a vivir juntos. No vale dar el brazo a torcer por contentar al otro, ni irse por un sentimiento de culpabilidad, chantaje, secuestro emocional o porque te saldrá más barato el alquiler. Son cuestiones que se deben tener en cuenta y tener claro que se realmente se quiere dar ese paso.

 

 

Tras analizar estos aspectos, dependerá de la propia pareja el tiempo que se tarde en cumplir con estos cuatro puntos. "Si podéis hacerlo en una semana, está claro que estáis preparados para iros de inmediato", y se recomienda esperar un mínimo de tres a seis meses antes de saber si una relación tiene futuro. La clave, en resumidas cuentas, está en conocerse primero.

 

OCHO PUNTOS QUE DEBE CUMPLIR TODA PAREJA QUE VAYA A AVENTURARSE A LA CONVIVENCIA:

 

1)      Antes de tomar la decisión, hay que hablar los temas peliagudos para evitar posibles conflictos en la futura convivencia. La limpieza y demás tareas domésticas, por ejemplo, es mejor hablarlas antes de compartir techo. Son asuntos que se tienen que tratar tarde o temprano, son los típicos problemas cotidianos rompen relaciones que no se pueden solucionar con el silencio. Hay que hablarlos y cuanto antes, mejor.

2)      Aplicar sentido común en el lugar que elijan para vivir. Lo mejor es que sea acorde a lo que ambos puedan pagar. Si hay un desequilibrio, con el tiempo , el que más dinero aporta puede sentir que mantiene al otro.

3)      Si el otro insiste en pagar más, hay que dejar las cosas claras desde el primer momento.

4)      Ensayar. Antes de mudaros, pueden vivir un mes cada uno en la casa del otro. Por ir probando. Así valoran y sobre pesan los hábitos, si encajan en la vida cotidiana uno del otro, en las manías, los momentos buenos, pero sobre todo como sobrellevan los momentos malos, y aquellos de crisis emocional (es muy distinto a solas que con alguien), etc.

5)      Elige tus batallas. Vivir con un compañero implica negociación, pero no debe ser constante. Tienes que entender que el otro puede tener manías o hábitos que tú desconoces. Habrá algunos que toleres mejor que otros. Piensa que a la otra persona le pasa lo mismo contigo.

6)      Dile las tareas que has hecho. Cuando se trata de eso, a menudo no nos damos cuenta de lo que hace el otro y sólo vemos lo que hacemos nosotros. Además, algunas tareas pasan desapercibidas, aunque se hayan hecho. Díselo a viva voz o por escrito.

7)      Si te mudas a un departamento casa o cuarto, primero habla sobre qué puedes hacer para sentir que también es tu casa. Quizá algo en la decoración, alguna silla o cojín. Si se opone, piénsate bien si estás tomando la decisión adecuada.

8)      Mantén tu independencia. Convivir no significa dejar tu vida de lado. Mantener tus propias aficiones y tus amigos por separado es importante, forman parte de ti y no debes perderlo cuando te vayas a vivir con tu pareja.

*** Aprenda a vivir en un especio juntos, de apoyo, de convivencia, de amor, pero también de libertad.

 

***Recuerda que no estás solo, hazte escuchar, comparte tus pensamientos con tus amigos, trata de tener una comunicación efectiva, afectiva y activa con los demás. Cuídate. Busca a un profesional de la salud mental quien te brindara un espacio seguro, libre de juicio en donde te ayudaran a identificar lo que te pasa, brindando herramientas que te ayuden a manejar el estrés y la ansiedad y, de ser necesario, canalizarte con un especialista para una valoración completa y que la ansiedad no interfiera con tu día a día. Y mis consejos de siempre: come de manera saludable, duerme lo suficiente, realiza ejercicio, haz lo que te gusta, ocúpate , SE FELIZ...  Y recuerda... Tu crecimiento personal es vital, y para lograrlo... Da el primer paso... ¡ATREVETE!

 

“Ser Feliz no significa que todo sea perfecto. Significa que has decidido ver más allá de todas las imperfecciones”

 

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